CAJA NEGRA

Toranzo es un tipo de suerte.

Es cuestión de que en el Partido Acción Nacional lo entiendan: perdieron. Y para ellos, urge que de inmediato revisen a fondo lo que está pasando en el partido. El desastre que ha dejado el siete de junio es descomunal y amaga en convertirse en el inicio de una larga estancia como minoría en San Luis Potosí.

Frente al PAN hay un tipo con suerte: el gobernador Fernando Toranzo Fernández podría comprar un huerfanito de la lotería y pegarle al gordo. No es ni ha sido un político inteligente, ni hábil, ni creativo ni nada de eso, es simplemente un tipo con suerte.

No sabe de la gubernatura hace seis años, ni sabe cómo ha sido posible que termine el sexenio, ni tampoco tiene peregrina idea de cuanto lo manipularon y usaron. Lo que si sabe es que sus colaboradores se han enriquecido y que su gobierno concluye precedido de una corrupción galopante.

Pero eso tampoco importa, siendo un tipo de suerte como lo es, tiene en Juan Manuel Carreras López la garantía de que no será molestado una vez que deje el gobierno, no se le citará ante autoridad alguna ni mucho menos habrá referencias peyorativas o negativas en su contra sino todo lo contrario.

Es más, hasta Carreras López podría ir pensando en levantarle un monumento o de menos colocar un busto del médico en la plaza de armas. Es en serio, se trata de un tipo con suerte.

Imagínese el lector, en la Secretaría Técnica del Gabinete están en apuros notables para completar el último informe de gobierno, dado que simple y sencillamente, hay poco obra y buena parte de esa poca obra no estará terminada a tiempo.

La situación es de emergencia puesto que no encuentran cómo les cuadren las cifras y no hallan idea de cómo hacer para que se vea un informe convincente en lo cuantitativo y cualitativo.

 

Incluso, arrastra obras de hasta tres años de rezago que nadie ha tenido el tino de terminar y no precisamente por falta de recursos, sino por la ya emblemática fiaca que ha acompañado al gobierno en los últimos seis años.

Desaprobado y reprobado por cuanta encuesta se hizo pública antes de las elecciones, Toranzo no tiene de que preocuparse. El juicio popular podrían ser lapidario pero el de su amigo Carreras será de agradecimiento eterno.

 

Hace unos meses, en una entrevista en el marco de una gira por la Huasteca, Toranzo reconoció que San Luis “sigue siendo un estado jodido” y tiene razón puesto que él ha sido pieza fundamental en eso. Pese a ello, Carreras y el PRI no dirán nada, ni la probable mayoría de diputados del Congreso. Es cierto, no es broma, Toranzo es un tipo con suerte.

La fortuna que le ha sonreído como no había sido posible en el sexenio, le da como para empezar a dormir tranquilo a menos que, como priísta nato que es, Carreras López luego lo traicione y lo lleve a la cárcel.

 

Pero la suerte que protege como escudo divino a Toranzo, no es fruto de la casualidad, sino de tener una oposición agotada, fragmentada y en pleito constante. La mayor suerte de Toranzo es haber enfrentado al PAN de Mendizábal, de Escobar, de Mendoza y de más camarilla que ya hicieron lo que parecía imposible: aventar al PAN al bote de los trastos sucios.

Vaya suerte la del doctor. Solo falta que le empiecen poner su nombre a algunas avenidas o parques de la ciudad y que al primer hospital que se inaugure en la siguiente administración, le nombren Doctora María Luisa Ramos de Toranzo.

Por lo pronto, que le envíe sus atentos saludos a Héctor Mendizábal con copia a Juan Pablo Escobar y Sonia Mendoza y que les diga, gracias muchachos, no esperaba menos de ustedes, son inigualables para echar a perder las cosas, que bueno que no están en mi partido.

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