Caja Negra: Un listoncito que cortar, un banderazo que dar…

Por Antonio González Vázquez

Algunos de los momentos favoritos de Ricardo Gallardo Juárez como alcalde es cortar listones o dar banderazos. Es como su momento climático, nada como iniciar o inaugurar obras, aunque estas sean menores.

Siempre que inaugura alguna obra, recibe un reconocimiento fresco, espontáneo y del todo voluntario y desinteresado de los “beneficiarios” que le dicen al alcalde lo grandioso que es para todos.

De hecho, a Gallardo le gustan las obras chiquitas porque de ese modo, hay más banderazos de salida y luego más inauguraciones y luego entonces, más reconocimientos de la gente.

Por ejemplo, hace unos días el alcalde Gallardo fue a Bellas Lomas a dar el banderazo de arranque a tres pavimentaciones de igual número de tramos entre distintas calles de esa colonia. No reporta el total de metros cuadrados o lineales a pavimentar, solamente que se gastarían 8 millones de pesos.

Y como no podía ser de otra forma, se reporta que esas pavimentaciones representan un hecho histórico porque “la colonia por años estuvo olvidada”. En esos tres tramos de pavimento, según el ayuntamiento, se saca del rezago social a la gente puesto que se mejora y moderniza la “infraestructura”.

Para el gobierno municipal, parece ser más importante pavimentar unos cuantos metros cuadrados que emprender obras de mayor trascendencia social y urbana; en el fondo el propósito es aparentar que hay mucha obra pública cuando en realidad se trata de proyectos menores.

Tan es así, que es posible demostrar que en un solo mes, la administración de Victoria Labastida pavimentó más metros cuadrados que Ricardo Gallardo en 17 meses de administración.

La comparación es contundente y deja mal parada a la administración municipal porque además, Labastida licitó públicamente todas las obras y Gallardo las ha asignado de manera directa o por invitación restringida.

Esta claro que el gobierno de Gallardo lo que busca es construir una imagen de gran emprendedor de obras, pero ese intento se desvanece en el momento en que se confirma que la mayor parte de sus pavimentaciones corresponden a calles o a pequeños tramos.

Será que está imitando a Octavio Pedroza quien cuando fue presidente municipal gustaba también de obras chiquitas, lo que la valió el mote del alcalde chiquito.

Paradójicamente, por cierto, mientras se pavimenta a retazos, la ciudad está de nuevo con baches por doquiera: ni sacaron a San Luis del bache ni los han tapado como habían prometido Gallardo y Carreras.

 

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