El doctor Salvador Nava, un rebelde cívico y un ejemplo vigente: Carlos Mendoza

El director de Canal 6 de Julio presenta este sábado en SLP el documental El médico de pueblo, Salvador Nava y la resistencia civil.

José de Jesús Ortiz

Tiene un trato afable. Durante más de cuatro décadas ha dado voz, a través de su trabajo como documentalista, a las principales luchas sociales de la izquierda en México, ignoradas o estigmatizadas por los grandes emporios de la comunicación. El medio alternativo que fundó a raíz del fraude electoral de 1988, representó un espacio de crítica en la negra noche del salinismo y en el largo periodo neoliberal, a través del cual exhibió los abusos y tropelías de los gobernantes. Hoy, con los llamados gobiernos de la Cuarta Transformación su trabajo de crítica se mantiene intacto. No parece optimista ante el futuro que acecha a este proyecto político, impregnado del pragmatismo de sus dirigentes y del asedio permanente de la derecha.

Carlos Mendoza Aupetit (Ciudad de México, 1951), director de Canal 6 de Julio, acaba de concluir un nuevo trabajo documental en el que recupera la figura del doctor Salvador Nava Martínez a quien considera un “rebelde cívico”, una referencia esencial en la democratización del país que es necesario recuperar en el actual momento político que vive México.

“Nava es producto de su tiempo, pero lo que no tiene fecha de caducidad es el valor del gobernante honesto o del político, esto no tiene fecha de caducidad y sigue siendo un valor vigente…Es alguien que enciende mecanismos de poder popular que me parece que son muy relevantes y creo que ningún dirigente en la segunda mitad del siglo XX lo hizo”, afirma.  

Egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y profesor de cine documental en esa misma institución, cuenta con una muy larga trayectoria que inició en 1978 con su primer documental Amnistía, al cual siguió Chapopote/Historia del petróleo, derroche y mugre (1979). La suya es de algún modo una trayectoria que mantiene la tradición, en la misma senda del compromiso social, de grandes documentalistas como Leobardo Aretche y Óscar Menéndez, entre otros.

En 1989 Carlos Mendoza fundó el colectivo Canal 6 de Julio, junto con otros compañeros, entre ellos José Alba de Santos, Pepe, quien dirigió en San Luis el periódico El Ciudadano Potosino a mitad de los años 90’s. En todo estos años, Canal 6 de Julio ha sido una conciencia crítica, una memoria contra el olvido,  que ha realizado un registro puntual de muchas de las principales luchas que han impulsado la transformación del país: desde el movimiento universitario del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) en defensa de la universidad pública, pasando por la insurgencia electoral de 1988 con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas por el Frente Democrático Nacional, así como las luchas de años 90’s por la democracia o la irrupción del zapatismo chiapaneco y otros movimientos guerrilleros como el Ejército Popular Revolucionario, hasta el ascenso de la izquierda al poder con Andrés Manuel López Obrador

En la década de 1990, realizó dos documentales sobre el navismo, el primero de ellos San Luis, una lección de dignidad (1991) y el segundo titulado Nava (1992). Más de treinta años después, recupera la figura del doctor Salvador Nava en un documental que presentará este sábado por la tarde en el Auditorio Rafael Nieto, un día antes de conmemorar el 33 aniversario del fallecimiento del dirigente civilista. De este nuevo trabajo y de su trayectoria como documentalista habla a la distancia, sin prisas, a través de una videollamada.

Astrolabio: El nuevo documental El médico de pueblo, Salvador Nava y la resistencia civil, regresa a la figura de Nava, más de 30 años después de aquel primer documental de Canal 6 de Julio y 33 años después de la muerte del doctor Nava ¿cuál es el objetivo que se plantearon con este nuevo documental?

