Arte, fe y patrimonio, el legado de los franciscanos

"El bautismo de San Francisco de Asís", reproducción interpretativa. Óleo sobre tela lino.

Mariana de Pablos

Sumergidos en una atmósfera mística, cargada de simbolismos y repleta de personajes intrigantes, se cuenta la historia de un hombre elegido por Dios. La vida de San Francisco de Asís es materializada en el lino por el pincel de uno de los más grandes pintores del siglo XVIII: Antonio de Torres. Oscilando permanentemente entre tonalidades oscuras iluminadas por la luz de la santidad y una reducida paleta de colores, es posible percibir en su obra no solo su capacidad para el detalle y su sensibilidad para retratar la belleza divina de la fe católica; sino, además, su profundo acercamiento con la vida del santo.

Retratar la historia, discurso y obra de un santo de la talla de San Francisco de Asís no es tarea fácil. Se requieren pliegos y pliegos para condensar todo cuanto lo hace digno de la gracia de Dios y, por ende, de la admiración terrenal. Sin embargo, Antonio de Torres lo logra hacer en tan solo 19 capítulos representados en forma de cuadros pictóricos de gran formato, los cuales, articulados entre sí, narran su vida.

En esta serie, Antonio de Torres, además, es capaz de transmitir el dolor, la fuerza y la pasión que caracterizan la vida del santo. Sus obras esconden diálogos internos entre los personajes retratados; en ellas se alcanza a escuchar el repiqueteo de las campanas de las iglesias, el coro de los ángeles y la voz seseante del demonio que lo tortura con el pasado y lo incita al pecado. Se trata de un trabajo encomendado al artista en 1719 por el convento franciscano de San Luis Potosí, el cual hoy, por primera vez desde su creación, es expuesto públicamente.

“Las tentaciones de San Francisco de Asís”. Siglo XVIII. Antonio de Torres. Óleo sobre tela. Sin intervención reciente.

La serie, exhibida en la Caja Real Centro Cultural desde el pasado 22 de febrero con motivo del 85 aniversario de la fundación del Instituto Nacional de Antropología e Historia, lleva por título Pax et bonum: la vida de san Francisco de Asís a través del pincel de Antonio de Torre. El evento no solo se suma a la celebración de dos importantes conmemoraciones franciscanas: 800 años de la fundación de la orden y 500 años de su llegada a la Nueva España, sino también a una necesidad que se mostraba imperante e impostergable: la de su recuperación histórica.

La obra completa había estado resguardada, hasta hace poco más de dos años, por la propia comunidad franciscana, contribuyendo a la formación de los frailes. Esto hasta que, en 2019, seis de sus hermanas fueron arrancadas de su hogar, obligándolas a vagar por el mundo entre mercados negros y galerías privadas. Aún al día de hoy, luego de haber interpuesto las denuncias correspondientes, nadie sabe su paradero. Esta situación, aunada al deterioro en el que se encontraban, provocado por las condiciones ambientales, el paso del tiempo y la falta de trabajos de restauración fueron los puntos de partida para este proyecto.

Así, luego de dos años de trabajo interdisciplinar coordinado por el Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) San Luis Potosí, que consistió en un importante trabajo de investigación para la correcta restauración y reproducción de las pinturas, es expuesta la culminación de este proyecto.

La muestra está compuesta por 19 pinturas que forman la totalidad del discurso de la vida de San Francisco de Asís. De éstas, seis fueron restauradas, siete se mantuvieron sin ningún tipo de mantenimiento, y las seis restantes son reproducciones o reposiciones que completan la serie de pinturas que originalmente creó el artista, quien ha sido considerado por muchos como uno de los más importantes pintores barrocos de su época.

“San Francisco de Asís con las Clarisas”. Siglo XVIII. Antonio de Torres. Óleo sobre tela. Obra restaurada.

Las series del autor conocidas al día de hoy son bastante numerosas. Para varios investigadores, su periodo de fecunda actividad puede situarse desde los primeros años del siglo XVIII y finales de 1722. Los trabajos artísticos más demandados para su pincel fueron motivos franciscanos, especialmente la vida de San Francisco; la vida de la Virgen, así como de temática jesuítica y filipense.

Su trabajo le ha permitido ser reconocido por diversos personajes como Manuel Toussaint y Lázaro Gila, profesor titular de Historia del Arte en el Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, quien lo describe como un “gran artista, que sabe componer con gracia y originalidad la temática de sus lienzos; que maneja con gran acierto el dibujo y aplica y distribuye el color con gran maestría”.

