Por Victoriano Martínez
Difícilmente se puede pensar en la Sierra de San Miguelito sin tener presente a la Comunidad de San Juan de Guadalupe y su resistencia ante el acoso inmobiliario depredador ambiental.
Y si de resistencia se trata, la Cuarta Jornada de Reforestación convocada por los Guardianes de la Sierra de San Miguelito fue un homenaje al movimiento que creció hasta lograr la declaratorio de Área Natural Protegida en la modalidad de Protección de Flora y Fauna desde su punto de origen: Las Huertas en torno a la Cañada del Lobo, más específicamente en la huerta de Las Margaritas.
Un predio, sobre el que se intervinieron tres hectáreas durante la jornada de reforestación, con una historia de medio siglo de resistencia ante la ambición de los barones del cemento que desde entonces le pusieron el ojo a ese territorio para construir un complejo turístico inmobiliario con características supuestamente ecológicas.
Ahí comenzó la defensa del territorio que a finales del siglo pasado le costaron cuatro años de cárcel a Raymundo Huerta, cuyos descendientes no se amedrentaron y mantuvieron la lucha que, a la postre, se convirtió en el corazón que le dio origen a la batalla por la Sierra de San Miguelito.
Una batalla que no cesa y ante la cual la jornada de reforestación es uno más de tantos actos de resistencia que insiste en el mensaje para los depredadores inmobiliarios: la Sierra de San Miguelito no se vende, se reforesta y se defiende.
Un mensaje siempre vigente que, en esta ocasión, se contrapone al más reciente intento por parte de los empresarios por apropiarse de esos terrenos: en la asamblea comunal del pasado 7 de septiembre se trató una vez más la búsqueda de la forma de lograr que puedan “comprar” las 54 hectáreas de las Huertas.
Y es que la ambición inmobiliaria no suelta la idea de convertir esa área en un Campestre Residencial de la Cañada del Lobo, con tales alcances que –sentados a la mesa con el gobernador Ricardo Gallardo Cardona en el Consejo Consultivo Potosí–, el proyecto contempla por parte del mandatario desarrollar a partir de ahí una interconexión a la recién inaugurada Vía Alterna.
Los intentos de depredación de esa zona, por ejemplo, incluyeron aquella maniobra del oficio de la traición desde el interior de la misma Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) con la que se intentó excluir parte de la Sierra del polígono de Área Natural Protegida.
Una alianza gobierno estatal-barones del cemento que lleva al menos tres meses con un falso anuncio de una reforestación con un millón de plantas en la Sierra de San Miguelito que difícilmente se podría concretar por estar cerca el final de la temporada propicia para realizar reforestaciones, y que –con manipulación de información– la autoridad ha mostrado su afán propagandístico.
Justo esta noche, Gallardo Cardona va a exhibir su verdadero perfil: un pequeñísimo personaje que requiere de abusar del erario, derrochar el dinero del pueblo en una parafernalia de falsa rendición de cuentas para proyectar lo que difícilmente puede llegar a ser, porque en realidad no es más que un vil y vulgar vividor de la administración pública.
Ya sólo falta que en su rosario de presunciones fantasiosas incluya como logro la reforestación con un millón de plantas en la Sierra de San Miguelito, cuando ni siquiera han cubierto los requisitos para hacerlo, y en lugar de dar la batalla por el Área Natural Protegida se sienta con los fraccionadores y atiende los intereses de esos poderes fácticos.
“Dando puntual seguimiento al compromiso del Gobernador Ricardo Gallardo Cardona de reforestar la Sierra de San Miguelito con 1 millón de especies, la titular de la Segam, Sonia Mendoza Diaz, se reunió con representantes de CONANP, CONAFOR, PROFEPA y SEDARH”, posteó en Facebook la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental el viernes.
“Con un millón de especies”, afirma. Seguramente es un error, pero se trata de la dependencia rectora en materia de ecología. Hablar de especies en lugar de plantas exhibe tan poco cuidado en su desempeño como confundir informe (rendición de cuentas) con propaganda (promoción para atraer adeptos).
Tres hectáreas, cientos de brigadistas y más de dos mil plantas en el corazón de la Sierra de San Miguelito son un poderoso mensaje que supera con mucho el que pretenda imponer la propaganda gubernamental.
La lucha por la Sierra de San Miguelito es siempre ciudadana, porque ésta es más efectiva y porque sí es real.