Por Antonio González Vázquez
El gatopardismo instalado como principio de acción de las instituciones públicas es del todo insultante. Hoy más que nunca, ese oprobio que reza: “cambiar todo para que las cosas sigan iguales”, está más vigente que nunca.
La designación de Rocío Elizabeth Cervantes Salgado como Auditora Superior del Estado desde hoy hasta el 31 de octubre de 2024, es ejemplo de ese gatopardismo ramplón prohijado por una clase política corrupta como la potosina.
La ahora titular de la Auditoría Superior del Estado fue parte del equipo de Jesús Martínez Loredo. Creer que ella es la única inocente que no se manchó en el fango es una ingenuidad.
Desde el momento en que la Comisión de Vigilancia del legislativo la colocó como encargada del despacho le estaban diciendo en automático: tú puedes ser auditora si haces lo necesario para que todo siga igual.
Y eso es lo que ha ocurrido. Una funcionaria que debió quedar descartada por el simple hecho de ser parte de la etapa de mayor corrupción en la ASE, resulta ser ahora la dueña del cargo para los próximos siete años.
No son solo sus ligas con la clase política priísta, lo que la descalificaba es que estuvo en la ASE con Martínez Loredo y nunca dijo nada, guardó silencio acerca de la podredumbre que carcomía a la institución.
Pero de los diputados de la actual legislatura todo se puede esperar, por lo pronto ya debieron negociar algo para ellos. Así son, todo está podrido en el Congreso.
Ayer, previo a la elección en el Congreso se distribuyó la siguiente información, quizá con objeto de evidenciar que los legisladores estaban por tomar una decisión errónea y altamente perjudicial.
“En el informe de la Auditoria Superior del Estado, ASE, sobre el poder ejecutivo del Estado, durante el ejercicio fiscal 2015, se observa que no se auditó al sistema DIF estatal que dirigía María Luisa Ramos Segura, por lo que este ente fiscalizable gastó el dinero a su antojo y sin revisión de la entonces Coordinadora de Auditoria Gubernamental, Rocío Elizabeth Cervantes Salgado.
A pesar de que en ese organismo se gastaron más de 530 millones de pesos del erario público, esta servidora pública prefirió callar y ser parte de la serie irregularidades que se vislumbraron en ese organismo que se supone debe ser una instancia sensible y de atención asistencial.
Se tiene el dato, con pruebas de ello, que sólo la Auditoria Superior de la Federación, ASF, revisó al ente auditable y fue quien le encontró infinidad de observaciones entre las que se encuentran las observaciones de las estufas ecológicas, en el que la ahora interesada en ocupar la Auditoria Superior del Estado, ASE, Rocío Elizabeth Cervantes Salgado, nunca tuvo ojos ni oídos para observar o iniciar una investigación en contra de la entonces primera dama del Estado.
Pero no sólo fue el ejercicio fiscal del 2015 el que encubrió a la ex esposa del ex gobernador Fernando Toranzo Fernández, sino que además los años que le antecedieron no fiscalizó los recursos que superan los tres mil millones de pesos, de los años 2011, 2012, 2013, 2014, donde prefirió encubrir la criticada gestión priísta.
Lo incongruente de esto, es que a pesar de estos antecedentes, este día es todavía considerada como un perfil para ocupar la Auditoria Superior del Estado, ASE, con este tipo de hechos denunciados cabe hacerse la pregunta sobre qué futuro le esperará al organismo fiscalizador del estado, que de por sí, ya está manchado por las corruptelas de José de Jesús Martínez Loredo y su banda de delincuentes de cuello blanco.”
La información fue enviada desde el correo electrónico informacionquecuenta@gmail.como bajo el mensaje de “información relevante”.
El dato contrasta con las opiniones de diputados, como es el caso de Héctor Mendizábal, presidente de la Comisión de Vigilancia que no reparó en elogios a favor de la funcionaria que lleva ya veinte años en la ASE.
Con los siete años, podrá superar un cuarto de siglo en labores de fiscalización y hasta donde se sabe, no hay peces gordos en la cárcel.
Curiosamente como diría el ya clásico “ya soy autónomo”, la titular de la ASE también lo es, puesto que a decir de Mendizábal “creo que Rocío Elizabeth Cervantes cuenta con la capacidad y la experiencia para sacar adelante la gran responsabilidad de encabezar la ASE, cuenta con 20 años de servicio dentro de la propia institución y hoy goza de plena autonomía para desempeñar su trabajo”.
No hay duda, en efecto, la Ecuación Corrupta ya ganó. En adelante se van a cuidar más y harán un trabajo más fino para evitar que los vuelvan a chamaquear.
