Estela Ambriz Delgado
Integrantes del Sindicato de Trabajadores Administrativos y Docentes del Instituto Tecnológico de San Luis Potosí (ITSLP) informaron sobre diversas irregularidades en su situación interna, como falta de representatividad y de la ausencia de un plan de trabajo, por lo que se deslindan de la postura que este ha tomado contra la dirigencia del plantel.
El docente Rito Sandoval Vázquez mencionó algunas prácticas que han causado inconformidad, debilitado la confianza y la participación democrática al interior de su organización, pues consideran que hay una actuación parcial de su delegada sindical, María del Rosario Villaseñor Oliver, además de una comunicación limitada, exclusión de las voces disidentes y ausencia de diálogo abierto con la dirigencia.
Puntualizó que se ha violentado su derecho a disentir, establecido desde 2019, pues a pesar de ser sindicalizados, son ignorados por ser un pequeño grupo disidente y no se les da voz ni voto. Aunque solicitan transparencia en las actas de asamblea y rendición de cuentas, no se les ha dado respuesta e inclusive se ha coartado su libre expresión.
“Los sindicatos son entes públicos, nuestra delegada sindical es trabajadora del tecnológico y es empleada federal, es servidor público. Entonces, son susceptibles de rendir cuentas y dar la información que se les pida (…) yo no me siento representado por ella porque siento que no está defendiendo los intereses como trabajadores. También considero que está violando la libertad de expresión; para hacernos escuchar colocamos unas lonas en donde le estuvimos mencionando nuestro sentir, ella no estuvo de acuerdo con el contenido, le molestaron tanto que las mandó quitar”.
Respecto a la solicitud que hizo el docente, para que se le entregara copia de las actas, Villaseñor le contestó que no se pueden compartir bajo el argumento de que son documentos que tienen que estar bajo resguardo y que solamente se entregan cuando el interés es colectivo; esto por órdenes del secretario general de la sección 61.
“Entonces no hay forma de corroborar de que lo que están haciendo, la denostación la difamación, el hostigamiento, el acoso justificado y aunque estuviera en el acta, habrá que ver si esa asamblea fue legal y si sus acuerdos se tomaron dentro del orden del día de la asamblea”.
Sandoval Vázquez subrayó que la representante también violenta el derecho a la transparencia, porque a la fecha no ha dado a conocer a la base su plan de trabajo de la delegación, el calendario de asambleas, ni tampoco ha rendido un informe financiero que sea creíble, por lo que no tienen certeza del destino de las aportaciones, es decir, las cuotas sindicales que les descuentan a los trabajadores.
“Tienen que rendir cuentas y decirnos en qué están gastando ese dinero. Y por supuesto, también no sabemos si el pleno está sesionando o no esté sesionando, eso es lo que nos hace pensar que todo lo que están haciendo es solamente ocurrencias o acuerdos de una sola persona, o de un grupo de personas, más no de un comité y mucho menos de una asamblea”.
Detrimento del sindicato en la vida institucional
La trabajadora administrativa Mirna Violeta Hernández Hernández coincidió en que el sindicato ha perdido su función de espacio de representación y defensa colectiva, al priorizar decisiones unilaterales sobre el consenso, pues Villaseñor no se ha prestado al diálogo desde que asumió su mandato.
En el mismo sentido, Cuahutémoc Mirabal, trabajador del área de mantenimiento reiteró que la presencia sindical es nula, y esto se refleja en una disminución de la presencia del sindicato en la vida institucional y en las actividades de convivencia, además de que las decisiones unilaterales han afectado derechos ganados por el personal, como la participación en eventos.
Agregó que algunos trabajadores han manifestado que las actividades tradicionales que fomentaban la unión —como eventos deportivos, académicos y de reconocimiento al personal— han sido ignoradas, generando distancia entre la dirigencia y la base.
También el docente Carlos Martell Medina destacó la preocupación por la política de ruptura de comunicación con la dirección institucional, que ha limitado gestiones conjuntas que antes beneficiaban tanto a trabajadores como a estudiantes.
“Cada año tenemos el derecho, ya ganado de muchos años, el participar a ese evento prenacional deportivo y ahorita por decisión de ella, porque de alguna manera me lo comentó directamente, que ahorita tiene ella la política de cero tolerancia y cero comunicación con dirección, entonces por eso no iba a ser coherente, que ella fuera a pedir un recurso para apoyarnos a nosotros, que nos teníamos que aguantar porque pues la mayoría de la base así lo decidió. Pero no sé en qué momento lo consultó con la base. Desgraciadamente supone que ellos están para apoyarnos y defender nuestros derechos, sin embargo, ahí nos lo está quitando a ella misma”.
Jair Arellano, quien es trabajador administrativo, expresó que esta situación ha llevado a que aíslen a quienes que no están de acuerdo, no se les toma en cuenta y se les amedrenta diciendo que han perdido su derecho al sindicato, lo que considera no fortalece al mismo ni protege los derechos de la base, sino que afecta la colaboración que históricamente ha permitido mejorar las condiciones laborales y académicas.
Por su parte, la docente Sanjuana Huerta Robles subrayó la importancia de exigir a la dirigencia sindical dejar de ejercer prácticas que marginen o violenten a quienes expresan opiniones distintas, y garantizar entornos sindicales seguros, libres de violencia y con mecanismos reales de atención que promuevan el respeto y la convivencia laboral.
Las y los trabajadores plantearon que lo que buscan es reconstruir un sindicalismo justo, participativo y transparente, proponiendo como acciones inmediatas asegurar la rendición de cuentas y la publicación de los acuerdos de asamblea y del plan de trabajo, en cumplimiento del derecho de toda la base sindical a ser informada y a participar en la toma de decisiones, reconociendo la pluralidad de voces.
Así como promover la rendición de cuentas periódica a toda la base sindical; reabrir los canales de diálogo institucional en beneficio del personal; establecer protocolos de atención a la violencia laboral dentro del sindicato; fomentar la unidad, la pluralidad y el respeto mutuo como pilares del trabajo colectivo.





