41 cuartillas de informe

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

El Primer Informe de Gobierno fue transmitido en vivo por televisión y radio, se acreditaron 180 reporteros de medio centenar de medios de comunicación, locales y regionales.

Del Primer Informe de Gobierno, la Coordinación de Comunicación Social envió a las redacciones de prensa el discurso íntegro del gobernador Carreras que constó de 41 cuartillas.

Además, distribuyó un boletín de cuatro cuartillas de extensión de la ceremonia en el que “destacó” lo más relevante del mensaje. Un comunicado más de la entrega del Informe al Congreso del Estado.

Pero también comunicados más respecto del contenido del Informe: situación del campo, atracción de inversiones, rehabilitación y construcción de carreteras, educación, salud, alimentación, cultura, deporte y combate a la pobreza, seguridad pública, turismo, seguridad pública, San Luis Sustentable y San Luis Seguro.

Fue el mismo ritual de siempre… Sin novedad… Sin sorpresas, sin nada para el asombro.

El mismo estribillo de siempre, la frase hueca de siempre, el lugar común de aquí para allá…Fue un discurso plano y una dicción sin emoción en el que la Prosperidad se erigió en invitado especial… aunque invisible.

Concepto inmaterial, insustancial, subjetivo en el que se encajonaron obras y acciones que bien podría hacer cualquiera que haya pasado por palacio de gobierno.

En la explanada principal del Centro de Convenciones fueron colocadas letras de un metro de largo en color rojo para formar la palabra Prosperar, se veían desde lejos, las mostraban como quien enseña su mayor logro.

Si buscan la prosperidad, pues aquí está, no en el Informe, sino aquí. Tómese una foto con la Prosperidad.

Fue un discurso redactado al estilo y recomendación de la pluma del redactor de los informes de Fernando Toranzo, aunque ahora la cursilería pasó a segundo plano. Muchas frases grandilocuentes y pretendidamente convincentes, cuya misión era la de plasmar en negro sobre blanco el actuar de una administración que en su primer año le quedó chica a San Luis Potosí.

El Informe no tuvo estrella, pero eso ayudo la insípida figura del gobernador que, esta vez, no fue opacado como ocurrió en su toma de posesión hace un año, cuando El Bronco, Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León fue el Big Star de la tarde. De hecho, en la prensa nacional se supo aquel entonces de que Juan Manuel Carreras se había iniciado como gobernador, gracias al espectáculo de El Bronco que no podía abandonar el Centro de Convenciones porque todos los invitados de Carreras lo abrumaban con el saludo, el abrazo y la foto.

Por cierto, ni siquiera asistió Enrique Ochoa Reza, el líder nacional del PRI

En fin, un Informe que no quedará para el recuerdo de nadie ni para la memoria política tampoco. Desfile de frases obvias que construyeron un discurso que mantiene a Juan Manuel Carreras como empezó hace un año: aun sin nada trascendente que escribir a casa.

Digamos, por ejemplo, esta frase: “Las obras y acciones que en él (Informe) se reseñan son fruto del esfuerzo de los potosinos y de su gobierno. Es muy alentador lo que estamos logrando juntos”. Tal declaración supone la necia idea de los gobernantes de asegurar que gobiernan junto al pueblo, nada más falso que eso. Lo que hace o deja de hacer el gobernador es de su absoluta responsabilidad. La gente a la que se refería ni siquiera fue invitada al informe.

Y claro está, la melosa y exagerada referencia al presidente Enrique Peña a quien se le rinde pleitesía en su ausencia, como si gracias a él existiera la Vía Lactea.

“Doctor José Narro Robles, Secretario de Salud y representante personal del Presidente de la República: Muchas gracias por su compañía, siempre grata y solidaria. A través de su persona, saludo con respeto al Presidente Enrique Peña Nieto, a quien aprecio el extraordinario apoyo que está brindando a San Luis Potosí. Por favor, sea Usted tan amable de expresarle al Presidente nuestro afecto y gratitud”.

O esa tan socarrona idea de saludar a todos y darles su sobadita de espalda por aquello del ego aunque se tratase de cortesías hipócritas como la siguiente: “agradezco el compromiso de nuestros Legisladores Federales y Locales por su trabajo legislativo y por sus gestiones que se han traducido en acciones para impulsar obras importantes en nuestro Estado”.

Ésa, fue quizás, la mayor exageración del Informe: atreverse a presentar a diputados ignorantes e ineficientes como políticos responsables y trabajadores.

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