Escenarios posibles para 2018 en la disputa Gallardo-Nava

Por Alejandro Rubín de Celis

Estaba cantado que Xavier Nava Palacios no sería candidato a la alcaldía de San Luis Potosí por el PRD. Ese lugar está reservado desde hace tiempo para Ricardo Gallardo Juárez que quiere repetir en el cargo para luego ir por la gubernatura. Querer competir en una elección interna contra el grupo gallardista era poco menos que suicida y el diputado federal lo sabía.

Las alternativas eran el Senado, competir por la presidencia municipal con otras siglas o acogerse a la figura de candidato independiente. Era muy difícil que Morena lo acogiera puesto que en ese partido milita y simpatiza una parte importante del Navismo que lo ha cuestionado severamente por haber sido promotor del gallardismo en 2015, aprovecharse del arrastre de Ricardo Gallardo para obtener una diputación federal, y haberse quedado callado durante largo tiempo ante las tropelías del presidente municipal en turno -entre ellas no haber denunciado públicamente a Gallardo desde el escándalo por el sospechoso pago de medicamentos por más de 34 millones de pesos y haber hecho mutis en el asunto con Panavi-.

A juicio de este grupo de navistas, el todavía legislador federal no tiene calidad moral para criticar ahora al gallardismo cuando fue uno de sus principales impulsores, y considera que los navistas que los respaldan son “navistas light” que de una u otra forma han sido parte del sistema y que ahora quieren recuperar sus privilegios, y a los que identifica como parte del “PRIANRD”.

El PAN por su parte lo descartó hace apenas unos días en voz de Máximo Jasso, presidente del Comité Municipal panista de la capital, pero en un momento en el que todavía Nava Palacios no se deslindaba de las siglas del PRD. Ahora es aspirante a ser candidato independiente -seguramente lo será sin ningún problema para cubrir los requisitos ante la autoridad electoral-, de manera que Acción Nacional podría reconsiderar y hacerlo candidato del Frente Ciudadano al lado del partido Movimiento Ciudadano que a nivel local rechazaron en conjunto la alianza con el PRD, a diferencia de lo que sucede en el ámbito nacional. Al solicitar su registro ante el Consejo Estatal Electoral, el nieto del extinto líder civilista Salvador Nava Martínez no descartó ser candidato de algún partido o coalición en tanto estén dispuestos a combatir la corrupción y a transformar la labor del Ayuntamiento para beneficio de la ciudadanía, según dijo.

Si Xavier Nava no busca o no logra acuerdos con el PAN y Movimiento Ciudadano para ser candidato por el Frente, entonces tendría que hacer una campaña sin estructura partidista y con escaso financiamiento público -se repartiría un millón 145 mil pesos entre todos los candidatos independientes, de acuerdo al presupuesto aprobado por el órgano electoral para 2018, sin que se haya definido aún cuánto le tocará al único candidato de la capital que podrá quedar registrado. Hay cuatro aspirantes pero sólo quedará el que alcance el mayor número de firmas de simpatizantes-, lo que lo pondría en una seria desventaja frente a su principal y visible oponente, que cuenta con una estructura partidista y clientelar construida desde hace 9 años a base de dádivas y que gozará de abundantes recursos públicos y privados para desplegar una amplia campaña territorial y mediática, aunque tenga que pagar propaganda en medios “por abajo de la mesa” como lo ha hecho desde que era alcalde de Soledad y ahora de San Luis Potosí, y desviar recursos municipales -como se lo ha señalado la Auditoría Superior del la Federación con 420.5 millones de pesos– para incrementar significativamente la entrega de despensas, garrafones, cobijas y todo tipo de ayudas sociales, que es una de las estrategias que mejor le ha resultado para llegar hasta donde está.

Se dirá que Xavier Nava tiene ya una razonable base social que se explica por la inercial influencia que produce a su favor la figura de su abuelo – inercia que arrastra a panistas, perredistas, activistas sociales y ciudadanos por igual- y con el trabajo político que ha hecho como diputado federal, pero hay que tener en cuenta que ni es Salvador Nava Martínez, ni tiene su carisma y liderazgo, ni la sociedad es la entonces, ni las circunstancias políticas y sociales son las mismas que cuando el doctor ganó dos veces la presidencia municipal y cuando compitió por la gubernatura del estado.

Si Nava Palacios alcanza un acuerdo con el PAN y Movimiento Ciudadano entonces competiría con estructura partidista y con financiamiento público suficiente al menos para desplegar una campaña más o menos amplia y penetrante que le permitiera acercarse gradualmente en las preferencias electorales a Gallardo.

En el PRI y en Morena aún no se conocen abiertamente nombres de aspirantes a la presidencia municipal de la capital potosina, pero se ve difícil que alguno de sus cuadros pueda hacerle competencia a los candidatos con más fuerza, a menos de que el aspirante morenista se vea beneficiado con el voto en cascada que pueda acarrearle la simpatía de electores locales hacia Andrés Manuel López Obrador, que con toda seguridad será candidato a la presidencia de la República y está arriba en las encuestas con amplias posibilidades de triunfo. El PAN, si no hace alianza con Xavier Nava, estaría compitiendo seguramente contra él pero los dos abajo de Gallardo porque las preferencias entre ambos se dividirían y eso favorecería al alcalde en funciones.

Por lo pronto, el fuego cruzado entre seguidores de Nava y de Gallardo ya es de proporciones considerables en redes sociales que se han vuelto parte del campo de batalla electoral. Hasta anoche a las 22:00 horas la página de Facebook de Xavier Nava contaba con  177 comentarios, unos a favor y otros en contra, estos últimos provenientes en su mayoría de simpatizantes del gallardismo, que entre otras cosas tachan a Nava de traidor y de arribista.    

Está por verse todavía si Xavier Nava Palacios competirá como candidato independiente con todas las desventajas que eso representa, o si acaba por ser el candidato del Frente Ciudadano -y quizá apoyado por otros partidos y organizaciones que se le unan- con mayores posibilidades de arrebatarle la presidencia municipal a un personaje con tendencias caciquiles en el ejercicio del poder público y que ha dado amplias muestras de gobernar en la opacidad y de espaldas a las necesidades reales de la gente.                 

Xavier Nava Palacios no es Salvador Nava Martínez ni mucho menos pero su registro como candidato independiente y su virtual aparición en la boleta electoral reconfigura el juego de la sucesión en la presidencia municipal capitalina y augura una intensa campaña que seguramente nos sorprenderá en más de un sentido.

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