Carlos Mendoza Aupetit:  El doctor Nava nos parece un ejemplo, un referente muy significativo en estos momentos y me parece que es importante primero hacerle un reconocimiento a treinta y tantos años de su partida, pero también  mostrar a esta izquierda que hoy gobierna, y quienes la siguen, hacerles conocer, ponerles delante esta figura que me parece que está muy mal entendida, en vías de ser olvidada, por un lado; pero los que lo recuerdan desde la izquierda lo hacen de una manera que nos parece insuficiente y parece incluso que lo que lo infravalora, me refiero a su honestidad, a sus auténticas diferencias con el político tradicional que son esenciales, a su radicalidad como promotor constante de la desobediencia civil o de la resistencia civil porque era a lo que lo orillaban los constantes fraudes y el constante asedio desde el poder.  Pero también mantuvo una relación con el pueblo que ya la quisiera este gobierno de izquierda: Nava es alguien que enciende mecanismos de poder popular que me parece que son muy relevantes y creo que ningún dirigente en la segunda mitad del siglo del siglo XX lo hizo.  Es importante reposicionarlo, me gusta la palabra, y buscarle un lugar más visible y de mayor respeto. Creo que Nava es un político que se puede considerar más cerca de la izquierda que de la derecha, con todo y que era apoyado casi siempre por partidos de derecha, por el sinarquismo, por el Partido Demócrata Mexicano (PDM) y el PAN, pero su talante, su manera de hacer política, su postura sin ser una figura ideológica porque eso no lo fue, tendía a ser más con valores fundamentales de la izquierda.

A: Dices que la izquierda recuerda poco y mal a Salvador Nava, aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias matutinas hacia constantes referencias a la relación que tuvo con el doctor Nava, sobre todo en los años 90’s con lo que fue el Éxodo por la democracia.

CMA: Sí, es así, a López Obrador le gustaba incursionar en explicaciones históricas, y esta era una explicación o una historia más o menos reciente. Sin embargo, creo que el eco que esto tenía no era lo suficientemente profundo. Yo conozco bastante bien a la izquierda, a esta izquierda que está en Morena, digamos la parte realmente de izquierda de Morena que no sé si es minoritaria, a estas alturas ya no sabemos, pero yo sí tengo muy claro que subestiman por desconocimiento la figura del doctor Nava.

A: En 1991, a propósito de la elección para la gubernatura en San Luis, como Canal 6 de Julio realizaron el documental San Luis, lección de dignidad, en el que registraron el fraude electoral de aquella elección y destacaron la importancia del navismo como antecedente de las luchas por la democratización del país. ¿Recuerdas cómo surgió su interés para realizar aquél primer documental?

CMA: Sí, perfectamente. Nosotros estábamos dando seguimiento desde el fraude de la elección presidencial de ’88, estuvimos muy metidos en la evolución de ese proceso y en la difícil legitimación que estaba construyendo Carlos Salinas de Gortari a contrapelo de lo que había pasado, con el repudio popular bastante generalizado de que era objeto. La elección de 1991 era muy relevante y justamente se centra en dos estados vecinos, pues los episodios más significativos son en Guanajuato y San Luis. Nosotros nos abocamos a cubrir los dos eventos: el PAN negocia en Guanajuato como empezó a hacerse costumbre, esto que llamaban las concertacesiones, Vicente Fox (el candidato panista a la gubernatura) acepta a cambio de que se le promete que más adelante incluso va a poder aspirar a la Presidencia y hacen la concertacesión, que deja a Carlos Medina Placencia en la gubernatura, pero Nava regresa como siempre a sus orígenes, a su vocación de rebelde de la civilidad, un rebelde cívico. Nosotros nos interesamos mucho en darle seguimiento a este conflicto postelectoral en San Luis y las dificultades que teníamos, sobre todo económicas, para cubrir este este evento las pudimos paliar gracias a un querido compañero potosino que conocimos aquí, un actor de teatro, Fernando Betancourt, del Grupo Zopilote, él no tenía casa ahí, pero nos guió y nos ayudó mucho a hacer la producción, a alojarnos en lugares económicos y recibir apoyos por lo menos para poder mantenernos.

A: ¿Conociste al doctor Nava, tuviste algún trato directo con él o recuerdas alguna anécdota en particular?

