María Ruiz
Más allá de los retrasos o de la falta de resoluciones oportunas, la magistrada presidenta del Poder Judicial de San Luis Potosí, Lourdes Anahí Zarazúa Martínez, puso sobre la mesa un problema que pasa desapercibido, pero que define la estabilidad institucional: el Poder Judicial opera sin una reserva de personal que permita cubrir vacantes, incapacidades, jubilaciones o movimientos internos.
Según explicó, el problema no solo afecta la rapidez en los trámites, sino que deja a los juzgados en una posición frágil.
“No tener una reserva nos deja sin posibilidad de sustituir a nadie cuando es necesario. Estamos sosteniendo la operación diaria al límite, casi sin margen de respuesta”, reconoció.
Zarazúa Martínez detalló que los concursos anteriores para integrar esa reserva de secretarios de acuerdos y actuarios quedaron inconclusos, lo que ha impedido que el Poder Judicial cuente con personal capacitado listo para integrarse cuando la carga de trabajo o las emergencias lo requieran.
“Teníamos previsto concluir esos procesos, pero no se logró. Y la consecuencia es que hoy no tenemos a quién incorporar cuando un juzgado se queda corto de manos”, señaló.
El impacto es más profundo de lo que suele observarse desde afuera. La presidenta explicó que incluso trámites rutinarios como la validación de promociones o la elaboración de acuerdos, dependen de un número mínimo de personas que no siempre está completo.
“Un juzgado puede funcionar con presión, pero no puede funcionar con huecos. Y ahora mismo estamos evitando esos huecos como podemos”, afirmó.
Ante esta situación, adelantó que antes de que termine el año se publicará una nueva convocatoria para integrar la reserva, pero con un enfoque distinto.
“Queremos un concurso práctico, que nos arroje personal que pueda entrar a trabajar de inmediato. No podemos permitirnos procesos largos que no respondan a la urgencia”, dijo.
Zarazúa reconoció que el problema se agrava en áreas ya tensionadas como el penal.
“En materia penal las audiencias requieren puntualidad, preparación y personal suficiente. Sin una reserva, cualquier falta puede detener todo el calendario”, advirtió.
La presidenta subrayó que el objetivo es estabilizar la operación antes de que llegue 2026, año que considera especialmente exigente.
“Si queremos enfrentar los retos que vienen, necesitamos cubrir primero nuestra base mínima. No podemos seguir funcionando sin un respaldo técnico que asegure continuidad”, concluyó.





