22 de julio: Día Mundial Contra la Minería de Tajo a Cielo Abierto

¡Fuera Minera San Xavier de Cerro de San Pedro!

Enrique Rivera Sierra

El 22 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto, iniciativa ciudadana que fue impulsada en 2009 por activistas mexicanos y canadienses, entre quienes sobresale por su tenaz contribución a la lucha por los Derechos Ambientales en México, el Dr. Juan Carlos Ruiz Guadalajara, miembro del Colectivo Azul e investigador del Colegio de San Luis, esto al calor de los triunfos jurídicos que en ese año el Frente Amplio Opositor a Minera San Xavier, por medio de PRO San Luis Ecológico, consolidó en la defensa del Valle de San Luis Potosí y en contra de la destrucción de Cerro de San Pedro.

Hace 16 años nació en la Ciudad de San Luis Potosí, México, la iniciativa por generar un día mundial en contra de la minería de tajo a cielo abierto, por los daños irreversibles que esta letal industria genera al planeta –contaminación de mantos freáticos, uso indiscriminado de vital líquido, destrucción del suelo, generación de montañas de polvos tóxicos, material altamente peligroso, desmonte y destrucción de especies de flora y fauna endémicas–, por la corrupción que siempre le acompaña por parte tanto de inversores como de los estados involucrados en generar permisos de todos los niveles, por la violencia  que siempre acompañan los métodos que se tratan de imponer en comunidades afectadas, división de las comunidades, alteración del tejido social, entre otras muchas más, esta iniciativa vio la luz en el marco de la defensa del territorio en Cerro de San Pedro, San Luis Potosí, que en esos años venía enfrentando a la trasnacional minera canadiense San Xavier, filial a su vez primero de Metallica Resources para posteriormente migrar a la otra trasnacional también canadiense New Gold. Este proyecto a todas luces ilegal anunció en 2007 la producción de su primer lingote de oro bajo el sistema de minería de Tajo a Cielo abierto por lixiviación a montones, que en resumidas cuentas significa dinamitar kilómetros de montañas con potentes y contaminantes explosivos, convertir aquello en un tajo inconmensurable, posteriormente todo el material extraído de ese proceso es colocado en gigantescas piletas llamadas “de lixiviación”, donde es rociado por goteo con miles de litros de agua mezclada con el letal cianuro, lo cual provoca la separación de la tierra de las bajas concentraciones de oro y plata que aún se encuentran en estas regiones que son sometidas a tan agresivo proceso industrial, regularmente  son minas que fueron explotadas con el sistema tradicional, el por todos conocido, aquel que el conquistador ibérico llevó a cabo desde El Cerro Rico del Potosí en La Paz, Bolivia hasta el hoy inexistente Cerro de San Pedro, en el municipio del mismo nombre, en San Luis Potosí, México.

Quienes se oponían a que este proyecto viera la luz –y que trajo por consecuencia persecución política, represión, un alcalde asesinado, activistas presos, exilios, campañas negras y sendos reveses jurídicos a partir de que la empresa corrompiera al Poder Judicial Federal– estos opositores en aquel 2009, tuvieron a bien proponer y promover que fuera el 22 de julio reconocido como el Día Mundial Contra la Minería de Tajo a Cielo Abierto, objetivo que se logró y que hoy a 16 años de distancia, ya consolidado, es marco de protestas a todo lo largo y ancho de planeta, comunidades afectadas por la minería en norte, centro y Sudamérica, en el Continente Africano, en las comunidades mas apartadas donde exista un movimiento organizado el 22 de julio viene a ser una oportunidad para levantar la voz y presentar ante la opinión pública informes pormenorizados de los daños que significan estos ecocidios disfrazados de actividad industrial, donde más allá de unos cuantos empleos mal remunerados no existe registro de ningún beneficio para las y los afectados.

En México, a partir del fraude electoral de 1988 y con la imposición del padre de la desigualdad Carlos Salinas de Gortari en la presidencia de la República, se logra modificar el artículo 27 constitucional en 1992 esto le da la oportunidad a las trasnacionales mineras de obtener permisos de explotación  otorgándoles en suma una quinta parte de todo el territorio nacional.

El caso de la Minera San Xavier es emblemático, es una herida abierta y, hoy por hoy, significa uno de los grandes pendientes de la Cuarta Transformación. No debemos olvidar que uno de los pilares de este movimiento sin duda transformador fue la lucha por el territorio, por echar para atrás los abusos e injusticias a los que fue sometido el campo mexicano en los sexenios del llamado régimen neoliberal. El lopezobradorismo siempre tuvo como bandera de lucha la defensa del territorio y de manera particular  la lucha contra la minera San Xavier en Cerro de San Pedro. Al llegar el triunfo popular de 2018 era cuestión de meses para por fin ver al Valle de San Luis libre de minería trasnacional. En cada mañanera escuchábamos con gusto como el  Presidente Andrés Manuel se refería a esta defensa con mucho respeto, y a la empresa y sus deplorables trabajos como algo que no debía repetirse nunca más. Pero de su cierre definitivo, de hacer justicia en torno a la destrucción física y social que generó, de eso nada. La empresa anunció desde 2016 estar en “etapa de cierre”, sin embrago pasan los años y el supuesto “cierre” continúa. Hay pruebas de que la empresa continúa con trabajos mineros en el sitio, movimientos de material pétreo que no reporta, utilizando el vital líquido en cantidades insultantes, cuando ya no tiene “permisos”, esos que les generaron los gobiernos entreguistas de antaño.

Hoy, bajo el gobierno de la Presidenta Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, quien como nadie conoce el tema desde sus entrañas –fue activista de primera línea, conoció la zona el 21 de abril de 2007, desde entonces se sumó a la lucha nacional en defensa de Cerro de San Pedro–  ha declarado en diferentes ocasiones que se exigirá a la compañía extranjera que se aboque en mitigar los daños ocasionados, no se puede hablar de una remediación, lo que ahí ha quedado es una zona devastada, contaminada, sin remedio alguno. ¿Cómo remediar un tajo inconmensurable que fue dinamitado una y otra vez con grandes cantidades de explosivos? ¿Cómo reconstruir el Cerro de San Pedro, otrora símbolo de la potosinidad, que aparece hoy, como broma de mal gusto, en todos los documentos oficiales, universidades, centros culturales, oficinas de todo tipo? ¿Cómo regresar a su estado original  el manto freático donde fueron colocadas encima las piletas de lixiviación? ¿Y la flora y fauna que fue desmontada y obligada a emigrar, muchas de ellas especies endémicas? ¿Cómo descontaminar el agua del cianuro, como regresar la salud a las personas que hoy en día padecen ya enfermedades incurables a consecuencia de la puesta en marcha de esta letal compañía minera San Xavier? No, ya no hay manera de remediar nada. El proceso de cierre debe ser cuidadoso, eso sí, procurar que se cumplan al menos los compromisos adquiridos de manera ilegal y tramposa con los gobiernos neoliberales. El Gobierno Federal deberá en todo momento obligar a la empresa a que, antes de su salida definitiva, deje el sitio libre de contaminación y asegurar que  la región nunca mas vuelva a ser testigo de una destrucción de esta magnitud, y lo peor, con el amparo de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Eso es lo que hoy exigimos en el Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto.

Nada más, pero nada menos.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.