¿Quién defiende a la UASLP?

Por Victoriano Martínez

A tres quincenas de que, según la advertencia del rector Alejandro Zermeño Guerra en sesión del Consejo Directivo Universitario, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) entre en una crisis financiera sin precedentes, es inverosímil que la autoridad universitaria busque impedir que se den manifestaciones de protesta.

Justo en el Día de la Universidad otra efeméride se hace presente una convocatoria estudiantil a una manifestación para conmemorar el 2 de octubre “en memoria de los caídos del 68, en defensa de la autonomía universitaria y por la liberación del presupuesto retenido a la UASLP”.

Cuando Zermeño Guerra invitó a las representaciones sindicales a la sesión de Consejo Directivo Universitario del 29 de agosto en la que advirtió sobre el problema que se avecina, pareció un despertar universitario que rescataría la dignidad de la institución ante el humillante trato que le ha dado el gobernador Ricardo Gallardo Cardona.

Dos reuniones para la foto, una el 2 de septiembre y la otra el 11 de septiembre, con J. Guadalupe Torres Sánchez, secretario de Gobierno, en las que fue evidente que el gobierno no buscaba una solución sino una mera simulación de diálogo, bastaron para frenar el ímpetu de reclamo del rector.

Nosotros quedamos en una cita con el señor secretario general de que nos iba a llamar”, fue la expresión con la que Zermeño Guerra mostró su falta de empeño para defender con más convicción y compromiso la dignidad de la institución y de los derechos de los universitarios.

Según sus palabras, están en riesgo las últimas tres quincenas del año y el pago de aguinaldos, es decir, dos de los principales derechos de loas trabajadores universitarios.

Como máxima autoridad, Zermeño Guerra es el responsable directo de garantizarles esos derechos y, en consecuencia, de exigirlos de la fuente donde se originan los recursos. No hacerlo de manera efectiva es un grave incumplimiento de su parte que no puede transferir a Gallardo Cardona y su propia irresponsabilidad.

El hecho de que ahora un colectivo estudiantil convoque a una manifestación con motivo del 2 de octubre que además busque reivindicar la dignidad de la UASLP y los derechos presupuestales ante el riesgo en que se encuentra toda la comunidad universitaria colocan al propio Zermeño Guerra como blanco de las exigencias.

El pretendido deslinde de las autoridades universitarias sobre la legítima convocatoria estudiantil con una apelación al diálogo y a la construcción de acuerdos no es más que la prolongación de una tolerancia a los agravios de Gallardo Cardona que lo invita a mantener la misma actitud que ha tenido ya por cuatro años.

Cuatro años de maltrato presupuestal (y también de otros tipos), configuran una cadena de injusticias toleradas que han provocado la crisis que al rector le está por estallar.

Desde el sector estudiantil ya hay una convocatoria a una protesta que, en el marco de la conmemoración del 2 de octubre, se potencia e involucra al propio Zermeño Guerra como blanco de la exigencia.

¿Y el personal académico y administrativo? Es más, ¿y el propio rector? ¿En algún momento se sumarán a la “defensa de la autonomía universitaria y por la liberación del presupuesto retenido a la UASLP”?