Por Eduardo Delgado
Durante lo que va del año suman 10 feminicidios en la entidad y María de Jesús Almendárez Prieto completa hoy encadenada 216 horas en oficinas de la Oficialía Mayor de Gobierno del Estado, desde donde hizo un llamado público a la directora del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), Lorena Cruz Sánchez -quien hoy estará aquí- para pedirle que en un acto de solidaridad la visite y atienda su caso, que le ha expuesto a través de dos cartas.
Mary Chuy se encadenó el pasado martes a las 9:15 horas en las oficinas donde despacha el Oficial Mayor, Elías Jesrael Pesina Rodríguez, para exigir cumplimiento de la recomendación girada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, organismo que recomendó su reintegración a la Secretaria de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas, de donde fue removida después de que en agosto de 2013 denunció que fue víctima de abuso y acoso sexual.
“Hoy que estará de visita en San Luis Potosí y le hago un llamado a Lorena Cruz para que de paso, en solidaridad conmigo, me visite en esta oficina, donde he permanecido encadenada más de una semana y donde estoy por cumplir diez días inmovilizada”.
Este día, a las 9 de la mañana -según la invitación oficial al evento-, en el Centro de Convenciones de San Luis Potosí, está anunciada la presencia de la titular del INMUJERES en acto de firma del convenio e instalación del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en la entidad.
Almendárez Prieto expuso que hace casi un año, el 27 de mayo de 2016, envió la primera de dos cartas a Lorena Cruz, a través de la cual le solicitó apoyo y solidaridad.
En ella se quejó de la indolencia de las autoridades estatales, en particular del Secretario General de Gobierno, Alejandro Leal Tovías, porque en una reunión de trabajo sostenida en aquel entonces se comprometió a ver su caso, “sin que a la fecha haya hecho algo”, planteó en aquel entonces.
Asimismo le refirió que el 14 de marzo del año anterior se entrevistó con la esposa del gobernador, Juan Manuel Carreras López, Lorena Valle, quien minimizó el abuso sexual del que fue víctima, porque le dijo que “nada más fueron unos tocamientos”.
El segundo escrito se lo remitió a Lorenza Cruz con fecha del 27 de abril del año en curso, para pedirle información sobre el primero porque “no he recibido respuesta” y “sigo padeciendo por haber reclamado mis derechos y mi protección, como si la defensa de mi dignidad como mujer fuera un delito”.
