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El asesinato de Sandra Revilla el pasado 10 de mayo reavivó la indignación ciudadana por la inseguridad en la entidad potosina. Detrás de las cifras, hay familias que sufren y extrañan la paz que se perdió.

Memes, “fake news”, apodos y ataques al por mayor son una constante en la política potosina. Los desinformadores a sueldo andan desatados, mientras la ética y el rigor periodístico se esfuerzan por sobrevivir.

La nueva estrategia de marketing gubernamental levantó sospechas sobre la pertinencia del eslogan, y también sobre la o las mentes detrás de ese plan.

Entre los seis municipios más grandes de San Luis Potosí, existe uno que en sus reportes de egresos se limita a informar lo que paga a su personal y, para colmo, entre mes y mes recurre solo al “copy-paste”.

Que el Congreso del Estado erogue un promedio de 26 millones de pesos mensuales en una época de “austeridad republicana” merece una revisión detallada, sobre todo porque ese dinero sale de los impuestos de las y los potosinos.

Un sueldo mensual de más de 131 mil pesos mensuales debería ser motivo suficiente para que quienes ocupan una curul en el Senado hicieran su mejor esfuerzo, pero prefieren distraerse en otros asuntos que en hacer lo que ese cargo exige: legislar.

Cuantiosos contratos por servicios de limpieza, fumigación y jardinería han sido otorgados por Gobierno del Estado a una empresa creada casi 48 horas después de que Ricardo Gallardo Cardona rindió protesta como mandatario potosino.

Desde los contratos con “Badabún” hasta los pormenores de la construcción de la Arena Potosí y la contratación de artistas en la Fenapo. Toda esa información que tanto interesa a los potosinos, el gobierno estatal la entrega a cuentagotas, por razones que despiertan cada vez más suspicacias.

Que el Partido Verde sume a un millón de potosinos a sus filas aún está por verse, sobre todo si en el listado de militantes que publica el INE hay notables ausencias, como la del padre del jefe real del partido y el dirigente estatal.

En una época en la que informar es mucho más sencillo que en otras décadas, la desinformación está a la orden del día, situación que muchos políticos aprovechan para acentuar sus “campañas de lodo”, seguramente a costa del erario.