Cabildo ignorante y mercenario

Por Victoriano Martínez

Desde que el 15 de septiembre, vía Twitter, Alfredo Lujambio Cataño, hoy alcalde interino, presumió los programas de desarrollo urbano como producto de “19 meses de trabajo para recuperar 17 años de atraso” dejó claro que públicamente hablarían de la urgencia de aprobarlos, pero evitarían a toda costa revelar su contenido… especialmente el comprometido con los depredadores inmobiliarios.

Sabían que difícilmente los documentos pasarían la prueba de la consigna presidencial la Sierra de San Miguelito no se toca. Ante la revelación, por filtraciones, de la pretensión de expandir la ciudad sobre áreas naturales de alto valor ecológico, en lugar de transparentar la información se allanaron a mayor opacidad y a una campaña pro aprobación por razones meramente económicas.

Durante ya casi cinco meses, la confrontación entre los integrantes del Cabildo no pasó de darle a los programas un carácter de mero instrumento para sus reyertas politiqueras, sin entrar a los temas reales de su contenido, al grado de que, superados sus afanes electoreros, rápido alcanzaron acuerdos para atender las exigencias de quienes les patrocinan su traición a la ciudad.

Cinco largos meses de simulación de mesas de trabajo en secreto para presuntamente analizar los documentos.

Si en algo coincidieron todos fue en no hacer ninguna revelación pública sobre lo observado, cual forma de proteger el material de negociación para ofertar su apoyo a los documentos. Si algo exhibieron, regidores e IMPLAN, fue que en cinco meses fueron incapaces de al menos simular haber hecho bien la tarea.

Cuando el 8 de enero, mediante oficio, la SEMARNAT pidió no aprobar los programas de desarrollo urbano hasta definir el Área Natural Protegida de la Sierra de San Miguelito, los integrantes del Cabildo tuvieron su primera oportunidad de realinear el debate en torno a los documentos, sacudirse las presiones de los depredadores inmobiliarios, y atender la legalidad y el interés común.

Fue patético el intento de Lujambio Cataño por desacreditar la intervención de la Federación, pero resultó aún más penoso, lamentable y ridículo que insistieran en desatender la legalidad sobre la que les llamó la atención la SEMARNAT, y en violar suspensiones de amparos para pretender aprobar los programas sin someter al más mínimo escrutinio público su contenido.

La aprobación de los programas por parte de las cuatro comisiones del Cabildo el lunes 8 de febrero fue un exceso de obediencia ciega a los intereses empresariales, al grado de mostrarse dispuestos a enfrentar consecuencias legales graves. Un exceso que ya habría sido avalado por el Cabildo en pleno, de no ser por un nuevo y más fuerte llamado de atención por parte de SEMARNAT.

Un segundo llamado desde la SEMARNAT que, por primera vez, deja expuesto que los presumidos documentos producto de “19 meses de trabajo para recuperar 17 años de atraso” están incompletos y, sobre todo, resultan incompatibles con el Área Natural Protegida de la Sierra de San Miguelito hoy en estudio.

Se trata de las primeras observaciones planteadas de manera oficial sobre algún aspecto del contenido de los documentos hechas por la SEMARNAT en su comunicado de este jueves. De entrada, le señala “faltas de información e inconsistencias relevantes que impiden la realización del análisis cartográfico apropiado”.

La opacidad (¿o negligencia?) de la autoridad municipal le impidió entregar a la SEMARNAT “los archivos de datos espaciales (polígonos con ubicación geométrica) de la zonificación primaria y secundaria de los programas referidos, los cuales son fundamentales para el análisis de uso de suelo que se está proponiendo”.

A pesar de la entrega incompleta de la información (con intención o por negligencia), la SEMARNAT detectó que “existe contradicción entre los instrumentos, a razón de los usos y destinos que se le asignan en la zonificación secundaria para las áreas urbanas y urbanizables, las cuales serían incompatibles con el ANP Federal”.

Y pone un ejemplo: “se corre riesgo de crear una barrera urbana que impediría la conectividad ecológica de la zona que actualmente conforma el ANP de carácter estatal, Parque Urbano Paseo de la Presa, con el resto de la ANP Sierra de San Miguelito”.

Si desde hace cinco meses los regidores y síndicos hubiesen consultado, como ordenan las leyes generales de la materia, a las instancias estatales y federales en lugar de buscar tajada politiquera, hoy no se hablaría de errores elementales como esos, ni estarían tan exhibidos como un Cabildo ignorante y mercenario hasta la ignominia.

El segundo llamado de la SEMARNAT es fuerte, pero parece que las presiones de los depredadores inmobiliarios también lo son y persisten.

Aunque la instancia federal les pide no aprobar los programas “hasta culminar el proceso de creación de la ANP Sierra de San Miguelito, ya que una aprobación de manera apresurada violaría el derecho humano a un medio ambiente sano de las y los potosinos”, el Cabildo no canceló la sesión, sino que –a propuesta de Lujambio Cataño– la declaró en receso.

“Pongo a consideración de esta honorable mesa colegiada poder tener un receso de 24 horas para el análisis sistemático de los instrumentos que nos han hecho llegar a esta Administración y al Instituto Municipal de Planeación”, sometió a votación Sebastián Pérez la propuesta del alcalde interino.

¿Es tan difícil entender que primero es la declaratoria de Área Natural Protegida de la Sierra de San Miguelito y después los programas de desarrollo urbano para evitar incompatibilidades que violarían el derecho humano a un medio ambiente sano?

¿Es tan difícil alinearse al interés general de la protección de los servicios ecológicos que le presta la Sierra de San Miguelito a la ciudad antes que a intereses inmobiliarios altamente depredadores, sobre todo a la luz de la advertencia de la Organización Mundial de la Salud de que “Las pandemias son el resultado de la destrucción de la naturaleza”?

Seguramente para un Cabildo que se ha mostrado ignorante y mercenario hasta la ignominia, es difícil privilegiar el derecho humano a un medio ambiente sano y la protección de los servicios ecológicos que le presta la Sierra de San Miguelito a la ciudad cuando el llamado a la cordura compite con las presiones y ofertas de los depredadores ambientales.

El segundo llamado de la SEMARNAT es fuerte, pero representa para los integrantes del Cabildo una segunda oportunidad para que corrijan el camino. Ya están demasiado exhibidos.

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