Homicidios y ejecutados, la sangría inagotable

Por Antonio González Vázquez

Los crímenes que con insistencia e impunidad pintaron de rojo a enero pasado, prosiguen con la misma frecuencia y horror durante febrero, que marca el mes 17 del gobierno de Juan Manuel Carreras. Atrocidades como el hallazgo de bolsas con restos de hombres decapitados, por ejemplo, marcan un mes de violencia cruda que ahonda el sentimiento generalizado de miedo e inseguridad. Aquí la crónica de éstos  días de muerte y desolación.

A la vera de un camino tan polvoriento como rocoso, entre los nopales y chaparrales quedó varada una camioneta roja y en su interior, el cuerpo baleado de un hombre de 23 años de edad, de nombre José Pilar. Eran las 10 de la mañana del 26 de enero cuando unos jornaleros que pasaban por el lugar en la comunidad de Santa Teresa, municipio de Ahualulco, se percataron de la camioneta accidentada, se acercaron y en la cabina yacía de costado un hombre que presentaba múltiples heridas de arma de fuego: estaba muerto.

Serían las 8 de la noche del 26 de enero cuando, en la colonia Polvorín, en la zona urbana de la capital y Soledad de Graciano Sánchez, se escuchó el estruendo de una repetición de una serie de  balazos. Unos sujetos armados habían ingresado a una vivienda en la calle Pirul y ejecutaron a un hombre de unos 45 años de edad. Eso fue todo lo que supo la policía que empezó la infructuosa búsqueda de los asesinos.

Muy de mañana, el 27 de enero la policía descubrió el cuerpo de un joven de unos 20 años de edad que yacía al pie de un árbol en el ejido El Verde, en el municipio de Ciudad Valles. Le destrozaron el rostro y el cráneo; le mataron a golpes y luego lo abandonaron en ese lugar.

Entre escombros de construcción y la basura, fue localizado el cuerpo de un hombre no identificado. En la colonia Las Arboledas del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, a eso de las 8 de la mañana del 27 de enero, transeúntes vieron un cuerpo desnudo inerte y llamaron a la policía. El cuerpo del desconocido, reportó la policía, presentaba incontables heridas propiciadas por actos de tortura en todo el cuerpo.

El 31 de enero, se  reportó el hallazgo del cuerpo de un hombre en silla de ruedas que fue torturado y posteriormente ejecutado. Fue localizado debajo de un puente que lleva a la colonia Las Flores; al cuerpo le clavaron una cartulina con un mensaje de un grupo delictivo. Era un hombre de aproximadamente 24 años de edad que recibió disparo de arma de fuego en la sien izquierda. Unas personas que caminaban rumbo al trabajo reportaron a la policía que en el Periférico Norte esquina con la calle Orquídea de dicha colonia, bajo un puente a desnivel, se encontraba el cuerpo de una persona sin vida.

Le decían El Gato, el mote se lo pusieron cuando estuvo en prisión y así se le quedó cuando regresó a su casa en el municipio de Tamazunchale tras ocho años encerrado tras las rejas. Al Gato lo mataron hacia el mediodía del 31 de enero. Caminaba tranquilamente por alguna de las calles de esa localidad de la Huasteca cuando unos sujetos a bordo de una motocicleta le dispararon hasta matarlo. La policía reportó que El Gato recibió ocho disparos mortales.

Cerca del mediodía del día 5 de febrero, entre la maleza de un baldío de la comunidad de Fracción Rivera del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, la policía localizó el cuerpo decapitado de un hombre de unos 25 años de edad. Según el parte policíaco, al momento de levantar el cuerpo tenía unas doce horas de haber sido ejecutado y abandonado en ese lugar, próximo a los campos de fútbol de esa comunidad.

Un sujeto caminaba durante los primeros minutos del 5 de febrero por el centro histórico de la ciudad y al entrar a la calle de Morelos fue arteramente agredido; recibió dos disparos de proyectil .9 milímetros cuando se acercaba a su camioneta estacionada cerca de la parroquia de San Agustín. Según la policía, se trataba de un hombre de unos 50 años de edad que al parecer huía de quien o quienes finalmente lo asesinaron.

Alfonso, un campesino de 50 años de edad fue ejecutado cuando trabajaba una parcela en el ejido Reforma del municipio de Ébano. La policía recibió una llamada de auxilio a las 8 de la noche del 7 de febrero; le reportaron que junto a un tractor estaba el cuerpo de un hombre. Luego se confirmó que a Alfonso le dieron tres disparos, uno de ellos en la cabeza.

Como a las cuatro de la mañana del 11 de febrero, los tripulantes de un Beetle color mostaza y capota negra se estacionaron en una calle de la colonia San Rafael del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Al parecer dialogaban y descansaban tras una larga noche de diversión, cuando de pronto se les pararon de frente al vehiculo unos hombres armados y les dispararon a mansalva: era tres, dos murieron y el otro resultó gravemente herido.

Aproximadamente a las 3 de la mañana del 12 de febrero en la calle Independencia en la zona centro del municipio de municipio de Tamuín fueron localizados al interior de una camioneta los cuerpos de dos hombres y una mujer. La Policía Ministerial dio a conocer que los tres presentaban herida de disparo de fuego en la cabeza. Los cuerpos están identificados y corresponden a una mujer de 21 años de edad y dos hombres, uno de 27 y otro de 35.

