Gracchus Babeuf, un anarquista fuera de serie

Frater Ignatius

La burguesía extinguió literalmente el feudalismo y acabó con la monarquía absoluta. Sin embargo, al poseer los medios de producción, comenzó su camino de abusos y de hipercrecimiento, dejando a la mayoría de las personas en la inopia. Efectivamente, cumplió con un papel de erradicación de la aristocracia y fomentó la Revolución Industrial pero dejó en el olvido muchos sectores de la población desprotegidos.

Es en ese clima político, social y económico en el que aparece una figura extraordinaria dentro de esta sensibilidad anarquista: Francisco Babeuf. Se le conocía mejor como Gracchus Babeuf, nacido el 23 de noviembre de 1760 y muerto en la guillotina en el año de 1797. En este punto debemos mencionar que el pensamiento anarquista siempre ha sido un verdadero peligro para los gobiernos y más para el estado opresor y canalla que con su poder extingue a estos faros de la acción y las ideas.

Babeuf fue periodista, escritor, archivista y hombre político. Inició las ideas de la lucha de clases que después Marx se encargará de teorizar. Crea un manifiesto que publica con su amigo Sylvain Maréchal (1750-1803) titulado El Manifiesto de los Iguales, que le da la vuelta a la ciudad en lugares principalmente de clase baja; y estructura La Conjura de los Iguales, un enorme plan que cuenta entre sus filas al mismo Maréchal, Buonarroti, German, Darthé y otros jóvenes con pensamientos frescos. Aprendió mucho de derecho feudal. Su padre era un administrador de impuestos y su madre era trabajadora de limpieza y analfabeta. Inspirado en las ideas de Rousseau y constatando las condiciones realmente aberrantes de gran parte de la población, desarrolla teorías que estén a favor de la igualdad y la colectivización de la tierra. Es partidario de la abolición de la esclavitud.

Se puede afirmar que es un verdadero luchador social. Está en contra de los impuestos abusivos. También organiza reuniones y debates en torno a la injusticia en la que viven. Por tal motivo, es acusado de incitación a la rebelión e inspirador de revueltas y desmanes. Es encarcelado pero gracias a la intervención del hombre que mencionamos antes, el insigne Marat, es liberado.

Por aquella época este personaje se aleja del catolicismo. Escribe: La libertad y el cristianismo son incompatibles. También crea un diario que dura muy poco. Se llama este trabajo periodístico: El Diario de la Confederación. Sus ideas son básicamente  concientizar a las personas, -tanto obreros como campesinos- sobre la fuerza que tienen para luchar. En un pueblo llamado Roye, Babeuf es comisionado para buscar bienes comunitarios que beneficien a todos. Sostiene que la propiedad feudal se ha construido con abuso y mucha violencia. Debido a que lo descubren otorgando tierras, es perseguido y se ve obligado a irse a París.

En la capital publica el Tribuno de la Libertad. La gente en el poder se entera de las ideas contenidas en el Manifiesto de los Iguales y en la organización de La Conjura de los Iguales y persiguen al grupo antes mencionado. Babeut, como se dijo antes, es guillotinado al igual que Darthé. Los otros huyen o son deportados para luego retornar y continuar la lucha.

Auténtico defensor del derecho de las mujeres a participar en todos los ámbitos del espectro social, económico y político, exige que sean admitidas en los distintos clubes de organización social. Se hace llamar Gracchus en honor a un romano que inició una reforma agraria en la antigua Roma. Al principio fue más belicoso y pugnaba por revelarse y emplear las armas si fuese necesario. Luego peleó por una insurrección con tintes de paz.

En La Conjura de los Iguales se establece que existe una total desigualdad. La propiedad privada deberá ser abolida y establecerse comunas que provean de todo lo necesario a las personas involucradas. Además, es partidario para derrocar al gobierno. Lo anterior lastima al régimen y deciden atrapar a Babeuf y después de un juicio rápido e injusto, se determina la ejecución de este libertario. Fue enterrado en una fosa común y sus hijos fueron atendidos por dos de sus compañeros de lucha.

Alentó la desobediencia civil, incitó a usar las armas en caso necesario, luchó por una sociedad más justa e igualitaria. Es precursor de la lucha de clases y de las grandes revoluciones. Abonó el terreno para que pensadores de la talla de Piotr Kropotkin hicieran del anarquismo, de esta sensibilidad sublime, cuando menos una idea inmortal.

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