CMA: Sí, lo tuve, poco, pero sustancioso. El doctor Nava era un hombre creo que muy parco, amable y educado. No tuve mucha oportunidad de convivir con él, pero hay una anécdota de cuando lo invitamos a Ciudad Universitaria: hicimos un evento en el Auditorio Justo Sierra, que se le conocía como Auditorio Che Guevara, fue un muy buen evento, estuvo prácticamente lleno el auditorio, se exhibió el documental (sobre la lucha navista en San Luis) y el doctor asistió. Yo generalmente trato de no intervenir cuando son proyecciones de trabajos míos, recuerdo que me fui con un compañero hasta el fondo del auditorio, desde ahí vi la proyección y cuando termina lo primero que hace el doctor Nava es preguntar que dónde estoy, que por qué no estoy ahí en la mesa. Entonces, me obliga, en el buen sentido, a pasar a la mesa como en un acto generoso, de reconocimiento diciendo ‘pues usted tiene que estar aquí’, cuando yo creo que el protagonista era él y la parte que yo aportaba ya estaba presente en mi trabajo del documental. Es uno de los recuerdos que tengo. Lo seguí de cerca, hice una entrevista con él y desgraciadamente no tuve oportunidad de convivir mucho más, sin embargo, he convivido mucho con su familia sobre todo con Manuel Nava; tuve también una relación muy bonita con doña Conchita Calvillo, siempre fue muy generosa conmigo, me hizo llegar cartas muy sensibles, inteligentes y todavía tuve la oportunidad de conversar con ella largamente después de que cumplió 100 años, ahí en su casa.

A: Raúl Álvarez Garín (dirigente del movimiento estudiantil de 1968) en alguna entrevista hace años me comentaba que el operativo militar que se da en San Luis la noche del 15 de septiembre de 1961 para reprimir al navismo, es un operativo similar en cierto sentido a lo que va a suceder el dos de octubre de ’68 con la represión en la Plaza de Tlatelolco. Manuel Nava comentaba que esta idea la ha planteado también Lorenzo Meyer. Tú has hecho diversos documentales sobre la matanza de Tlatelolco entre ellos Operación galeana y Tlatelolco, las claves de la masacre, ¿coincides con esta observación

CMA:  Sí, de hecho en el documental se menciona. Digamos que son modus operandi que ya tienen ensayada las fuerzas represivas y el modelo es muy parecido al de ’68, al final de cuentas es lo mismo: atacar, causar la muerte de personas y crear un escenario de confusión para culpar de esas muertes al adversario crítico. Es a una escala mucho mayor lo que sucedió el dos de octubre de 1968, incluso yo  en algún texto recuerdo que leí que el general José Hernández Toledo (quien estuvo al frente de una batallón) y que resultó herido el dos de octubre en Tlatelolco o que dicen que resultó herido pues según mi investigación no fue así, había estado en el operativo militar de San Luis; sin embargo, yo investigué y hurgué por todas partes para ver si encontraba corroboración de este dato y no la tengo, a lo mejor entrando a las hemerotecas de allá de San Luis, del periódico Tribuna, podríamos corroborarlo. De cualquier modo, es muy probable esto: es la aplicación de un modelo de represión y de provocación, de terrorismo de Estado copiado o repetido en distintos escenarios. Son siete años solo de diferencia entre uno y otro suceso de represión. También encontramos que el doctor Nava organiza brigadas de propaganda, que es algo que después hace también el movimiento estudiantil con los mítines relámpago para anunciar un evento, para agitar socialmente. Entonces, sí hay esa analogía y eso lo hace muy interesante.

A: Una figura como la del doctor Nava, que surge en el contexto del México autoritario y que es producto de un momento histórico, ¿es irrepetible en el momento actual?

