Desechos de minera Koura contaminan río en San Nicolás Tolentino, denuncian habitantes

Estela Ambriz Delgado

Habitantes de Santa Catarina, en el municipio San Nicolás Tolentino, denuncian la contaminación de su río a causa de que la minera Koura, del conglomerado de Orbia Advance, arroja desechos químicos, lo que se ha incrementado de manera alarmante durante los últimos meses. Por ello buscan la intervención de las instancias correspondientes del Gobierno Federal.

Aunque muchos temen a posibles represalias de la empresa, razón por la cual durante décadas han tolerado la situación, el Comité de Agua de San Nicolás Tolentino presentó hace unos días una denuncia a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a través de un representante, dado que desde noviembre de 2024 Koura arroja sus residuos sólidos sin control ni regulación alguna.

El asesor del Comité de Agua, quien solicitó reservar su identidad como anónima, informó que entre las sustancias que pueden contener los residuos tóxicos generados después del proceso de extracción de minerales, desechos también conocidos como “jales”, está un agente llamado quebracho, que le da una tonalidad particular de color rojizo, lo que ha facilitado su identificación cuando hay un derrame en el cauce del río.

Detalló que a mediados de noviembre del año pasado se registró una descarga, y ha identificado tres eventos más durante 2025: uno en junio, otro alrededor del 13 de septiembre, y el más reciente el domingo 28. Inclusive circulan videos en redes sociales, grabados por personas en Ciudad Fernández y en Rioverde, donde se observa la corriente de color rojizo.

Aunque se desconocen aún los posibles efectos en la salud de las personas que viven en los alrededores y hacen uso del cuerpo de agua, el asesor señaló que es algo que incide en todas las actividades de la población aledaña, quienes llevan a sus animales a hidratarse al río y además desvían parte del cauce para cultivar sus parcelas.

Destacó que lo más grave es que el agua del río Santa Catarina es la que abastece los pozos artesanales de la población, cuya antigüedad es de alrededor de 80 años y que se localizan al margen del cauce.

El ciudadano cuestionó la falta de atención tanto de la Conagua como de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM), por lo que en días pasados presentó denuncias ante ambas instancias, y en esta última de manera extraoficial le dijeron ya había otro procedimiento contra la empresa.

Finalmente, dijo que el Comité ha tenido reuniones con Orbia Advance en sus instalaciones en la Zona Industrial de la capital del estado, con la presencia de la presidenta municipal de San Nicolás, Alejandra Deyanira Ortiz Márquez, y el comisariado de Santa Catarina, siendo la más reciente el pasado 3 de septiembre, en las que la empresa ha tratado de convencerles de la inversión que hacen para cumplir con la ley.

“Les dijimos ‘ya no queremos derrames. Nosotros no venimos a que nos expliquen los análisis y que nos expliquen cuántos millones de dólares han invertido en sus equipos’. Eso no funciona, eso no calma, eso no resuelve los derrames”.

El colectivo Guardianes de la Sierra ha manifestado su apoyo a esta causa, por lo que en próximos días enviarán un informe detallado y puntual de la problemática a la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena Ibarra, y la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.

También señalaron que la mina Koura, ubicada en La Salitrera, Villa de Zaragoza y en operación desde 1955, es la mina más grande y poderosa de flúor en el mundo, por lo que han invertido millones de pesos en control y manipulación del tejido social. Tienen un equipo de especialistas para doblegar la inconformidad social y han construido una fachada para simular preocupación.

Diversos estudios a nivel mundial han determinado que los jales mineros pueden contener sustancias peligrosas como arsénico, plomo y mercurio, que pueden filtrarse al ambiente y contaminar el agua subterránea, ríos, suelos y cultivos.

La exposición a metales pesados puede causar enfermedades graves como cáncer, problemas neurológicos y respiratorios; mientras que los impactos de la contaminación al ecosistema pueden afectar la biodiversidad local y la calidad del aire.