El 12 de febrero se reportó el hallazgo del cuerpo de Raúl Meza Vidales, doctor que había sido secuestrado desde el pasado 8 de febrero en el municipio de Tamazunchale. El reporte de la policía señala que en un barranco en la zona limítrofe de las Huastecas de San Luis e Hidalgo, en un predio de la comunidad de El Purgatorio fue localizado el cadáver. Desde que se denunció el secuestro, la policía Ministerial y las Secretaría de Seguridad Pública iniciaron un operativo de búsqueda que concluyó con el hallazgo del cuerpo. La Procuraduría General de Justicia reportó que existen dos detenidos como presuntos sospechosos del plagio y del asesinato.

La Procuraduría General de Justicia informó de la ejecución de un taxista en pleno centro de la ciudad. Según el parte informativo, aproximadamente a las 03:00 horas del día 14 de febrero, un grupo de hombres armados atacaron un negocio de autolavado en la calle de Eje Vial número 453. En el interior se encontraba un hombre de unos 50 años de edad, chofer del taxi número 1596, quien murió en ese lugar víctima de los disparos de fúsil AR-15. La policía informó que en el lugar se levantaron al menos 15 cartuchos percutidos.

Anochecía el jueves 16 de febrero en Ciudad Valles cuando un par de sicarios entraron a una frutería en la calle de Porfirio Díaz, buscaron al propietario y al identificarlo, lo balacearon al tiempo que herían a una mujer, esposa del tendero, que por azares del destino salvó la vida. Los sicarios huyeron con tan mala suerte que familiares del comerciante ejecutado les dieron alcance unas calles después. Uno fue más rápido y logró evadirse, pero el otro, un hombre de unos 25 años de edad fue macheteado hasta morir; fue linchado sin que interviniera ninguna corporación de la policía, ya fuera la municipal o la estatal.

El sábado 18 de febrero, aproximadamente a las seis de la tarde en un paraje de la Delegación de Bocas en la capital, unas personas se encontraron un ropero abandonado en un promontorio de yerbas; se acercaron, lo abrieron y nada que se encontraron el cadáver de un hombre. Sin más, denunciaron el hecho a la policía que, al presentarse en el lugar identificaron a un hombre de unos 30 años de edad que presentaba señales de golpes en el cuerpo, mismo que encontraron maniatado de pies y manos; además de huellas de una soga en el cuello lo que llevó a suponer que lo mataron por ahorcamiento.

Muy de mañana el domingo 19 de febrero, obreros que tomaban rumbo a su trabajo en la colonia Margarita Morán se encontraron en la aún solitaria calle de Homero, el cuerpo de un joven que presentaba heridas múltiples y mortales, puesto que no se movía y estaba de espaldas al suelo y con la vista hacia el cielo. Enseguida llegó la policía solo para confirmar que el joven de entre 20 y 25 años había sido asesinado a golpes y navaja.

En el atardecer el 20 de febrero en la comunidad de Escalerillas perteneciente a la capital del estado, un hombre mató a una mujer. Ella lo había dejado a él desde hacía tiempo y, por tanto, vivían separados. El lunes se le ocurrió ir a buscarla a bordo de una camioneta, la encontró y le empezó a reclamar airadamente la separación, pero ella lo ignoró hasta que él, sin más que las rabia encima, sacó una pistola Smith Wesson calibre 38 y le disparó en la cabeza. Ella cayó herida, pero luego murió. Tras el crimen, el sujeto fue detenido por la policía. Ella apenas tenía 25 años de edad cuando le quitaron la vida.

Aunque ya era un anciano de 66 años de edad, lo mataron en su propia casa hacia las primeras horas del día 21 de febrero. Vivía en la calle María Teresa Santillán del Barrio de San Sebastián, dormía y alguien entró a la viviendo y lo apuñaló y para asegurarse de que lo había matado, lo estranguló con las cintas de unos zapatos.

A las cuatro en punto de la tarde del 21 de febrero, la policía recibió una llamada telefónica en la que denunciaron que en una carretera que va al municipio de Villa de Ramos estaban abandonadas unas bolsas con restos humanos en su interior. Y en efecto, en el cruce de las comunidades de El Barril y Dulce Grande, estaban a medio camino dos grandes bolsas que contenían partes de los cuerpos despedazados de dos hombres. Junto a las bolsas había miembros desperdigados; no se encontraron las cabezas de los dos ejecutados.

Casi daban las 9 de la noche del 21 de febrero en Matehuala y un sujeto de nombre José Juan, mejor conocido como “El Coyote”, se dirigía a bordo de su coche a la colonia Guadalupe, que es donde vivía. Lo acompañaba una mujer que, como José Juan, andaba por los 25 años, pero de pronto, en el cruce de Camino Viejo a la Paz y la calle Santa Ana de la ciudad camelense, les empezaron a disparar y ahí murió El Coyote: acribillado. La mujer que lo acompañaba fue hospitalizada en situación crítica como resultado de las heridas que sufrió.

A las ocho de la mañana del 25 de febrero un taquero apenas había abierto su negocio de barbacoa en la calle Manuel José Othón, cerca del mercado Revolución, cuando de pronto hizo alto afuera de su negocio una motocicleta con dos sujetos a bordo; uno le disparó con tal puntería que le dio en la cabeza. El hombre de aproximadamente 33 años cayó fulminado al suelo y sus homicidas huyeron con la misma rapidez y sorpresa como llegaron. Era temprano y mataron al dueño de la Ta         quería el Toreo en la Colonia San Luis. La policía hizo acto de presencia solo para confirmar que al taquero lo mataron de un balazo en la cabeza.

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