¿Para qué ha sido útil el acueducto de El Realito?

Por Victoriano Martínez

Sobre el acueducto de El Realito se puede elaborar un catálogo de utilidades en las que su uso para abastecer de agua potable a la ciudad puede quedar como el último, como una mera aspiración o hasta se puede ignorar.

Sus frecuentes fallas desde los primeros años en los que comenzó a operar colocaron como una de sus primeras utilidades en este sexenio el abrir paso a una solución mágica para garantizar el abasto de agua potable a la ciudad por los próximos 125 años y sin costo para el erario: lo pagaría la empresa.

“Ya se arregló, hoy mismo se compra el tubo; el tubo estará llegando en 45 días aproximadamente”, anunció el gobernador Ricardo Gallardo Cardona el 30 de junio de 2022, como si fuera algo tan simple como llamar a un plomero.

Aparte, ni le iba a salir caro a la empresa Aquos, pues con una inversión de 150 millones de pesos ya pactada, la ciudad de San Luis Potosí se olvidaría de problemas de escasez de agua por más de un siglo.

Tal solución en puerta resultó muy útil para abrir el paso al complemento ideal para una ciudad libre de la angustia de no contar con agua potable: El alcalde Enrique Galindo calculó que con 2 mil 400 millones de pesos modernizaría 400 kilómetros de la red hidráulica y 105 pozos, e instalaría 270 mil medidores

Es más, tan útil resultaba aquel uso milagroso del fallido acueducto que el alcalde consideró que quizá con la ayuda de Gallardo Cardona, con quien aún vivía una luna de miel, se podrían modernizar mil kilómetros de la red hidráulica de la ciudad y hasta saldrían muchísimo más baratos que los 400.

Ni una cosa ni otra ocurrieron y las persistentes fallas en el acueducto descartaron su utilidad como solución milagrosa para dar paso a su uso como el pretexto infalible para justificar la escasez del líquido en toda la ciudad, a pesar de que el agua proveniente de la presa El Realito sólo representa el 25 por ciento del abastecimiento, en 45 colonias.

Fisuras en la cortina de la presa El Realito realzaron de tal manera las fallas del acueducto que elevaron su utilidad a una propagandística alarma que pregonó y hasta marcó un día cero en el que la ciudad se quedaría sin agua.

Declarada la crisis hídrica, se detonó una competencia entre Gallardo Cardona y Galindo Ceballos por figurar como los héroes que salvarían a la población de pasar sed. Una inesperada utilidad del acueducto y sus fallas que exhibió ante los potosinos que los egos de tales personajes estaban lejos de ser una solución a la escasez por ser parte del problema.

Una competencia en la que cada uno no ha dejado de buscar llevar agua a su propaganda, se con la reparación de presas o con la perforación de pozos a discreción, con sendos ejércitos de pipas, pero sin tomar en cuenta las recomendaciones de entidades académicas como el Grupo Universitario del Agua y el Consejo Hídrico Estatal.

Buscan promover su imagen, no resolver el problema.

Y como el problema de desabasto de agua potable sigue, el acueducto mantiene su utilidad, en tanto se mantiene el relato de que sus fallas son la causa de la escasez total y, en consecuencia, del pretexto para el anuncio de soluciones casi mágicas como la construcción de la presa Las Escobas o la perforación de más pozos para no depender de El Realito.

Y si no hubo capacidad para justificar la viabilidad o utilidad de la presa Las Escobas, se procedió a encubrir la negligencia con la afirmación de que es mejor alternativa explotar los mantos acuíferos de la zona de Villa Hidalgo recién descubiertos, pero que la Comisión Nacional del Agua desde hace años tiene el registro puntual de la forma en que se usan.

Soluciones propagandistas a las fallas del acueducto que extienden la utilidad de ese canal a que Galindo Ceballos regrese al punto de partida: repararlo es clave para el abasto de agua en la capital potosina. “Si el ducto yo lo arreglo, tendría a disposición de la ciudad 50 millones de metros cúbicos de agua”, dijo.

Si a Gallardo Cardona las fallas del acueducto le dan razones para una millonaria inversión para traer agua desde Villa Hidalgo a tres años de que era la solución para 125 años, a Galindo Ceballos ahora le resulta la única alternativa para atender el desabasto.

Si a mí me preguntaran en qué invertir, yo lo tendría claro: invertiría en el ducto del Realito. Porque eso nos garantiza abasto de agua para los próximos cinco, seis o incluso veinte años. No abriría ningún proyecto nuevo de ese tamaño sin antes arreglar ese ducto”, señaló.

A fin de cuentas, el acueducto de El Realito con sus fallas ha sido más útil para que Gallardo Cardona y Galindo Ceballos anuncien soluciones al desabasto de agua potable más enfocados a la promoción de su imagen que a una verdadera atención al problema.

De no ser así, lejos de competir por figurar como héroe cada quien por su lado, trabajarían de manera coordinada y convocarían a los estudiosos del problema, como el Grupo Universitario del Agua y el Consejo Hídrico Estatal, para generar estrategias efectivas y no acciones dispersas que presentan como si fuera la solución integral.