CMA: En cierto sentido sí, es producto de un contexto histórico, aunque si relativizamos un poco las cosas entre el autoritarismo caciquil de Gonzalo N. Santos o de Carlos Jonguitud, y el autoritarismo neoliberal, pues hay solo algunos matices que diferencian el uno del otro: uno es más más cerril, más personalizado, y el otro es más producto de cálculos y de estrategias cupulares mucho más sofisticadas, pero vienen a desembocar en acciones muy parecidas. Creo que sí, el doctor Nava es producto de su tiempo, pero lo que no tiene fecha de caducidad es el valor del gobernante honesto o del político porque Nava no siempre fue gobernante, muchas veces fue un candidato despojado del triunfo que siempre mantuvo un comportamiento congruente frente a sus seguidores. Esto no tiene fecha de caducidad y sigue siendo un valor vigente.

A: ¿Cuál sería para ti la trascendencia del doctor Nava en todo el proceso de democratización de del país?

CMA: Nosotros lo ponemos en el documental, Nava termina siendo un ejemplo,  un hombre ejemplar, un ciudadano que se asoma a la política, pero que está muy lejos de ser un político profesional con lo que esto implica en México, con el desprestigio, y además un ciudadano, un personaje cívico, pero además un hombre de una extraordinaria inteligencia política, aunada a una valentía que yo no sé si ha sido debidamente reconocida porque el doctor aguantó represión, cárcel, muchísima represión por parte de toda la fuerza del Estado, no es un asunto menor que la capital de San Luis haya estado ocupada  en 1961 durante tanto tiempo, semanas. Es un hecho sumamente importante y relevante que habla de la clase de amenaza que veía el régimen y la clase de soluciones que veía para para contenerla.  Me parece que es una figura que cobra una nueva vigencia, digna de ser rescatada.

A: Por otra parte, ¿en tu trabajo como documentalista qué tan importante es el proceso de investigación y cómo se da este proceso en tu caso?

CMA: Siempre hay una base por lo menos elemental de investigación, aunque sea un suceso que está pasando frente a uno y que uno sabe más o menos todo lo que hay que saber de él, siempre hay que corroborar bien los datos, la información, evitar pifias. He aprendido que el rigor investigativo es un puntal de la ética de trabajo: si tú eres descuidado en la investigación puedes cometer errores que afecten a otros. Eso en general es muy importante. Hay trabajos, varios, que están precedidos de investigaciones bastante complejas, particularmente la investigación sobre el ’68 Tlatelolco las claves de la masacre, pero también otros como la investigación que hicimos sobre el papel de la CIA, el documental 1968, la conexión americana, el de Halcones terrorismo de Estado o la investigación para otro documental, difícil, que no es  fácil para el espectador, que es Estado de shock, industria del narco y guerra espuria (sobre la supuesta guerra contra el narco de Felipe Calderón).  En general la investigación es un asunto fundamental para garantizar la seriedad del trabajo que estás haciendo, como una expresión también de respeto ante el que elige ver tu trabajo.

CMA: En 2024 presentaste el documental Morena ¿la esperanza de México?, en el que, desde una mirada crítica, analizan lo que representa Morena como partido, los vicios y pragmatismo de sus dirigentes, particularmente en la etapa de Mario Delgado ¿qué opinión te merecen la incorporación por la 4T de figuras como Ruvalcaba, Yunes, Murat, entre otros?

CMA: Nosotros estamos cumpliendo con el trabajo que siempre hemos hecho, actualmente, por las condiciones, por el contexto que se da, nosotros lo consideramos de apoyo crítico a un gobierno que de alguna manera está ligado a la izquierda, que además no les gusta la crítica, son bastante renuentes a ella, pero es el trabajo que creemos que tenemos que hacer y lamentablemente pues no nos estamos equivocando. Sí hay un proceso de mediatización de este proyecto político que está dando por resultado una especie de refundación del PRI, una especie de rescate de los hábitos del partido de Estado, es un proyecto que puede durar mucho tiempo, pero cada vez degradando más sus valores y cada vez más subsumido a la ideología o a la cultura priista, que es que es la dominante. La izquierda electoral no ha logrado sacudirse esa especie de maldición política.

