Caja Negra: La vacilada de Osorio

Por Antonio González Vázquez

Es cierto que la palabra de la iglesia no es la palabra de Dios y también es cierto que no es la verdad absoluta, pero la Arquidiócesis al calificar de “vacilada” las declaraciones de Miguel Ángel Osorio Chong en el sentido de que las estadísticas delictivas en el estado son “alentadoras”, es sin duda un acierto puesto que se trata de una vacilada del tamaño de una catedral.

Atina la alta jerarquía de la iglesia católica potosina que descalificó la ligereza con que el secretario de Gobernación se refirió a la grave crisis de inseguridad que tiene asolado al estado.

Tal vez el gobernador Juan Manuel Carreras López debería escuchar que para eso tiene oídos.

Y también el secretario de Seguridad Pública, Arturo Gutiérrez, tan religioso que es, debería escuchar lo que dijo ayer el padre Juan Jesús Priego Rivera, es decir, que ya haga bien su trabajo pues parece no darse cuenta que mes con mes aumenta el número de ejecutados.

El posicionamiento de la iglesia católica fue claro y contundente con relación a la tan inútil como frívola visita de Osorio Chong y es muy probablemente un reflejo de lo que piensa mucha gente: no porque un funcionario federal venga al estado y diga que todo está bien, implica que hay que creérselo todo.

En realidad en San Luis Potosí pocas cosas son alentadoras y en el caso de la inseguridad si tenemos el tema que despierta mayor desaliento: desalentadora la actuación de la policía, desalentadora la actuación del gabinete de seguridad en pleno y desalentadora la actitud impertérrita del gobernador que ve la tormenta y no hace nada.

Desalentadoras las estadísticas que mes con mes nos recuerdan el rotundo fracaso del gobierno en su obligación legal de proteger a los potosinos.

Desalentadores los números fríos que cada mes, ya sean del INEGI, de Semáforo Delictivo, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, nos hunden en un mar de incertidumbre y miedo.

Ven Carreras y su gabinete los ejecutados colgando de los puentes y no reaccionan, tan insensibles, tan burócratas, tan irresponsables; a menos que crean que son piñatas y que ya llegaron las posadas.

Peor está el presidente municipal Ricardo Gallardo: los colgados estaban en puentes de territorio gallardista, entre la capital y Soledad. El edil no solo no se ocupa del problema de la inseguridad sino que de manera intencionada lo hace a un lado porque eso puede lastimar su campaña de proselitismo y su imagen.

Nada más irresponsable que eso. Es un alcalde tan irresponsable que el gobierno estatal ha tenido que crear una policía para que haga el trabajo que Gallardo y su policía no hace en la capital y en la zona metropolitana con Soledad.

Mientras suman más ejecutados, el alcalde Gallardo entregando mochilas amarillas ante “multitudes” que lo ovacionan a cambio de una dádiva.

Eso francamente, también es una vacilada.

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