120 filósofos: Thomas Hobbes

El hombre es un lobo para el hombre

1588-1679

Frater  Ignatius

A diferencia de Rousseau, quien pensaba que el hombre es bueno por naturaleza, Hobbes tenía la certeza que el hombre es un animal y conserva muchos rasgos emparentados con nuestros hermanos “menores”.

Argumentaba que para regular ese aspecto salvaje y primario, era necesario crear una especie de tratado en donde el Estado fuera un mediador de las conductas hostiles de los hombres por medio de sanciones y leyes, obligaciones y mandatos para que la sociedad funcionase de manera eficiente.

Lo anterior lo plasma en su obra Leviatán de manera magistral y perfectamente bien estructurada teniendo como base y centro el concepto de contractualismo. A pesar de que fue uno de los más grandes polímatas de su tiempo, siendo un docto en geometría, matemáticas, física, balística, historia, ética y teología, se le conoce por ser un pensador de índole política, cuyas teorías siguen aún vigentes después de más de tres centurias.

Influido por la ciencia de su tiempo y por ser amigo de pensadores importantes como Bacon, Descartes y Mersenne, hizo una metodología lógicamente sólida y de grandes alcances. Como Galileo y Newton en la ciencia natural, Hobbes pensaba que las leyes podían aplicarse a las ciencias sociales, teniendo como eje el concepto de movimiento.

Hobbes vivió en Francia diez años exiliado a causa de las disputas por el poder en Inglaterra. Logró gran reputación como pensador. Su obra De Cive, publicada en París en 1642, desarrolla los temas de los elementos, pero su pensamiento llega a su máxima expresión en su obra magistral, Leviatán.

Según este pensador, el hombre actúa de acuerdo con ciertas leyes naturales. Su estado normal es de guerra y conflicto, a menos que se influya sobre este y se gobierne según las reglas de una convivencia social.

Cada hombre opera de acuerdo con una ley natural de supervivencia. Todos deseamos lo mejor para nosotros y el pacto asegura que se puede lograr contemplando el bien de los otros.

Analizando lo anterior, es normal que Hobbes sea materialista y ateo, para quien todo en el universo es corpóreo y no hay nada que se parezca a un espíritu.

Su pensamiento se parece a los presocráticos que estudiaban el principio de todas las cosas siempre a un nivel material, nunca metafísico.

A causa de sus reflexiones se hizo de dos enemigos acérrimos: La Universidad de Oxford y la Iglesia.

Un filósofo con muchas contradicciones en varios ámbitos y niveles. Tanto en su pensamiento político como en sus creencias y acciones. Aunque fue uno de los impulsores del liberalismo, estaba de acuerdo con el absolutismo de los monarcas en turno. Murió a una edad muy avanzada y con una lucidez impresionante.

Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.

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