CAJA NEGRA

La Entrega-Recepción del Gobierno, una oportunidad para dar palo a la corrupción e impunidad.

Entre la fecha en que el Consejo Estatal Electoral declaró gobernador electo a Juan Manuel Carreras López y la fecha en que asuma el cargo constitucionalmente hay un lapso de poco más de tres meses. Tiempo de sobra para que el triunfador de las elecciones medite sobre la responsabilidad tan grande que le espera.

En el transcurso a la ceremonia solemne en que se realice el cambio de poderes, hay muchas cosas por hacer. La más importante, el proceso de Entrega-Recepción que por obligación legal se debe realizar con rigor, exhaustividad y apego a la Ley.

Dicho proceso es fundamental para que quien asume el cargo, cuente con información suficiente y a detalle del estado que guarda la administración pública, de tal manera que no solamente es para el ejecutivo entrante una primera mirada al gobierno, sin o que es incluso información obligada para empezar a armar los nuevos proyectos de gobierno.

El o los Libros Blancos que resultan de ese proceso fiscalizador, puede llegar a convertirse en un libro peligroso, de alto riesgo y de potencial explosividad. En sus páginas se arrojan todos los datos de lo que no cuadra con la ley, se enumeran probables faltas a determinadas leyes y también, se inscriben nombres y apellidos, cargos y funciones de quienes habrían hecho mal algunas cosas.

Se trata pues, de algo de enorme trascendencia, puesto reúne información de todas las dependencias y entidades públicas del gobierno e integra la información de lo realizado durante toda la administración.

No solo se trata de ver cuántos pesos se quedan en las arcas públicas, sino también cómo y en qué se utilizaron los recursos públicos, cómo se recibió el gobierno hace seis años y cómo lo entrega ahora.

Se insistió mucho durante la campaña del candidato Carreras que era importante un deslinde del gobierno de Fernando Toranzo, que políticamente era fundamental pintar raya del gobernador, que lo prudente era la sana distancia. Nunca lo hizo sino que por lo contrario evadía el tema.

Ya como gobernador electo no se trata de que lo diga o no lo diga. Ahora lo que cuenta es lo que hace y lo que deja de hacer.

El proceso de Entrega-Recepción en la que Carreras nombrará a un equipo especial de colaboradores para que sigan ese trabajo, le da la oportunidad de que los hechos hablen por él, que hablen sus acciones y sus decisiones, al fin y al cabo eso es más importante que el discurso.

Al entrar a las tripas de la administración, el equipo del gobernador electo se podrá enterar de los negocios de funcionarios de la actual administración, de las licitaciones inducidas, del listado de proveedores consentidos, de las compras del derroche, del insultante grosor de la burocracia y de tantas cosas más.

Lo deseable es que el proceso sea claro, transparente y que los ciudadanos puedan acceder a esa información, que ese proceso no se quede en lo oscuro, que no se tienda un velo de desinformación o de plano, sean sepultados hallazgos insanos.

Carreras tendrá la oportunidad de demostrar con hechos que no es o fue alfil de Toranzo, que no permitirá que le manejen o manipulen. Pero eso pronto lo sabremos, de Carreras depende poner coto a la corrupción e impunidad.

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