Más del 70% de los ladrilleros presenta riesgo de enfermedades graves por contaminación

Fernanda Durán

El investigador Francisco Javier Pérez Vázquez, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), advirtió que más del 70 por ciento de las personas evaluadas en comunidades ladrilleras de Las Terceras presentan riesgo medio o alto de desarrollar enfermedades renales, pulmonares y cardiovasculares por la exposición a contaminantes en aire, agua y suelo.

Durante el foro en el Congreso del Estado, Pérez Vázquez presentó los resultados del proyecto Desarrollo de un Esquema Integral de Evaluación de Riesgos en Salud Humana por la Exposición a Mezclas de Tóxicos en Barrios Urbanos Marginados del Bajío Mexicano, que documentó niveles preocupantes de metales pesados, hidrocarburos y flúor en la zona.

“Prácticamente el 100 por ciento de las muestras de suelo sobrepasaban los niveles de referencia de arsénico y mercurio […] solamente tres puntos sobrepasaron en Tercera Chica los niveles de normas mexicanas… oh sorpresa, cuando comparamos con los niveles internacionales. Prácticamente todas sobrepasaron”.

Además, señaló que el riesgo acumulado de exposición a metales pesados en San Luis Potosí alcanzó un valor de 4.86 en adultos, mientras que en niños y niños las cifras fueron alarmantes.

“La tabla de al lado mostró valores máximos de 107, 30, 26, y acumulado de 134. Los riesgos para un posible efecto en salud por la exposición a esto, encontrado en suelos, es tremendo, pero se magnifica en niños”.

De acuerdo con Rudy Argenis Lieja Parra, posdoctorante en Antropología por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa, en la zona de Las Terceras trabajan directamente entre 130 y 150 ladrilleros, pero en conjunto la actividad beneficia a más de 10 mil personas que dependen de esta economía.

En la exposición también se destacaron contrastes con otros estados de la región. Mientras que en Guanajuato y Querétaro no se observaron los mismos niveles de plomo detectados en San Luis Potosí, en Querétaro el problema principal fue el mercurio, derivado de las minas de extracción, mientras que en Guanajuato los niveles de riesgo acumulado por exposición a contaminantes resultaron incluso más altos que en San Luis, al alcanzar 6.71 frente al 4.86 local.

Pérez Vázquez subrayó que estas variaciones obedecen al tipo de combustible empleado y a las características del suelo utilizado en cada comunidad ladrillera, lo que confirma que la problemática no es homogénea y requiere soluciones específicas en cada escenario.

El investigador detalló que se encontraron hidrocarburos aromáticos policíclicos en prácticamente todas las muestras de orina y sangre tomadas a los trabajadores y sus familias. Los compuestos orgánicos que se forman principalmente durante la combustión incompleta de materiales orgánicos como el carbón, el petróleo, el gas, la madera, la basura y el tabaco, también se encuentran de forma natural en el petróleo crudo, el carbón y los depósitos de alquitrán.

“Prácticamente todos estaban por encima de los valores de referencia. También evaluamos flúor en sus orinas, sí había concentraciones de flúor en sus orinas encontramos metales en trabajadores, pero también en sus familias, mujeres y niños. Entonces, ¿realmente fue preocupante? Sí, fue preocupante”.

Los efectos en la salud fueron ya visibles en parámetros clínicos. Según los estudios, los ladrilleros presentan alteraciones en la tasa de filtración renal, así como en biomarcadores que anticipan daño pulmonar y cardiovascular.

“¿Eso qué significa? Que muy probablemente esas personas vayan a desarrollar algún tipo de enfermedad, pero podemos prevenir en estudios tempranos… en todos los escenarios, los pulmones también se encontraron en el límite inferior más del 70 por ciento ya se encontró en un daño riesgo”.

El especialista advirtió que las condiciones de trabajo —ergonómicas, de exposición y de pobreza— agravan la vulnerabilidad, ya que todos estos contaminantes afectan el corazón, los riñones y sus pulmones, a la par de que existen radiografías que evidencian daño en la columna por las posturas de moldeado manual del barro.

Finalmente, Pérez Vázquez destacó que los hallazgos no sólo atañen a los ladrilleros, sino al conjunto de la población urbana.

“No hay valor seguro de exposición a plomo, no hay. Así que si tenemos plomo estamos en riesgo de sufrir algún efecto. Y no solamente ellos, todas las personas, porque las fuentes de exposición pueden ser diversas”.

Por su parte, los trabajadores subrayaron que la contaminación en la zona no puede atribuirse únicamente a las ladrilleras, ya que la mancha urbana los alcanzó y convirtió a Las Terceras en un “área de sacrificio” donde confluyen distintas fuentes contaminantes.

Mencionaron la presencia de tiraderos clandestinos, pequeñas recicladoras que queman materiales para obtener cobre o aluminio, e incluso quema de plásticos y bosques, lo que genera un entorno mucho más complejo.