Por: Eduardo Delgado
Procedente del Museo del Ferrocarril, de pasadita a su despacho, “El Güero” saludó a un grupo de policías y custodios -con indumentaria civil- que poco antes de las diez de la mañana se empezaban a reunir frente a Palacio de Gobierno, para realizar la primera protesta pública originada por su decisión de “adoptar” un regimiento de polizontes foráneos. Acto que él o uno de sus colaboradores idearon “esconder” y enseguida comenzó un desfile de representantes de gobierno para invitarlos a pasar a la antigua sede del Poder Legislativo.
El “gober” escuchó a los inconformes que le anunciaron la entrega posterior de un pliego petitorio, pero que mientras aguardaban en espera del documento y de miembros de la directiva de su organización (Hermandad de Policías Estatales, Asociación Civil) para enseguida entregárselo. El mandatario les dijo que los atendería Marianela Villanueva Ponce y se retiró a su oficina.
Luego de varios intentos fallidos por “ocultar” la primera protesta pública contra la administración encabezada por Juan Manuel Carreras López, la ex diputada local, Marianela Villanueva, salió a invitar a los policías estatales a pasar a esperar.
A distancia un elemento la identificó. “Les encanta el hueso… no lo dejan; estaba en el Congreso del Estado y ahora acá”, dijo con cierto resentimiento. Otro compañero le recordó que antes trabajó en el municipio, con la ex alcaldesa Victoria Labastida.
“Primero me presento. Soy Marianela Villanueva Ponce, estoy apoyando aquí ahorita al señor Gobernador, como Sub Secretaria de Enlace Interinstitucional, en la Secretaria de Gobierno y la intención nada más es que podamos esperar adentro, para que no estén aquí afuera”, les dijo para convencerlos. La respuesta fue contundente: “No se preocupe, aquí estamos bien, somos de calle”.
Los elementos policiacos, mezclados con personal de seguridad y custodia, le explicaron que su intención era esperar a compañeros de la directiva y le pidieron no preocuparse por su permanencia en la calle, expuestos al sol. “Yo sé que ustedes están acostumbrados, pero si pasan no iniciaríamos ninguna platica hasta que ustedes decidan”, les insistió.
“Digo para ahorita que nosotros tenemos… para atenderlos o sea…sino igual y nos esperan un poquito más”, persistió. “No hay problema, vamos a permanecer aquí afuera licenciada, hasta que llegue parte de la comitiva”, le dijo uno. Otro justificó que la espera era parte de un acuerdo entre ellos. “Muy amable gracias”, le añadió.
Tras distraerse en responder una llamada en su dispositivo móvil, Marianela Villanueva volvió con los policías. Uno le expuso que sería bueno invitar a la reunión al presidente o cualquiera de los diputados integrantes de la comisión de Seguridad Pública, Prevención y Readaptación Social.
En ese tenor Marianela les propuso integrar una comitiva para que acudieran a las oficinas de los representantes populares a buscarlos e invitarlos. “Sería importante que ustedes se los pidieran. Yo también los voy a buscar, pero si un grupo de ustedes me pudiera ayudar sería mucho mejor, porque de ustedes surgió la idea”.
Sus interlocutores anticiparon: “Vamos a ir y no los vamos a encontrar; solo van a cobrar los días de quincena”, objetaron. “No se supone que todo se maneja desde aquí (Palacio de Gobierno)…basta una llamada de usted para que vengan”, comentó otro.
Tras su fracaso la ex legisladora se retiró y en tanto los polis iniciaron, a modo de entretenimiento, la búsqueda de la razón del especial interés, mostrado por diversos representantes de gobierno, en hacerlos pasar. “Nos querían esconder de la gente que pasa en la plaza”, planteó uno.
Otro planteó una hipótesis convincente para la mayoría: “Que no ven que es la primera protesta y por una cuestión de seguridad causada por él”. Es decir originada por la “importación” de un “regimiento” integrado por tamaulipecos, regiomontanos y hasta veracruzanos, por los que los agentes locales temen ser relegados, pues el comandante Arturo Gutiérrez García no quiere a nadie extraño cerca de él.
Poco después de las doce horas el contingente entró y cada uno ocupó las butacas de la antigua sede del Congreso Local. Se retiraron a la calle después de casi una hora, con la cita para regresar a otra reunión el próximo jueves a las 12 horas.
