María Ruiz
Entre 2014 y 2025, el estado de San Luis Potosí acumuló 3.380 diagnósticos de VIH, una cifra que lo coloca como un actor de peso medio dentro del panorama nacional y que representa 1.9 por ciento del total de 180 mil 319 casos registrados en el país durante el mismo periodo, de acuerdo con los datos disponibles. Del total estatal, 2 mil 898 corresponden a hombres y 482 a mujeres, una distribución que confirma una marcada concentración del virus en la población masculina y que se mantiene constante a lo largo de los años analizados.
La evolución anual de los casos revela una narrativa de crecimiento sostenido interrumpido por la pandemia y seguido por un repunte significativo. Los diagnósticos pasaron de 182 casos en 2014 a 213 en 2015, 237 en 2016, 276 en 2017, 328 en 2018 y 385 en 2019. En 2020 se registró una caída abrupta con 171 diagnósticos, seguida de una recuperación gradual en 2021 con 211 casos y un nuevo incremento en 2022 con 388. Posteriormente, se contabilizaron 341 casos en 2023 y un máximo del periodo en 2024 con 419, antes de registrar 229 en 2025, cifras que sugieren tanto el impacto coyuntural de la emergencia sanitaria como una reactivación posterior de la detección.
En el contexto nacional, San Luis Potosí se ubica en el lugar 20 por número de casos acumulados, lejos de las entidades con mayor carga como el Estado de México con 20 mil 205 casos que concentran 11.2 por ciento del total, la Ciudad de México con 15 mil 567 equivalentes a 8.6 por ciento, Veracruz con 15 mil 042 que representan 8.3 por ciento, Chiapas con 9 mil 386 y 5.2 por ciento, y Jalisco con 8 mil 730 y 4.8 por ciento. Sin embargo, se mantiene por encima de estados con menores registros como Durango con 987 casos, Zacatecas con mil 362 y Tlaxcala con mil 699.
Este panorama dibuja a la entidad potosina como un territorio de incidencia moderada, con menos de 2 por ciento del peso nacional, pero con señales claras de alerta en su tendencia reciente, especialmente por el salto observado en 2024.