Sin duda alguna, como señala este autor en sus investigaciones, se trata de una figura clave dentro de esa infravalorada nómina de pintores que trabajaron en Nueva España entre los siglos XVII y el XVIII.

Representación del taller de Antonio de Torres.

Entre la restauración y la reproducción, un trabajo de recuperación histórica

Las reproducciones pictóricas hacen referencia a las obras que por diversas razones sustituyen a la original. El proceso a seguir parte de una investigación profunda del contexto en el que fue creada la obra y la forma en que trabajaba el autor, es decir, desde su paleta cromática hasta los materiales que usaba y la forma en que se emplearon técnicamente.

Los pintores que realizaron las seis reproducciones que forman parte de esta exposición y que completan el discurso de la vida de San Francisco de Asís son Mauricio Antonio Meza Galeana y Mayra Lucía Martínez. Mayra, en entrevista con Astrolabio Diario Digital, señaló que trabajaron en ellas durante dos años, concluyendo el año pasado con el barnizado.

Explicó que se trató de un proceso complejo dado que no solo se trató de reproducir las pinturas, sino, además, hacerlo de la forma más apegada, técnica y cromáticamente hablando, a la que lo hizo el autor original:

“Las técnicas tradicionales antiguas novohispanas sí requerían de una factura muy tardada por todo el proceso artesanal que conllevaba. Desde el bastidor, o sea donde se tensa la tela, es madera de cedro. Sobre esa madera de cedro se tensa el lino, sobre el lino la imprimatura, la base roja muy característica de la época novohispana. Y ya se empieza todo el proceso de modelar las figuras”.

En los casos en los que no se dispone de la obra original para llevar a cabo la reproducción, el trabajo se limita a la interpretación mediante fotografías y/o referencias documentales. Sobre este trabajo de interpretación, Mayra explicó que, pese a haber contado con un registro de inventario de las obras que tiene la iglesia de San Francisco sobre el cual se basaron para hacer las reproducciones, señaló que éste era escaso de detalles, por lo cual no es posible apreciar correctamente los colores y las luces.

“Entonces ahí es donde ya uno como pintor, bajo sus propios conocimientos, tiene que hacer la interpretación y decir bueno, la cara tal vez se ve blanca pero no la vamos a reproducir blanca, sino con las carnaciones, con cierto brillo, cierto volumen, por eso es una interpretación. No es copiar la foto tal cual”.

En cuanto a los trabajos de restauración, éstos hacen referencia al conjunto de acciones aplicadas sobre la obra para prolongar su vida y de esta forma rescatar sus valores tangibles e intangibles. De lo que se trata es “que se perciban otros detalles que no estaban, recuperar el discurso de la imagen, frenar el daño. Lo necesitan las obras, casi casi lo piden a gritos”, así lo comentó Mayra.

“Comida de San Francisco de Asís y Jesucristo”. Siglo XVIII. Antonio de Torres. Óleo sobre tela. Obra restaurada.

En el proyecto fueron restauradas cinco obras de Antonio de Torres. Las autoras de estos trabajos –y también coordinadoras del proyecto en general– fueron Cecilia Carreras Lomelí y Rosy Rodríguez. Sobre estos trabajos, Mayra explicó que, pese a ser complejos, siempre son muy satisfactorio, pues la limpieza permite descubrir otros elementos de la obra que por la suciedad o el barniz oxidado no existían o no se podían apreciar en su justo esplendor. 

La importancia de estos trabajos, explicó, reside en que, de no realizarlos quedan expuestas a más daños que van a hacer “que se deteriore con mayor rapidez. Se desprende la capa pictórica, se cuartean, se cristalizan, la tela tiende a deformarse. Sí sufren daños muy graves por falta de mantenimiento”.

Así, esta exposición no solo ofrece la posibilidad de apreciar la obra de uno de los más grandes exponentes del siglo XVIII en la Nueva España sino además, mostrar al público el valor histórico de la serie, resaltando los trabajos de restauración y reproducción como estrategias para estos fines.

La exposición se encuentra vigente hasta el 19 de mayo y estará acompañada por un ciclo de conferencias en los que se abordaran cuestiones como la obra de Antonio de Torres, la presencia de los franciscanos en San Luis Potosí; así como temas especializados en materia de restauración, conservación e historia del arte.

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