Centinela: El PAN se hunde y la Gallardía se fortalece

Antonio González Vázquez

La Gallardía no tiene adversarios: mientras la oposición se pulveriza, la fuerza política que hoy gobierna, se consolida y fortalece.

Héctor Serrano Cortés, uno de los más cercanos al gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, ya es dirigente del Partido del Trabajo en el estado.

Socios y amigos, Gallardo y Serrano, amarran la alianza política entre los partidos Verde y del Trabajo. En la mira, las elecciones intermedias del 2024.

Tienen claro su objetivo: borrar a la oposición y ésta, les está facilitando al máximo el camino hacia esa meta.

Para los comicios del 6 de junio de 2021, esos partidos se beneficiaron con el arribo de panistas que desertaron del blanquiazul y al sumarse al proyecto de la Gallardía, la potenciaron electoralmente.

Es indudable que la suma de Sonia Mendoza Díaz y muchos más, en algo contribuyó al triunfo de Gallardo, así como al debilitamiento del PAN.

Desde entonces se percibía ya la descomposición interna de ese partido; perdieron las elecciones y ni así lo entendieron.

La derrota no fue suficiente para darse cuenta de que aún no habían tocado fondo.

La crisis interna no había explotado en toda su intensidad y fue el proceso de renovación de la dirigencia estatal la que finalmente hizo cimbrar al partido, al exhibirse la podredumbre que les alcanzaba hasta el cuello.

De ese proceso devino una nueva desbandada.

La reciente y anunciada renuncia del senador Marco Antonio Gama Basarte y de otras figuras de ese partido, ha representado un duro golpe del que el PAN difícilmente se repondrá pronto.

Lo que les lastima, es la argumentación expuesta. No es el número de los que dimiten lo que amarga, sino su hiriente narrativa.

En una carta a sus seguidores, el senador hace trizas al partido al que perteneció y del que se sirvió durante tres décadas.

Su descripción es escandalosa: “El PAN ya no puede ser útil a México porque el partido está cautivo a intereses oscuros y mediocres a los que no les importa ser oposición, no les interesa hacer partido y mucho menos construir una alternativa electoral competitiva capaz de hacer buenos gobiernos”.

“En San Luis Potosí, esa facción ha actuado como consorcio de negocios al que solo le ha interesado apoderarse de los padrones, luego de las dirigencias, después de los órganos de decisión y, finalmente, de los espacios de representación proporcional”.

“El PAN dejó de ser competitivo cuando llegaron a dirigirlo los incompetentes. Secuestrándolo, lo convirtieron en un partido hecho para perder porque sobre la derrota del PAN, fincaron sus ganancias. Explotándolo sin piedad, han perdido todo lo que podían perder y hoy lo tienen al borde de la extinción”.

Más carga de veneno, imposible.

Y lo lamentable para el blanquiazul, es que lo dicho es cierto. No es ficción.

La camarilla de la que hace mención Gama no es otra que la integrada por Marko Cortés en el plano nacional y en San Luis, Xavier Azuara Zúñiga y Juan Francisco Aguilar Hernández.

Ese término de carácter despectivo, denota desprecio; además, es sinónimo de pandilla.

O sea, el PAN está dirigido por una pandilla.

Y como esos son una camarilla, los que se van se cobijan con el manto de los “dignos” y con el autoimpuesto blasón de “importantes liderazgos”.

“Renuncio al PAN porque nuestra dignidad no fue compatible con el mandato de los indignos”, suscribió Gama en su misiva.

Mendaz y mezquino.

Ese partido se resquebraja y enfrente, la Gallardía debe estar que no puede contener la burla: tienen a la oposición vencida y dispersa.

La Gallardía se extiende como mancha voraz por todo el estado.

¿Quién la podrá contener?

No el PAN diezmado, no el PRI, inmovilizado.

La apuesta por Movimiento Ciudadano es un espejismo nutrido del despojo de otros partidos y de algunos personajes ingenuos que se sienten tejidos por la virgen.

El MC no es nada frente a la Gallardía; la oposición toda no son nada.

El gobierno de Gallardo Cardona ha sido diseñado para conquistar adeptos. Sus programas sociales tienen la intención de sumar lealtades y amarrar voluntades.  

Con cada beca y despensa, con cada apoyo de La Cumplidora, la Gallardía se hace de fieles que no le fallarán cuando haga falta.

Y para volver a vencer a la oposición en las deplorables condiciones en que se encuentra, no hará falta mayor esfuerzo.

La Gallardía tiene a la cabeza a un gobernador que no se está quieto, que está en constante movimiento, que no se aleja de su gente y que día a día va por más. No es una percepción, es un hecho.

Con todo y el desastre que vive, Acción Nacional es la segunda fuerza política en el estado y tiene el enorme reto de demostrarlo.

Sus trapos sucios se han lavado a la vista de todos y lo exhibido ha sido tan bochornoso que nadie da un centavo por un partido cuya vida interna es una vergüenza.

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