A un año de su entrega, obras del Barrio de San Miguelito exhibe deterioro prematuro

Texto y fotografías de Desiree Madrid

A un año de haberse entregado las obras de remodelación en el histórico Barrio de San Miguelito de la capital potosina, la zona ya presenta fallas graves que ponen en entredicho la calidad de la intervención urbana.

Un recorrido realizado en las calles entregadas el 3 de octubre de 2024, evidencia hundimientos en el pavimento, banquetas dañadas y cableado expuesto, problemas que habían sido anticipados por vecinos y medios locales desde antes de la inauguración.

El estado del adoquín en las vialidades es uno de los aspectos más preocupantes. Tramos completos muestran piezas fracturadas, levantadas o hundidas, una señal de deficiencias en la preparación del terreno y en la colocación de la sub-base.

Estos daños no solo afectan la imagen del barrio, sino que representan un riesgo directo para peatones, personas en uso de silla de ruedas, andadores o muletas, ciclistas y automovilistas, quienes deben maniobrar entre baches y desniveles en calles que, en teoría, deberían lucir nuevas.

Las banquetas pensadas para dar mayor seguridad y accesibilidad al peatón, también revelan un desgaste alarmante. En varios puntos el material se desprendió y dejó huecos abiertos y escombros sueltos, lo que constituye un peligro de caídas para transeúntes, particularmente adultos mayores, niñas, niños y personas con discapacidad.

El cableado, cuya modernización y ocultamiento fue presentada como uno de los logros centrales de la obra, continúa a la vista en numerosas calles. Cables colgantes sobre fachadas y banquetas son evidencia de que esta etapa se dejó inconclusa o se ejecutó de forma deficiente, lo que contradice las promesas oficiales de dotar a la zona de una imagen urbana más ordenada.

Estos hallazgos contrastan con el discurso oficial que en su momento destacó la remodelación como una inversión de gran impacto para San Luis Potosí.

En su proceso, la obra ya había sido cuestionada por sobrecostos, retrasos y entregas parciales, mientras que los vecinos manifestaron su inconformidad por las afectaciones diarias que provocaron las largas jornadas de trabajo en el barrio.

Ahora la atención se centra en la garantía de construcción que, según la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obra Pública (Seduvop), debe respaldar la durabilidad de los trabajos. Ante el evidente deterioro, la exigencia vecinal es que las autoridades transparenten si dicha garantía será activada, qué empresa será responsable de corregir las fallas y los plazos en los que se dará solución.

Más allá de simples acabados, las fallas en San Miguelito sugieren problemas de fondo en la planeación, la calidad de los materiales y la supervisión de la obra. Si no se corrigen de manera inmediata, las deficiencias implican no solo un uso ineficiente de recursos públicos, sino un deterioro en la calidad de vida y seguridad de los habitantes del barrio.

La confianza ciudadana en los proyectos de infraestructura depende, en buena medida, de que este caso no quede impune ni olvidado.