¡Sí se pudo!

Por Oswaldo Ríos Medrano

Que la Sexagésima Primera Legislatura será recordada como la peor de la historia, ni duda cabe. Los apellidos Barrera, Flores, Mendizábal, Torres, Bautista, Romero, Desfassiux y Díaz, tendrán para siempre la vergonzosa impronta de haber contribuido con creces a la degradación de la vida parlamentaria en San Luis Potosí. Que quede claro, no fue gracias a ellos que se eliminó el fuero, fue a pesar de ellos y eso no debe olvidarse jamás.

Para la sociedad potosina, el viernes 28 de julio de 2017 será una fecha memorable, porque ese día, la soberbia del Poder Legislativo fue vencida por la entereza de la dignidad ciudadana.

El fuero se eliminó porque miles de ciudadanas y ciudadanos escribieron, hablaron, marcharon, protestaron, gritaron, tuitearon, presionaron, arengaron y exigieron de la forma que estuvo a su alcance, que el Congreso dejara de simular y se atreviera a contradecir la orden expresa del “gober” Juan Manuel Carreras de no moverle a ese tema.

La descomposición del Poder Legislativo en San Luis Potosí tiene responsables con nombre y apellido. Antes se autodenominaron “Broncos” y recientemente “Ecuación corrupta”. Son una facción de diputados infiltrados en todos los partidos pero que obedecen las órdenes de Ricardo Gallardo y Cándido Ochoa. Descarados como ellos solos, todavía pretendieron capitalizar políticamente el tema al que siempre se opusieron. Ese es su principal problema: no entienden que no entienden.

Nunca se dieron cuenta que después del video pornográfico en el que se exhibió que hay diputados que actúan como grupo de delincuencia organizada, PANAVI, la Auditoría Superior del Estado y el fuero, ya estaban muertos y nada, ni nadie, podría evitar que sus restos fueran a parar a la fosa común de las fechorías y excesos que a todos ya nos tienen hasta la madre.

La de ayer, fue la crónica de un oportunismo anunciado.

La sesión extraordinaria comenzó puntualmente a las 10 de la mañana. La reunión plenaria del Congreso la encabezó Manuel Barrera en calidad de presidente, ese que muchos más bien quisieran que fuera presidiario y que tiene posgrado en caradurez. El del Verde, es el único miembro de la ecuación corrupta que se aferra al cargo, y por tanto, concentra todo el desprecio de la ciudadanía. Usando el famoso estribillo de “¡Fuera Barrera!”, se inauguró un nuevo género musical: la batucada con cacerolazos.

Al fondo del Salón Ponciano Arriaga se lee una manta monumental: “Manuel Barrera eres una persona no grata en nuestro Congreso”. Repudiado en el mismo Poder que “preside”, su presencia es el permanente recordatorio de que, tan importante es eliminar el fuero, como el cinismo en esta clase de políticos. A ver cómo rinde el Segundo Informe de Actividades del Congreso el próximo 14 de septiembre.

Comienza el debate. Los presentes se alistan a disfrutar el espectáculo. Saben que en esta legislatura los dipupayasos y los legisbufones hacen cada semana las delicias de chicos y grandes. El auditorio se ha convertido en graderío, la tribuna en carpa y los representantes populares en protagonistas de sus propias miserias.

La primera en hacer uso de la voz es la más gallardista de las diputadas priístas: Esther Angélica Martínez. Desde su saludo se anula a sí misma: “Señores y señores (sic), gracias por acompañarnos en esta sesión que es tan importante para ustedes (sic)”. Así es, a ellos en el fondo les vale un pepino perder el fuero, para eso son tapetes de Federico Garza. Ella es la misma diputada que se resistió a aprobar en las comisiones la derogación del fuero y que accedió a hacerlo hasta que recibió la línea de Carreritas. ¡Cómo cambian los discursos! Todo sea como eliminar los antecedentes penales.

¡El pueblo unido jamás será vencido! Retumba la consigna en Plaza de Armas.

Sigue en el uso de la expresión José Luis Romero Calzada, el gran demagogo. Adicto a los aplausos fáciles, comienza dando coba a los distintos grupos que impulsaron el tema. Nadie se la compra. Ya lo conocen y lo más importante: lo reconocen. Es justamente por diputados al límite de la legalidad como él, que es necesario eliminar el fuero. Trata de rescatar mérito para sus compinches Flores, Torres y Barrera, pero no lo logra. Cuando menciona el nombre de Barrera todos se le echan encima. Eso lo enerva. Proclama lo que ni Yvett Salazar se atrevería: “¡Vamos a demostrar la inocencia de Barrera, él sí es valioso y tiene agallas y no como muchos de ustedes que vienen aquí a gritar”! Lo abuchean. El maquillaje agriado, el rostro ajado, la garganta aguardientosa. Romero es un payaso sin gracia.

