Ahora en El Peyote convocan a asamblea irregular para despojo de áreas de uso común

Por Victoriano Martínez

Ahora son los ejidatarios de El Peyote quienes se han puesto en alerta: una convocatoria a asamblea extraordinaria para vender tierras de uso común fue emitida el pasado lunes, aun con mucho mayor descuido que la que al ser descalificada por autoridades agrarias en el ejido Corcovada impidió el despojo de 426 hectáreas.

En el Ejido El Peyote, la empresa Infraestructura Potosina de Carreteras, del grupo Valoran, pretende comprar terrenos para el trayecto de la carretera de cuota Entronque 75 D Matehuala, sin que se especifique la superficie requerida ni el recorrido por el que atravesará el Ejido.

Desde el pasado 3 de mayo, los ejidatarios del El Peyote rechazaron en asamblea la venta de sus tierras en 50 pesos por metro cuadrado por considerar que la oferta era “una miseria” en comparación con el dinero que los empresarios obtendrán.

Para los ejidatarios, el ofrecimiento de 50 pesos por metro cuadrado no fue la única ofensa recibida de parte de la empresa, sino que consideraron una agresión el hecho de que los empresarios determinaron invadir su territorio sin ningún tipo de autorización para realizar trabajos de exploración y preparación del terreno.

“Ya están rompiendo lo del caño y sin tener permiso, ¡eso es lo que da coraje!, de que cómo se meten como Pedro por su casa sin tener conocimiento de un permiso, eso es lo que da más coraje”, expresó uno de los ejidatarios en aquella asamblea.

Entre las razones para rechazar la venta de sus tierras destacó el hecho de que también se afectaría a las especies de cactáceas de la zona que pertenecen al Área Natural Protegida (ANP) Reserva Estatal Real de Guadalcázar, lo que tienen un gran valor ambiental.

A pesar de las determinaciones de aquella asamblea, este lunes 2 de junio se dio a conocer, en primera convocatoria, otro llamado a una sesión el mañana viernes, a través de un documento a todas luces improvisado.

De entrada, incumple con el artículo 125 de la Ley Agraria que establece un plazo mínimo para ese tipo de convocatorias de ocho días antes de la fecha de la asamblea. Entre la fecha de la convocatoria y la reunión apenas hay cuatro días.

Los puntos 5 y seis del orden del día, escritos a mano, establecen como asuntos aspectos que tendrían que ser tramitados con formalidades especiales, que no se han cumplido por involucrar un contrato de enajenación de tierras, entre las cuales se encuentran la intervención de la Procuraduría Agraria y la falta de opinión por parte de la SEMARNAT.

“5.- Información de la carretera.

“6.- Escrito de aceptación de la asamblea para la negociación de la venta de la tierra de uso común”.

Dos puntos de la convocatoria que dejan abierta la posibilidad, incluso, de que se negocie la venta de todas las áreas de uso común, al no señalar ni la superficie ni la ubicación de lo que se pretende vender.

Una convocatoria que, en la parte medular de la asamblea, resulta muy similar a la que se dio en el Ejido Corcovada y que derivó en la frustrada asamblea del pasado 18 de mayo, con la intervención de las autoridades agrarias.

Tan burda resulta la convocatoria, especialmente tras el antecedente del Ejido Corcovada, que la alerta entre los ejidatarios se da por considerarla una especie de provocación cuyo objetivo no está claro. Tan mal hecha está, que genera confusión, especialmente porque pareciera planteada para que se eche abajo.

Consideran que puede tratarse de una trampa para generar desconfianza entre ellos y buscar dividirlos hasta de una estrategia desesperada desde el gobierno del Estado para hacer avanzar el proyecto carretero sobre el que tiene tanto interés, pues no hay que olvidar que se trata de una concesión estatal con una licitación apresurada y en cierto grado a modo.

El grupo de inconformes, entre quienes se estima que dos terceras partes de los ejidatarios se oponen a la venta, a través del ejidatario J. Luis Guerrero López, presentó un escrito ante la sede local de la Procuraduría Agraria para solicitar, igual que ocurrió en Corcovada, una opinión sobre la convocatoria a la asamblea de mañana.

Las maniobras que muestre la empresa este viernes en El Peyote para provocar que los ejidatarios se convenzan de vender sus tierras dejará ver hasta que grado están dispuestos a provocar un riesgo de que se desborden los ánimos entre los ejidatarios con tal de hacerse de las tierras de uso común.

Una alerta entre los ejidatarios que ya ha sido comunicada a las instancias federales agrarias y de la que ya se tiene conocimiento en Palacio Nacional, donde también se encendieron focos rojos.

Con el caso ahora en el Ejido El Peyote, en el altiplano potosino se mantiene a prueba la postura del gobierno federal para cerrarle el paso a los procesos privatizadores.