Responsables por omisión

Por Victoriano Martínez

“Los gobernantes se han olvidado de combatir la inseguridad con estrategia”, dijo el pasado viernes el diputado Pedro Carrizales “El Mijis” en el arranque del diagnóstico “Violencia y las Pandillas”.

Un acto en el que estuvo sentado en medio del gobernador Juan Manuel Carreras López y Jaime Pineda Arteaga, secretario de Seguridad Pública del Estado.

Un acto en el que Pineda Arteaga, con declaraciones a la prensa, reveló que en materia de seguridad la estrategia es que no hay estrategia porque la estrategia cambia porque las maneras de los delincuentes cambian constantemente.

Casi un trabalenguas para describir un plan de seguridad que se encuentra trabado.

Menos de 48 horas después, “El Mijis” hace un llamado al gobierno federal y al estatal para que actúen para protegerlo a él y a su familia, tras presentar un video en su cuenta de Facebook en el que muestra los impactos de bala de que fue objeto la casa de su padre la madrugada de ayer.

Es el tercer atentado contra la seguridad del diputado de origen pandilleril, aunque en esta ocasión se dio en contra de su familia, en la casa de su padre.

“Está en peligro mi familia, ojalá puedan compartir para que esto no llegue a pasar a mayores o que tengamos que venir en un pinche ataúd y ora sí el pinche nos diga: ‘ora sí se comprobó el atentado, ¿no?’”, reprochó a quienes han puesto en duda los dos casos anteriores.

No es el primer personaje que pide que le garanticen su seguridad y la de su familia.

Tampoco es el primer personaje que, tras un atentado fallido, vive con el riesgo de otro atentado que pudiera resultar fatal.

El pintor Héctor Domínguez fue asesinado con dos integrantes más de su familia semanas después de haber sufrido un atentado del que salió lesionado.

El hecho de que ahora hayan baleado la casa de su padre es un acto de intimidación, como el propio “Míjis” lo califica.

Su postura con la que anuncia que “jamás he dejado una lucha a medias”, lo mantiene en la mira de quienes, de alguna manera, se sienten amenazados con su trabajo.

El acto de intimidación y la postura de no dejarse intimidar son para las autoridades, el gobierno federal y el estatal a quienes hace el llamado, un foco rojo ante el que –de haber consecuencias desafortunadas– se volverían responsables por omisión.

‪ “El Mijis” expresa que “la neta, estoy hasta la madre de vivir en un país en el que ser luchador social conlleva la posibilidad de morir”.

Una angustia y un hartazgo sobre un riesgo con tres manifestaciones graves, sobre las que la autoridad no ha concluido investigaciones que den con los responsables, se apliquen las sanciones y las medidas necesarias para que no se vuelvan a repetir.

Omisiones que hacen campear la impunidad y que muestran por qué, si el riesgo es mayor para un personaje como ”El Mijis”, cualquier ciudadano también se encuentra en peligro.

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