La casa de Carreras no está en venta.
La Casa de Gobernadores ubicada en la calle Montañas Rocallosas, número 122 del Fraccionamiento Cumbres mantendrá sus puertas abiertas como desde hace aproximadamente treinta años… abiertas, pero no a los ciudadanos. El gobernador Juan Manuel Carreras López descartó la posibilidad de cerrar ese espacio que en la anterior administración, se convirtió en la casa oficial de los hijos del doctor Toranzo.
Ya lo decíamos ayer en este mismo espacio al comparar someramente a los gobiernos de Nuevo León y San Luis Potosí. El mandatario neolonés clausuró la Casa de Gobierno y el gobernador potosino defendió el uso de la Casa de Gobernadores.
Pareciera ser un tema nimio y hasta frívolo, pero no lo es. Es un asunto de capital importancia para darnos cuenta de donde está parado el gobernador y hacía donde dirige su mirada y destino.
Hace seis años cuando Fernando Toranzo recién iniciaba su administración, fue interrogado por el reportero Eduardo Delgado de si estaría dispuesto a vender parte de la flota aérea de gobierno, toda vez que el también gobernador entrante, José Calzada Rovirosa, anunció y concretó la venta de un avión y un helicóptero.
El doctor Toranzo de inmediato mostró las uñas y al tiempo que se ofuscaba al máximo le repelió al reportero que si acaso se estaba ofreciendo como asesor para andarle con consejos que él, el gobernador, no necesitaba.
Es algo similar, Toranzo no solo no vendió una sola de las cinco aeronaves sino que mantuvo un gasto promedio de cinco millones de pesos. Pero ese no es el tema de fondo, sino el hecho de que as flota aérea le sirvió al gobernador y a su familia y amigos para viajar a donde les dio la gana con cargo al erario público.
La Casa de Gobernadores fue construida por Carlos Jonguitud Barrios y desde los ochenta ha sido utilizada por los gobernantes de acuerdo con su circunstancia y perfil, algunos con exceso y otros hasta con modestia, pero en lo general, esa residencia representa más bien el centro del poder y la zona de mayor privacidad del ejecutivo.
Todo lo que se utiliza ahí proviene del erario público. Las y los cocineros, las mucamas, loas jardineros, los mozos, los y las trabajadoras de limpieza, las secretarias, las y los vigilantes, la administradora, el electricista y todo lo que sea necesario le cuestan a la hacienda pública, esté ahí o no el gobernador.
Como se había apuntado en esta espacio: en San Luis, el gasto anual de alimentación en la Casa de Gobernadores en 2014 fue de 635 mil pesos, mientras que el mantenimiento de ese inmueble costó dos millones 866 mil pesos.
Es decir, en el sexenio de Carreras el gasto de mantenimiento y operación de la Casa de Gobernadores será superior a, los 15 millones de pesos y el de alimentación andará rozando los diez millones de pesos, en ambos casos, mínimo.
El gobernador Carreras ha desperdiciado la oportunidad de enviar un mensaje de austeridad y congruencia a los potosinos, un mensaje de compromiso y solidaridad ante la actual crisis económica, pero sobre todo dejo ir la oportunidad de marcar diferencia con su antecesor.
No se trata solo de ahorrarse unos millones sino de intentar recuperar la confianza que la sociedad ha perdido acerca de sus autoridades.
Lo dicho, mientras en Nuevo León las cosas se hacen, en San Luis le hacen al tío Lolo.
