Video | Madres buscadoras expulsan a visitador de la CEDH de marcha anual

María Ruiz

En un torbellino de dolor palpable, el colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros SLP —integrado por madres buscadoras que cargan la ausencia forzada de sus hijos e hijas desaparecidos— expulsó de la manifestación que realizaban este lunes al tercer visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Alejandro García Alvarado.

Esto ocurrió al inicio de su marcha anual en el marco del Día de las Madres, con el propósito de visibilizar una crisis que desgarra los cimientos de familias en San Luis Potosí.

Las madres denunciaron que el informe oficial sobre la crisis de desapariciones en el estado, un documento crucial, lleva al menos nueve años en un silencio ensordecedor, siendo 2016 la fecha de su última publicación.

La escena, cargada de una emotividad desgarradora, se desarrolló en medio de gritos ahogados que clamaban justicia, y de la impotencia que solo conocen quienes han esperado demasiado. Edith Pérez Rodríguez, la aguerrida presidenta del colectivo, enfrentó al visitador, reprochándole su indolencia y la burla que significaba su presencia frente al dolor incesante de las familias.

La indignación creció aún más al recordar un acto reciente de desesperación y memoria: el pasado 10 de mayo, el colectivo acudió a las instalaciones de la CEDH para pegar cerca de 80 fichas con los rostros de personas desaparecidas, tan solo en lo que va del año; un testimonio crudo de la herida que sigue abierta en San Luis Potosí. Esta misma mañana de lunes, las fotografías —esos pedazos de alma arrancados— habían sido retiradas del recinto, sin explicación.

Entre gritos de “¡Que se vayan!”, el dolor se transformó en empujones contenidos, un reflejo visceral del hartazgo que consume a madres, padres y hermanos que viven en la angustia constante. Así, Alejandro García Alvarado fue expulsado, llevándose consigo la vergüenza y la promesa incumplida de un informe que nunca llegó.

Con la voz embargada por la tristeza, Edith Pérez Rodríguez no solo dirigió su reclamo al visitador, sino que lanzó una denuncia directa contra el corazón mismo de la CEDH y su recién reelecta presidenta, Giovanna Argüelles Moreno.

“¿Para qué los queremos? ¿Para qué nos sirven?”, preguntó al ramarcar la inacción de un organismo que, ante la escalofriante ola de desapariciones, feminicidios y homicidios que azotan al estado, ha optado por un silencio cómplice.

En un momento especialmente desgarrador, Edith recordó que su hijo Arturo, cariñosamente llamado Carcacha, cumpliría 33 años este día; lleva 13 años desaparecido. Con el alma hecha trizas, lanzó una pregunta que cortó el aire:

“¿Les dio vergüenza o qué? Usted, que es el encargado de desaparecidos, debió al menos defender nuestro trabajo del sábado. ¿Qué hizo? Ordenó que los quitaran. Y pusieron a una mujer a hacerlo”.

La imagen de los integrantes de esta visitaduría, como señaló Edith en ese momento,“bien blancos con sus chalecos y sus logos hermosos”, contrastaba dolorosamente con la realidad brutal que enfrentan las familias buscadoras. “¿A qué vienen?”, increpó Edith, “¿A avergonzarnos?”.

La presidenta del colectivo recordó cómo desde 2019, durante la gestión anterior de Jorge Vega, tuvieron que exigir con firmeza un informe que apenas contabilizaba 60 desaparecidos, dejando al descubierto la falta de rigor y seriedad en los datos oficiales de la CEDH.

“¿Para qué sirve esto?”, lamentó, además de recordar la indiferencia ante casos atroces como la desaparición de jóvenes en Tamuín, estigmatizados y abandonados por las instituciones.

“¿Alguna vez vieron un pronunciamiento de la CEDH sobre feminicidios, homicidios, o sobre los casos más extremos? No. ¿Para qué los queremos?, ¿qué mensaje da la CEDH con esta actitud?”, preguntó Edith, exigiendo una respuesta clara a la presidenta reelecta.

Aunado a esto, Edith cuestionó la capacidad de Giovanna Argüelles Moreno para seguir al frente de la Comisión durante cuatro años más, “cobrando un sueldo que no merece”, y rodeada de un equipo que, según denunció, no responde a la gravedad de la crisis.

“¿Ustedes tienen registro, han reportado algo? ¿Dónde está su trabajo?”, lanzó con incredulidad.

Hoy, el grito de las madres buscadoras de San Luis Potosí comenzó con una fuerza que desgarra. No es solo un reclamo contra un funcionario ausente, sino un clamor desesperado para que la CEDH y su presidenta rompan con la indiferencia y se pongan del lado de quienes viven el infierno cotidiano de la desaparición.

Skip to content