Por Antonio González Vázquez
Por México al Frente, así se llama la colación entre el PAN, PRD y MC, misma que fue registrada en el Instituto Nacional Electoral. Ese galimatías ideológico tiene el propósito de evitar que Andrés Manuel López Obrador gane la presidencia de la república y que el PAN y PRD caigan de modo dramático al tercero y cuarto lugar entre las fuerzas políticas nacionales.
Tal amasijo de intereses variopintos por la supervivencia en el sistema de partidos ha llevado a negociar, ya, las principales candidaturas en disputado para el 2018. Como si fueran cartas sobre la mesa se parten y reparten para uno y otro: ésta para ti, ésta para mí, ésta para ello, ésta para aquellos.
El reparto va desde la candidatura presidencial, la de la Ciudad de México, los escaños al Senado, las gubernaturas y las diputaciones federales. Todo se repartirá a partir del interés principal, que es la candidatura a la presidencia de la república que es para el PAN.
Para San Luis Potosí eso tendrá sus implicaciones. Probablemente en PAN tendrán que tragar chayotes sin hacer mutis. Serán desplazados de modo ignominioso en la capital del estado y lo que antes había sido su bastión seguirá siendo su peor pesadilla.
El escenario para el PAN es la ciudad es una caída en vertical hasta el fondo ante la voracidad Gallardista. El PAN no tiene liderazgos, no tiene candidato competitivo en la ciudad, no tiene estructura electoral sólida, no tiene ni peregrina idea de cómo ganar las elecciones municipales.
Es decir, el PAN no tiene nada. O al menos no han mostrado nada más que sus ya emblemáticas mezquindades habida cuenta de los conflictos internos de grupos.
Pero en breve, desde las cúpulas de los partidos coaligados se van a definir las candidaturas para todo el país. Dicen ellos que es “por el bien de México”, pero en realidad es por lograr quedarse con unas cuantas tajadas del pastel y no con migajas.
No se ha definido, desde el centro, cómo se hará en los casos excepcionales donde alguno de los tres partidos no quiera integrarse como frente en comicios locales, así como tampoco se ha advertido si eso será posible, dado que la idea es que en todos los casos vaya el Frente unido.
Los Gallardistas no quieren Frente en San Luis Potosí porque quieren todo para ellos. La tienen ganada: años de regalar lo que sea a la gente les ha granjeado tantas simpatías que si ponen como candidato a un burro, ganan.
La estrategia del amedrentamiento, la hostilidad y la amenaza cierran la pinza de una estrategia que ha sido exitosa hasta el momento.
Ricardo Gallardo Cardona para diputado federal, Ricardo Gallardo Juárez, reelección en la capital y Ruth González de Gallardo a la presidencia municipal de Soledad, pero van de modo especial por Villa de Reyes y Santa María. Aspiran a ampliar el corral de los pollos.
Ellos no quieren frente, no les hace falta así como bien visto, el Frente no le hace falta al país.
Pero las dirigencias nacionales algo tendrán que decir y quizá le pongan freno a la creciente ambición Gallardista.