A: ¿Ves en el horizonte la posibilidad de que Morena termine haciendo el mismo recorrido que tuvo el PRD en su momento, que de ser ese gran partido de izquierda terminó devorado por sus facciones y grupos de interés?

CMA: No, tal vez no exactamente eso, sí hay algo de eso, pero yo lo que estoy viendo es una especie de réplica de la creación o de la consolidación del Partido de la Revolución Mexicana, que viene de un movimiento revolucionario, empiezan a institucionalizarlo, se va derechizando, viene la excepción que representó Cárdenas, pero luego viene una derechización más profunda en la que todas las reminiscencias de la Revolución empiezan a ser cada vez más huecas. Me parece que estamos empezando a cursar un proceso similar en el que se van desdibujando todos los orígenes en la izquierda no priista, que es la que me parece que está siendo desplazada y en la práctica derrotada en todo este proceso.

A: Muchos de los principales documentales de Canal 6 de Julio son una crítica sin concesiones a la larga noche neoliberal y lo que significó para México, de Salinas a Peña Nieto. En 2009 realizaron el documental Ernesto Zedillo, el genocida invisible. ¿Qué piensas de la figura de Zedillo, hoy de regreso a la escena política y enaltecida por intelectuales afines al viejo régimen como Héctor Aguilar Camín o Enrique Krauze, que lo llamó el “verdadero hijo del 68”?

CMA: (Risas). Bueno, pienso que ese sector de la derecha no encuentra el camino y se está dando a la tarea de tratar de rescatar cartuchos quemados. Creo que con todo y que el aparato mediático de esta fuerza es muy poderoso, me parece que la figura de Zedillo no les da para eso, tengo la impresión de que no va a prosperar el ensalzamiento que hace de su figura porque tiene muchísima cola que le pisen. Cuando termina su sexenio, Zedillo es visto con cierta benevolencia, como alguien que era un poco torpe, que no sabía de política y como que tuvo la suerte o la habilidad de pasar como una especie de mosquita muerta, pero luego empezó a revalorarse todo lo que había hecho y resulta que tiene una faceta represiva muy considerable, de muchos eventos: la matanza de El Charco, (perpetrada por el Ejército en Guerrero); Acteal, en Chiapas; la represión en los Loxicha, Oaxaca; la traición al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el intento de capturar a su dirigencia cuando estaba supuestamente negociando con ellos; pero aparte, tiene los pecados del neoliberalismo, del Fobaproa, de la privatización de Ferrocarriles, como si el tren fuera un asunto secundario; pero también, tiene un manejo político como el lance que lo lleva a cambiar por sus pistolas la Suprema Corte de Justicia, lo cual no es cualquier cosa. Krauze dice eso, un día dijo que Enrique Alfaro (exgobernador de Jalisco) era como Mariano Otero y dice cosas así. No sé si esta gente no se da cuenta o no tiene sentido del ridículo, porque además todavía cree que pontifica y que estas frases tienen algún efecto. ¡Cómo va a ser hijo del ’68!, hay unas fotos ahí que muestran cuando le dan un culetazo (a Zedillo) en la panza, lamentable, como nos pasó a muchos en ’68 en la Ciudad de México, que veían un estudiante y los policías se ponían locos, pero eso no lo convierte en el activista heroico, decir eso es un despropósito, una falta de respeto a la memoria de ese movimiento,  a la memoria de muchos que ya se fueron, dirigentes que se la rifaron realmente, que sí lucharon e hicieron una contribución significativa en favor de la democracia en México.

A: Más allá de la eficacia que han tenido las mañaneras desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ¿cuál es tu evaluación del manejo de la comunicación política que han tenido los gobiernos de la 4T?, ¿hay algo que destaques en el manejo del mensaje, por ejemplo, a través del Sistema Público de Radiodifusión?

