La percepción de inseguridad luego de la reelección de Galindo Ceballos

Por Victoriano Martínez

Tan dado a la promoción de su imagen, el alcalde Enrique Galindo Ceballos pudo haber presumido el logro de los más bajos niveles de percepción de la inseguridad desde 2016 a la fecha, pero al parecer la reelección no le sentó bien: a partir de su victoria electoral el miedo creció entre los potosinos… y sin muchas esperanzas de que la situación mejore.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la percepción de inseguridad entre los habitantes de la ciudad cerró en junio pasado en 74.8 por ciento.

Se trata de uno de los cuatro niveles más altos de percepción de inseguridad en los 16 trimestres desde que entró como alcalde en octubre de 2021 en la encuesta aplicada por el INEGI.

El nivel de inseguridad más alto en lo que lleva como alcalde se registró en septiembre de 2022 cuando el 76.7 de los habitantes de la ciudad se sentía inseguro.

Aunque parecía que la situación mejoraba en materia de percepción de la inseguridad, cuando en el primer trimestre del año pasado el porcentaje de percepción de la inseguridad bajó a 65.7 por ciento, el más bajo desde 2016, algo pasó.

Pudo ser la distracción en la campaña electoral reeleccionista, quizá que se haya relajado el compromiso de un esfuerzo mayor para quedar bien con los electores, pero a partir del segundo periodo de Galindo Ceballos como alcalde, la percepción de inseguridad comenzó a crecer de manera constante.

Durante el último trimestre del año pasado, sus primeros tres meses como alcalde reelecto, la percepción de inseguridad pasó de un 68.5 por ciento a 71.9 por ciento.

En los primeros seis meses de este año, esa percepción de inseguridad dio un nuevo salto para llegar a un 74.8 por ciento, y ubicarse entre los cuatro más altos desde que el INEGI realiza la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana.

Si sólo se tratara de la percepción, valdría la justificación por parte de las autoridades que pudieran argumentar que hay una mala apreciación del trabajo que han realizado, salvo que la misma encuesta revela un dato que explica el grado de temor y da cuenta de la presencia de la delincuencia y de sus acciones.

De acuerdo con la encuesta, el 52.4 por ciento ha sido testigo de alguna balacera, en tanto que a un 54 por ciento le ha tocado ver un robo o un asalto. ¿Con qué frecuencia ocurren balaceras como para que a más de la mitad de la población le haya tocado ser testigo de una?

Atestiguar un hecho delictivo no sólo provoca esa sensación de inseguridad que eleva el índice de su percepción, sino que tiene un efecto adicional que debe ser considerado por los responsables de garantizar la seguridad pública como una alerta: el 58.7 por ciento de la población considera que la situación empeorará.

En septiembre de 2021 el nivel de percepción de inseguridad era del 72.7 por ciento y para marzo de 2024 había bajado a 65.7 por ciento. ¿Qué ocurrió o qué dejó de hacer Galindo Ceballos para que la percepción de inseguridad volviera a crecer hasta 2.1 puntos porcentuales más arriba de cómo la recibió?