Etapa previa a los luchadores ingleses

Frater Ignatius

Resulta evidente que los tres detonadores del anarquismo fueron la Ilustración, la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Hemos dicho en líneas anteriores que existió un protoanarquismo ya desde tiempos de los griegos e incluso anterior pero que es difícil rastrear para la historia. Lo cierto es que en mayor o menor medida, la base de las ideas anarquistas se encuentra presente en  todos los períodos de la misma.

Es conveniente mencionar a Tomás Moro dentro del reformismo religioso del siglo XVI en Europa. Su Utopía describe una sociedad ideal y justa en donde todos los hombres desarrollan su potencial y son felices. Los llamados anabaptistas por bautizarse ya mayores y que se desprenden del protestantismo, son considerados iniciadores del anarquismo moderno.

Otro teólogo y politólogo Thomas Müntzer, también es considerado como un precursor. Incitó a movilizarse a los campesinos para hacer valer sus derechos y no ser tan maltratados por los poderosos.

Podemos citar a dos literatos que desarrollaron en sus obras ideas anarquistas. Rabelais y de La Boétie.

Recordemos que mencionamos antes a Rousseau como gran precursor del anarquismo. Su tesis parte sobre el supuesto de que el hombre es bueno por naturaleza. Creía en una especie de esencia bondadosa en el ser humano. La sociedad es la que lo enferma, lo corrompe. La idea del buen salvaje está presente en la organización de las sociedades primitivas. El pensador tendía a verlas como altamente cooperativas y desinteresadas. Podemos decir, que en cierta forma este hombre culto era un idealista de pura cepa.

Vemos poco a poco como la sensibilidad anarquista que luego se convertirá en un movimiento con muchas facetas, va configurando su propio espacio y su propia cancha de acción. La gente se reúne para ponerse de acuerdo, para organizarse, para manifestarse. Empiezan a haber brotes de insurrección contra la explotación y el abuso de las personas que ostentan el poder. Hay un paso de lo simplemente escrito por los literatos o los esbozos del pensamiento anarquista hacia la acción, su consecuencia lógica.

Por decirlo de algún modo, la tesis de esta breve historia del anarquismo, tanto desde el punto de la sensibilidad como de movimiento social, político, intelectual y filosófico, es que es un pensamiento que nos permite abrir posibilidades para el bienestar del ente humano tanto dentro de sí mismo como en la convivencia con los demás congéneres. También sostenemos que es un estimulante para el propio crecimiento. Brinda la posibilidad de quitarse las cadenas que amenazan toda libertad humana y que restringen su desarrollo pleno y de máximo nivel.

Hay una especie de tejido lógico que se va dando conforme se despliega la estructura del pensamiento anarquista. Pareciese como si pudiera llegar a alcanzar incluso a los grandes pensadores del presente. De igual forma, atraviesa en forma prospectiva y retrospectiva todo el espacio de expresión de las ideas.

Es factible que podamos comprobar su huella en los tiempos actuales, específicamente en toda esta aldea de la información e incluso en los mundos virtuales. El anarquismo como sensibilidad debe abrir la posibilidad de pensar el futuro como siempre abierto, libre del control, la opresión y la esclavitud en todas sus facetas.

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