CMA: Hay un manejo muy gubernamental y partidista de algunos de los canales de la televisión pública, más que canales del Estado parecen canales de un grupo. Me parece comprensible que traten de contrarrestar (a los medios oligárquicos), pero creo que la  oferta dista mucho de ser de ser atractiva y original porque son programas y programas de debate, hay cuestiones ridículas como ver al director del Sistema Público de Radiodifusión debatiendo con sus propios empleados, en una especie de mesa redonda que es muy frecuente, entrevistas casi siempre a modo a personajes que son del propio sistema o cercanos a él. Me parece que hay poca imaginación y el diseño de la programación de los canales es muy repetitivo, y como está sucediendo en el ámbito partidista han sido muy excluyentes con quienes no tenemos un carnet de Morena. No están recurriendo a ver qué piensan los demás y a tratar de encontrar un equilibrio entre estas necesidades y contrarrestar la fuerza de los medios corporativos.

A: Como director de un de los medios realmente independientes en México, ¿qué opinión tienes de la propuesta que se discute para la nueva Ley de Telecomunicaciones?, los grandes emporios mediáticos y sus analistas hablan de una “ley censura”, que atenta contra la libertad de expresión, como si fuera un derecho que en realidad les interesara.

CMA: Estoy un poco preocupado porque veo algunos destellos que parecieran producirse en ámbitos muy alejados de la política, pero que me parecen muy torpes. Empieza a ver un afán prohibicionista bastante torpe, yo entendía que para la izquierda estaba prohibido prohibir, ya empezó a prohibir cosas.

Creo que hay una preocupación legítima acerca del poder mediático desmesurado, de los oligarcas, este es un problema que yo me pregunté muchas veces durante el sexenio de López Obrador ¿por qué los gobiernos progresistas de América Latina, que en algún momento hubo muchos, no se reunían a empezar a trabajar un discurso y una propuesta en la que se pusiera en duda la legitimidad de este uso de los medios por parte de las corporaciones. Ellos se cobijan en la libertad de expresión, pero en realidad no están usando la libertad expresión, la usan, pero abusan porque tienen un poder que el resto de los ciudadanos no tenemos.

Es muy difícil desmontar eso y me temo que (desde el gobierno federal) podrían estar incurriendo en algo que se parezca a coartar ciertas expresiones, me preocupa mucho esta tendencia a la prohibición. No es que yo le dé la razón a la derecha o a estos oligarcas que tienen medios de comunicación y que se valen de ellos, sino que me parece que el asunto es de otra de otras dimensiones y hay que abordarlo de otra manera. Ese es un problema que le ha afectado a todo el progresismo o a toda la izquierda latinoamericana y le seguirá afectando. Es un poder (el mediático) que facilita los golpes de Estado. Así de fácil. Y pareciera que no hay mejor política que empezar a ver cómo te limito o cómo me cuido de ti. Creo que es legítimo que se cuiden de ese poder, que es un poder ilegítimo, pero no sé si ese es el camino.

A: Finalmente, ¿cuál es tu valoración del proceso político de la 4T?, en alguna entrevista comentaste que, si no hay un proyecto político que se legitime en el ejercicio del poder y sea capaz de renovarse, se corre el riesgo de ser una aventura efímera y a ello se suma un asedio sistemático de la derecha, ¿ves con pesimismo este proceso?

CMA:  Sí, porque sí se está dando una especie de reacomodo. Yo hablaba de renovación a partir de sus principios y de sus valores fundamentales. Pienso que la Revolución ideal es aquella que es capaz de jubilar a la que la engendró y de crear otra versión, otra nueva idea. Morena no está siendo capaz de hacer esto, me parece que se está anquilosando, pero además está yendo hacia un sentido opuesto, un camino que a lo mejor les da permanencia larga en el poder, pero no tengo ninguna duda de que será una permanencia cada vez más alejada de los principios y los valores fundamentales. Me preocupa eso y me preocupa que se esté exacerbando un discurso de corte estalinista dentro de Morena, en el sentido de que hay que evitar la crítica porque favorece a la derecha y que hay que mantener la unidad a toda costa. Ese discurso es muy peligroso porque está validando este proceso de derechización y de adopción abierta de la ideología priista en el seno de un partido que se supone de izquierda.

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