María Ruiz
La tecnología basada en semiconductores y los desarrollos a nanoescala se han vuelto temas prioritarios para San Luis Potosí y para México, tanto por la creciente demanda industrial como por el papel que la región centro del país —incluido San Luis Potosí— ha desempeñado en los últimos años en materia electrónica.
Lo anterior de acuerdo con lo explicado por el doctor José Vulfrano Fernández Hernández, profesor de la Maestría en Ingeniería del Instituto Tecnológico de San Luis Potosí y director del Laboratorio de Investigación de Desarrollos con Microcontroladores, durante una entrevista posterior a su charla “Semiconductores y la nanoescala”.
El investigador señaló que la zona centro del país ha sostenido por años una fuerte actividad industrial vinculada a la electrónica y a los componentes utilizados por el sector automotriz, por lo que ciudades como San Luis Potosí y Querétaro forman parte del corredor nacional donde la demanda de semiconductores es constante.
“En esta región del país ya existe una industria muy grande relacionada con la electrónica. Hay empresas que dependen directamente de sensores, procesadores y circuitos, y todos ellos trabajan con semiconductores”, explicó.
Sin embargo, advirtió que la relevancia de esta tecnología no se limita al centro del país. En los últimos meses el norte de México ha visto un crecimiento acelerado de empresas dedicadas a fabricar chips, impulsadas por el fenómeno del nearshoring y la cercanía con Estados Unidos. Según el académico, esto ha provocado un aumento considerable en la necesidad de especialistas que comprendan tanto el funcionamiento como el diseño y la fabricación de dispositivos basados en semiconductores.
“Las compañías han encontrado más rentable estar en México y eso ha hecho que la demanda de conocimiento sobre semiconductores crezca muchísimo”, afirmó.
El doctor Fernández recordó que los semiconductores son materiales fundamentales en prácticamente toda la tecnología de uso cotidiano, pues cualquier dispositivo electrónico —desde celulares y computadoras hasta sensores de aeropuertos o relojes inteligentes— depende de ellos para funcionar. Aunque se han utilizado desde hace muchas décadas, la investigación en nanoescala ha abierto nuevas posibilidades para mejorar su eficiencia, su velocidad de procesamiento y su capacidad para generar dispositivos más pequeños y sofisticados.
El académico enfatizó que esta relevancia tecnológica también obliga a fortalecer la formación de los estudiantes desde los primeros semestres, pues es indispensable que los jóvenes comprendan que el campo de los semiconductores es amplio y no se reduce solo a los chips comerciales.
“Hay semiconductores orgánicos, nanoestructuras, películas delgadas, estructuras cuánticas; es un universo muy grande. Nadie puede abarcar todas las áreas, por eso es importante que los alumnos conozcan desde temprano las opciones para especializarse”, señaló.
Agregó que áreas como la simulación electrónica, la síntesis de materiales y el diseño de circuitos son ya esenciales para quienes buscan integrarse a esta industria.
Finalmente, explicó que trabajar en la nanoescala implica un reto importante: la inversión en infraestructura. Los equipos necesarios para fabricar, analizar o sintetizar materiales semiconductores son costosos, pero necesarios para que los estudiantes desarrollen habilidades reales.
“Cada cosa cuesta muchísimo. Estamos hablando de millones de pesos. Pero es indispensable si queremos formar ingenieros capaces de diseñar y trabajar con tecnología moderna”, dijo.





