Servicios de Salud de SLP alertan sobre adicciones en menores desde los 10 años

María Ruiz

El Departamento de Salud Mental y Adicciones de los Servicios de Salud de San Luis Potosí informó que cada vez son más los menores que inician tempranamente en el consumo de alcohol, tabaco y vapeadores, así como en el uso excesivo de celulares, videojuegos y redes sociales.

“Estamos viendo niños desde los 10 años presentando adicción a los videojuegos y, a partir de los 13 años, los primeros casos de consumo de alcohol y tabaco. Nuestra edad promedio de inicio es de 17 años, pero cada vez se registran menores más jóvenes”, señaló Pedro Pablo Gobea, responsable del área.

El organismo enfatizó que estas adicciones no solo afectan la vida escolar y social de las infancias, sino que también pueden derivar en problemas de salud mental como depresión y ansiedad.

“El primer contacto suele ser con alcohol y tabaco, y ahora también con vapeadores. En paralelo, la adicción a la tecnología impacta de manera similar: los niños pierden concentración, descuidan tareas y reducen sus interacciones familiares y sociales”, indicó.

Según los Servicios de Salud, la adicción a videojuegos se presenta principalmente a partir de los 10 años, mientras que el uso problemático de redes sociales se intensifica en secundaria y preparatoria.

“Los menores no tienen la capacidad de autocontrolar el tiempo que pasan frente a pantallas. Cuando excede los 30 a 45 minutos diarios, ya estamos ante un riesgo de depresión, ansiedad y aislamiento”, advirtieron.

Respecto al consumo de sustancias, los primeros contactos con alcohol y tabaco se registran entre los 13 y 14 años, mientras que los vapeadores se han convertido en una nueva vía de riesgo.

“Cada vez hay más accesibilidad a estas sustancias, y eso obliga a trabajar la prevención desde edades tempranas, incluso desde primaria”, señaló el Departamento.

El área de Salud Mental y Adicciones explicó que estas conductas no distinguen nivel socioeconómico ni tipo de familia.

“Se presentan tanto en entornos urbanos como rurales, y el común denominador es la falta de supervisión y de convivencia familiar. La crianza positiva y el acompañamiento son esenciales para prevenir que estas adicciones se conviertan en problemas crónicos”, destacó.