Una revolución en el arte de calcular

Frater Ignatius

John Napier fue un hombre realmente creativo. Además de ser teólogo, astrólogo, inventor, ingeniero, fue un gran matemático que contribuyó a facilitar el cálculo de problemas muy tediosos. En 1614 publica un libro que será esencial para todo el avance de la matemática: A Description of the Marvelous Rule of Logarithmus. La obra resulta esencial para avanzar en astronomía, ingeniería, náutica, topografía, entre otros campos. Abre el camino para la realización más presurosa de la computación. Antes de que se inventara la calculadora electrónica, los logaritmos y sus tablas se usaban con frecuencia en varios campos de la ciencia. Napier inventó aparte del ábaco neperiano unas barras talladas con tablas de multiplicar que podían colocarse de distintas formas para ayudar a realizar cálculos que de otra manera llevarían mucho más tiempo. Son una especie de cálculos alquimistas que permiten la transformación de multiplicaciones a sumas o de divisiones a restas o de potencias a productos o de raíz a división. Este poder de transformación es el que hace del logaritmo una herramienta de oro para los cálculos complicados.

El logaritmo en base b de un número x es expresado como logb (x) es el número y que satisface x=b elevado a y. Si hacemos que 3 a la potencia 5 sea 3x3x3x3x3 = 243, decimos que el logaritmo de 243 en base 3 es 5. Si consideramos para efectos prácticos una multiplicación sencilla que es 8×16=128, se puede reescribir como 2 elevado a la 3 y 2 elevado a la 4. Los cálculos se reducen a una suma de exponentes (3+4=7). Para multiplicar dos números antes de que existieran las calculadoras, los ingenieros consultaban los logaritmos de los dos números en una tabla, lo sumaban y a continuación buscaban el resultado en una barra de Napier para hallar el producto. Esta operación hecha con los logaritmos casi siempre resultaba más rápida que multiplicar a mano y es el principio en el que se basan las llamadas reglas de cálculo.

En nuestros tiempos, hay distintas magnitudes y escalas científicas que se expresan como logaritmos de otras magnitudes y escalas. Por nombrar solo algunas: la escala química del PH, la unidad de medida acústica, la escala de Richter (se usa para medir la intensidad de un terremoto). Todas utilizan escalas logarítmicas en base 10. Podemos considerar a Napier (1550-1617) como un verdadero precursor del mundo moderno. Kepler le dedica un trabajo y sostiene que no hubiese sido posible formular su tercera ley sin esta invención tan importante. Su impacto en ciencia es solo comparable con la invención de las computadoras.

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