Inevitable investigar lo que José Sigona hizo en el IMSS

Antonio González Vázquez

Las imágenes que difundió Astrolabio el sábado para dar cuenta de cómo se anegaron parte de las instalaciones de la Clínica número Dos del IMSS. Inauguradas hacía apenas unas semanas, las obras quedaron en evidencia por su pésima calidad.

Una vergüenza en todo el sentido de la expresión.

También el sábado, por enésima ocasión, la ciudad se inundó; sus principales vialidades se transformaron en impetuosas corrientes de agua y debieron ser cerradas durante horas al tránsito.

Miles y miles de personas afectadas ante la imposibilidad de ir de un lugar a otro de la ciudad.

Es una vergüenza que en cada temporal lluvioso la ciudad se paralice por la falta de obras hidráulicas de calidad.

Ambos sucesos tienen semejanza, en tanto que resultaron afectaciones por la lluvia y también por la palmaria muestra de ineficiencia e insensibilidad de distintos órdenes de gobierno.  

Cientos de miles de derechohabientes aportan sus impuestos y los patrones pagan los suyos para que el IMSS funcione como debe de ser, para que sus clínicas y hospitales sean refugio seguro para los enfermos. Del presupuesto público salen miles de millones de pesos para esa institución.

Sin embargo, la burocracia rapaz y corrupta lo destruye todo. El caso de la clínica Dos es dramático y es muestra fehaciente de la sospechosa actuación que tuvo el ahora ex delegado, José Sigona Torres, quien en distintas ocasiones fue señalado de probables actos de corrupción en la asignación de obras y compras a proveedores amigos.

Lo que hay ahí es una altísima ineficiencia coronada con sospechas de corrupción. Gracias a la lluvia hoy podemos confirmar que las autoridades del IMSS desprecian a sus derechohabientes dado que realizan obras que ponen en riesgo a los pacientes y al personal que ahí labora entre tantas carencias.

Igual, en el caso de la ciudad anegada, vale la pena poner sobre la mesa de los juicios a tanto alcalde y tanto gobernador que han sido incapaces de ofrecer solución a un problema de décadas.

Hoy mismo, en plena campaña electoral, no faltarán los candidatos que dirán que van a resolver todos los problemas de los capitalinos, hasta firmarán sus compromisos ante Notario y al final, al llegar al poder, demostrarán que no saben hacer nada sino servirse del presupuesto y del poder público.

Es una verdadera lastima. La lluvia en vez de traernos esperanza, nos da una bofetada de realidad: tenemos a los servidores públicos ineptos y corruptos que merecemos.

Ojala que el primero de julio los electores no se vuelvan a equivocar.

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