Regreso a clases en SLP: entre el entusiasmo oficial y los retos de la precariedad

Desiree Madrid

Con el arranque del ciclo escolar 2025-2026, más de 530 mil estudiantes de educación básica en San Luis Potosí regresaron a las aulas junto a unos 35 mil maestros y 40 mil trabajadores del sector educativo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE).

El titular de la SEGE, Juan Carlos Torres Cedillo, calificó este inicio como “el mejor en la historia del estado”. Sin embargo, los retos en materia educativa se extienden más allá de la cobertura: pobreza, deserción escolar e infancias en situación de calle, marcan la realidad de miles de familias potosinas.

Uno de los principales problemas que persiste es la deserción. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en San Luis Potosí más de 170 mil jóvenes de entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan, mientras que en nivel secundaria y medio superior la tasa de abandono escolar alcanza hasta el 9 por ciento.

Las principales causas señaladas son la falta de recursos económicos, la necesidad de incorporarse al trabajo desde temprana edad y, en zonas rurales, la lejanía de los planteles.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señala que el 43.4 por ciento de la población potosina vive en situación de pobreza, y en algunos municipios rurales como Aquismón o Tamazunchale, la cifra se eleva a más del 70 por ciento.

Este contexto impacta directamente en la permanencia escolar, pues muchas familias no logran cubrir gastos básicos como transporte, uniformes o materiales, a pesar de que los libros de texto gratuitos fueron distribuidos a todos los niveles de educación básica.

La situación se agrava con el fenómeno de niños y niñas en situación de calle. Un informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) advirtió que en San Luis Potosí al menos tres de cada 10 menores trabajadores lo hacen en actividades informales, principalmente en la capital y en la zona metropolitana, lo que aumenta el riesgo de que abandonen la escuela.

A este panorama se suma que cerca de 18 mil menores entre 6 y 14 años en el estado no asisten a clases, de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2020 del INEGI.

En materia de infraestructura escolar, Torres Cedillo reconoció que aún existen pendientes: el 30 por ciento de las escuelas no ha sido reparado de los daños por lluvias recientes, y algunas carecen de servicios básicos como agua potable, por lo que deben ser abastecidas con pipas. También persiste la advertencia del propio funcionario de que para 2034 el servicio de preparatoria podría colapsar si no se toman medidas para ampliar la cobertura.

El regreso a clases en San Luis Potosí, entonces, refleja dos caras: la del discurso oficial de entusiasmo y logros; y la de los datos que evidencian una educación marcada por la desigualdad social, la deserción y la precariedad en los planteles.