Luego hace su aparición estelar un diputado de apellido Miranda, en tono luismiguelesco saluda al público como en el Auditorio Nacional: “¡Holaaaa, como sssshtaaaan todoooossshh!” Lo abuchean. La juventud no es un pretexto para tolerar la novatez y se destempla. Trastabillando, cambia una palabra por otra. Masculla: “Escúchenme por favor”. ¡Fuera, fuera, fuera! Le regresan. Ni un poquito de compasión le regalan. Recurre al último recurso: desgañitarse ante un público que no le interesa escucharlo. Nada pasa. Mejor se va.

¡Que se vote, que se vote, que se vote! Grita la gente, los diputados insisten en exasperarlos.

Llega al escenario Gerardo Serrano. Comienza con un: “¿Me pueden dar permiso?” Para lucirte, completa un espontáneo. El Chilito habla al ídem y muy honesto confiesa: “El fuero es mi bandera”. La agita, la sacude, le da vueltas, se envuelve en ella y nada, el monstruo de la Quinta Vergara.. Perdón me alteré, el público del Congreso sabe que esa bandera es del pueblo y vociferan nuevamente que se vote. Se va con puchero.

Para seguir retando la paciencia del respetable pide la palabra Josefina Salazar. Ve las muchas miradas queriendo comérsela viva, le mide el agua a los camotes y mejor nada más dice: “Este día gana el pueblo de San Luis Potosí. Gracias”. Ausencia o presencia según conveniencia y mejor se regresa a su curul, las miradas la acompañan.

Cuando parece que ya no hay nada que decir, no debemos olvidar el factor Alejandro Segovia. En la misma tribuna en la que denunció la insuficiencia testicular de Juan Manuel Carreras, pronuncia una disertación que desmiente una teoría que se creía científicamente demostrada: “Señores, los diputados sí tenemos vergüenza y sí tenemos madre”. La incredulidad es directamente proporcional a sus provocadores: le mientan la madre.

Ahora sí. Parece que ya terminó el suplicio, pero no. Romero Calzada vuelve a usar la tribuna. Esta vez es breve, solo para acusar a “su compañero” Gerardo Serrano de haber financiado al grupo de señoras que protestan con cacerolas, retar a golpes a los manifestantes y anunciar que Flores, Bautista y Torres pronto regresarán al Congreso porque “tienen muchas agallas”. ¿No que si tenían madre?

¡Uf! Esto parece no tener fin (el debate, no la columna). Pide hacer uso de la voz Xitlálic Sánchez, dice que solo es el primer paso y les agradece a los presentes por “haber despertado al Congreso”. Despierta, pero el griterío. Ahora sí, la gente ya está que no aguanta una intervención más y… ¡Vera pide la palabra!

Famoso por pronunciar peroratas de varias horas, esta vez Vera no va a tentar a la suerte y su discurso tiene solo 5 palabras: “¡Señor presidente, que se vote!”. La gente aplaude, obvio porque ya se acabó, no a Vera.

Se vota. No hay borracho que coma lumbre, ni diputado que vote en contra. Se aprueba por unanimidad. Surge el segundo grito más ensordecedor de la mañana: ¡Faltas tú Barrera, faltas tú! Hay cosas que el dinero no puede comprar, el respeto de la gente, por ejemplo.

Finalmente, resuena el grito más estrepitoso de todos: ¡Sí-se-pudo! ¡Sí-se-pudo! ¡Sí-se-pudo!

Los potosinos saben que los partidos han expropiado el Congreso en su beneficio y lo han repartido entre los peores miembros de su militancia. Por eso hace mucho que en ese lugar los ciudadanos no festejaban nada. La alegría se respira en el ambiente. De inmediato aparecen los profesionales de la amargura: tal vez no se logre nada eliminando el fuero y la impunidad persista. No importa. Serán batallas futuras y este pueblo ya aprendió a ponerse de pie: ¡Sí ya se pudo una vez, lo haremos cuantas veces sea necesario!

Twitter: @OSWALDORIOSM

Mail: oswaldo_rios@yahoo.com

 

AVISO: El que esto escribe tomará un pequeño sosiego y como consecuencia, esta insigne columna se volverá a publicar hasta el próximo sábado 19 de agosto. ¡Cuídense mucho y no olviden asolearse la pancita… DESAFORADAMENTE!

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