120 filósofos: Antoine Arnauld

La precisión del pensamiento es esencial en la vida

1612-1694

Frater Ignatius

Sacerdote, teólogo, filósofo, matemático, poeta, ensayista, escritor, profesor universitario, lógico, estadístico. Fue el menor de veinte hermanos. Colabora con Blaise Pascale y con Nicole en la elaboración de una obra maestra que irrumpe hasta entrado el siglo XX. El arte de pensar que más tarde se conoció como la lógica de Port-Royal.

Estuvo en pugna con los jesuitas y fue amigo de Luis XIV. Jansenista de corazón, se ganó el repudio de la Iglesia y por un tiempo tuvo que esconderse.

Arnauld es un racionalista de pura cepa. Polímata, un hombre de ilustración sublime. Varios pensadores lo admiraron y llegaron a decir que era una persona extraordinaria. En su obra antes citada, sostiene que el fin principal de la lógica es inculcar un pensamiento claro. Lo más importante es distinguir siempre lo verdadero de lo falso.

La precisión del pensamiento es vital en cada aspecto de la vida de las personas. Debemos pugnar por distinguir el error tanto en las ciencias como en la vida común, en la vida de todos los días. Lo anterior se puede resumir en una frase: “quien escoge bien posee mente confiable, quien lo hace mal, tiene una mente defectuosa”.

El arte de pensar se compone de cuatro partes que se relacionan con las operaciones principales de la mente: concebir, juzgar, razonar y organizar. Las dos primeras tienen que ver con el lenguaje, son básicamente temas de índole lingüística. Razonar escala y pertenece a otro nivel del intelecto. Se requiere cuando los conceptos que forman una proposición no son lo suficientemente claros para hacer un juicio. Por último, organizar es una actividad mental que refleja un pensamiento inductivo. Partimos de las partes para poder generar un todo.

El habla para el pensador francés es parte del mundo material y está limitado por distintas leyes. El pensamiento según él, pertenece a la esencia de la mente y no hay restricción. La gramática pertenece al lenguaje y la lógica al pensamiento. Se llega a la conclusión de que razonar es una extensión más elaborada del juicio.

Arnauld poseía una vitalidad a toda prueba. Era una fuerza de la naturaleza bien disciplinada, bien dirigida. Era admirado por mucha gente y su influencia fue enorme. Invitaba a pensar la lógica como una herramienta; refinamiento del pensamiento lúcido en favor de cierta argumentación.

Arnauld dejó Francia por los Países Bajos y al final vivió en Bruselas creando una interesante y nutrida polémica con jesuitas, calvinistas y herejes de todo tipo.

Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.

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