La generación del vacío

Oswaldo Ríos Medrano

¿Qué es lo que lleva a un joven en la plenitud de su vida a arrebatar la de otro que como él, sueña todos los días con un futuro feliz, en el que se imagina viajando, formando una familia, en fin, realizándose de la manera que le dé la gana?

¿Los sentimientos oscuros que súbitamente lo ciegan le permiten un momento de lucidez para entender que la vida que aniquila dejará también la propia devastada?

¿Qué es lo que provoca que un par de amigos un día publiquen una foto afectuosa en la que se abrazan y al siguiente sean protagonistas de una tragedia que llena de dolor a sus familias y conmociona a la sociedad de la que forman parte?

¿Qué infaustos tiempos vivimos, en los que una vorágine de violencia demencial arrebata la vitalidad y la esperanza a nuestros jóvenes? De entre todos nuestros fracasos, el peor es permitir que las nuevas generaciones de mexicanos se acostumbren a vivir en el infierno.

El asesinato que ocurrió ayer en el Club Campestre solo sería una estadística más entre los  484 homicidios dolosos que han ocurrido en el año y medio que lleva el gobierno de Carreras (el más violento en la historia de San Luis Potosí), pero las personas que trastocó la tragedia han dado al asunto una notoriedad pública inevitable.

Desde mi punto de vista, el hecho de que el homicidio ocurriera en uno de los fraccionamientos más exclusivos; que la víctima (Eugenio Castañón) fuera novio de la hija del procurador; y que el presunto victimario (Eduardo Hernández Janet) formara parte de una familia prominente, no hace sino recordarnos, que en este como todos los demás casos, hay tres cosas que jamás deberíamos olvidar: primero, que detrás de cada suceso delictivo hay familias y personas de carne y hueso que merecen ser tratadas con dignidad y por tanto, el gobierno no tiene derecho a minimizar o negar la gravedad de los hechos; segundo, que la violencia no tiene fronteras, ni hace excepciones de ninguna índole porque en este yermo de cantera, la única soberanía que rige es la del horror; y tercero, que algo hacemos mal con esta generación de jóvenes a la que hemos llenado de vacío.

No es que en el pasado fuera mejor, pero en este momento de avance tecnológico, de poco tiempo de los padres y madres para convivir con sus hijos y de inmisericorde bombardeo de entretenimiento, nuestra juventud vive en un estado casi permanente de evasión humana. A través de celulares, tabletas, computadoras, laptops, series, internet y redes sociales, las nuevas generaciones tienen acceso a más información que ninguna otra de las que les precedieron, pero a cambio, son quienes menos formación han recibido. Aprenden y olvidan con la misma rapidez que “googlean” un concepto. Habitantes de un instante continuo, descreen de la utilidad de la memoria y desdeñan las promesas del porvenir. En el tren vertiginoso y hedonista de sus días, hablar de valores les parece anticuado.

Hace poco pedí a mis alumnos que escogieran un personaje de la historia que admiraran, que explicaran cinco virtudes de su liderazgo y que dijeran cómo aplicarían esas cualidades en su vida diaria, más de la mitad del grupo eligió a Carlos Slim, el hombre cuyo mayor mérito es ser inmensamente rico y cuya mayor cualidad fue explotar de forma privada una concesión que antes fue pública. Si pasan todo el día con un celular en la mano, no debería sorprendernos que nuestros jóvenes también sean territorio TELCEL.

Con excepciones valiosísimas, pero en general, no les gusta leer. No les gusta debatir. No les gusta pensar. No les gusta la política. No les apasionan las ideas. No tienen referentes. No ven en la familia el último remanso. No reivindican valores. En resumen, hay muy pocas cosas que logren motivarlos a vivir con pasión, es como si estuvieran cansados o aburridos del mundo.

El resultado de lo que son, es en buena medida responsabilidad nuestra. Todos los días ven que en un México desigual, corrupto, violento, mercantilizado, excluyente y con una clase gobernante decadente, los que triunfan son los corruptos que tienen la relación política para ser impunes; los que hacen negocios inmensos al amparo del tráfico de influencias; los ignorantes que pueden comprar una candidatura para tener fuero y decir sandeces; los que pueden hacerse de un arma y silenciar para siempre la existencia de otros. Pedirles, como escribió Alfonso Reyes en su Cartilla Moral, que orienten sus pasos al bien y que procuren el respeto social, suena insensato en un país en el que siempre ganan los canallas.

Estos días, también pudimos ver el video de una estudiante de secundaria arrojándose al vacío, despreciando una vida que nunca se le reveló maravillosa, o más bien, una casi niña abandonándose a la nada porque su mirada nunca fue iluminada para aprender a apreciar la enorme vastedad de su belleza.

Con dolor hemos descubierto que darle todo a los hijos sin que les entrañe ningún sacrificio, les ha enseñado que lo que nada cuesta, nada vale. Y los jóvenes que tienen poco, están dispuestos a todo con tal de alcanzar por la vía más corta el sueño banal de tenerlo todo, aunque solo aplique para las cosas materiales. Les hemos dado la vida, pero no hemos asumido la responsabilidad de vivirla con ellos.

Recuerdo al escribir estas líneas, las famosas Cartas que Séneca le escribió al joven Lucilio: prédicas morales para vivir con dignidad y para encontrar la felicidad. ¡Cuán poco nos hemos ocupado los adultos de este tiempo en orientar a nuestros jóvenes! En ellas, le dijo alguna vez a su novel discípulo: “La virtud, en efecto, no genera un vacío en el alma; la llena toda, ella sola disipa todos los pesares, porque es el principio y el origen de todos los bienes”.

Y sí, hay vacíos que solo pueden llenarse con amor.

Lapsus

  • “¡Arriba PANAVI, chingao”.

 

Arriba PANAVI

Diputado local priísta y principal promotor de PANAVI José Luis Romero Calzada enseñando descaradamente el cobre y los intereses a los que sirve. Razón 489 para no permitir el robo del siglo: si el peor legislador en la historia de San Luis Potosí apoya como porrista la porquería pestilente de ese contrato leonino no hay nada más que agregar. ¡Abajo sus raterías, chingao!

 

 

  • “¡Hay que votar todos juntos! ¡Vamos todos con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Por MORENA sí voy a votar! ¡Vamos todos con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Con MORENA! ¡Por MORENA sí voy a votar!”.

 

 

Spot de MORENA en la campaña electoral del Estado de México. ¡Si Juan Gabriel viviera, de nuevo se muriera!

  • “Han habido muchos señalamientos, primero decían que tengo un sobrino secuestrador, después que ando con Abarca, después me relacionan con el Javier Duarte, después me dicen que por ahí, los eh, lo que hubo con los trabajadores, que yo les quitaba el salario a los pobres trabajadores. No es cierto. Eh, yo como decía hace rato, no sé qué  puedan más inventar. ¡Ojalá y que no salgan con que después soy novia de Trump!”.

 

 

Delfina Gómez Álvarez candidata de MORENA a la gubernatura del EDOMEX relatando cronológicamente los ataques que ha sufrido en campaña. ¡Y Trump qué culpa tiene!

  • Y finalmente, un LAPSUS hecho con las patas…

 

 

Nuño en la vida, en el amor, en la política, en el fut, en la reforma educativa, en todo.

Twitter: @OSWALDORIOSM

Mail: oswaldo_rios@yahoo.com

 

Redes Sociales

Noticias por WhatsApp

Recibe nuestras notas directo en tu WhatsApp

Notas Relacionadas

Más Vistas

Skip to content