Estela Ambriz Delgado
A cuatro años de su declaratoria como Área de Protección de Flora y Fauna (APFF), la Sierra de San Miguelito es confirmada como un reservorio crucial de la biodiversidad mexicana al albergar una asombrosa cantidad de especies vegetales, muchas de las cuales son endémicas del estado o del país: 20 se encuentran en categoría de riesgo, por lo que se requieren acciones de protección inmediata.
El doctor Juvenal Aragón Parada, biólogo y posdoctorante en el Instituto de Investigaciones de Zonas Desérticas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), presentó los avances en la catalogación de la flora de esta importante área natural protegida, en la ponencia Diversidad florística del APFF Sierra de San Miguelito, avances y retos.
Explicó que la conservación de la biodiversidad debe darse en tres niveles: genético, específico, y ecosistémico; todos presentes y vitales en la Sierra de San Miguelito. En el genético, está la información hereditaria que permite la adaptación y resiliencia de las especies.
En el nivel específico, se encuentra cada forma de vida, planta o animal, que cumple una función irreemplazable en el ecosistema; y en el ecosistémico, se ubica la compleja interacción entre todas las especies y su medio físico, en el que se presenta un clima determinado, existen rocas, agua, entre otros.
El investigador subrayó que México es reconocido como un país “mega diverso” debido a su complejidad geológica y montañosa, que se beneficia de la confluencia de flora de la región neártica de Norteamérica, y la neotropical de Sudamérica, un fenómeno que se evidencia en San Miguelito.
En la ponencia se mencionó que la Sierra de San Miguelito se localiza en el extremo sur del Desierto Chihuahuense, con una extensión de más de 111 mil hectáreas a lo largo de los municipios Mexquitic de Carmona, Villa de Arriaga, y Villa de Reyes.
Su relieve montañoso tiene altitudes que van desde los 2 mil 120 metros sobre el nivel del mar, hasta los 2 mil 700, genera un mosaico de vegetación dominante con bosques de encino, bosques de pino-encino, bosques de galería y matorrales xerófilos y rosetófilos.
Los géneros más diversos son los pastos, seguidos por los encinos, con al menos 19 especies diferentes reportadas. También se encuentran diversas formas de cactáceas como nopales y biznagas, y agaves.
Aragón Parada puntualizó que el estudio —basado en la revisión de más de 2 mil 472 registros herbáreos históricos, algunos con más de 70 años de antigüedad como los de Jerzy Rendowski, fundador del IIZD-UASLP, y la consulta de bases de datos internacionales—, arrojó un dato crucial sobre la singularidad de la flora de la sierra: 234 especies de plantas vasculares son endémicas de México.
Esto significa que, de las cerca de 25 mil especies de plantas en México, más de 200 ubicadas en esta sierra sólo crecen en territorio nacional. Además, se encontró el registro de una especie de dalia, que solo habitaba en la Sierra de Álvarez y Rioverde, extendiendo su endemismo a Mexquitic de Carmona.
El informe también alerta que, 20 de las especies registradas en la Sierra de San Miguelito se encuentran en categoría de riesgo según la Norma Oficial Mexicana NOM-059 SEMARNAT 2025, lo que subraya la necesidad de acciones de protección inmediata.
El doctor Aragón Parada destacó que flora de la sierra es un recurso vivo de las comunidades, del que además se da un uso medicinal a muchas especies, como la Chrysactinia mexicana, conocida por sus propiedades para la tos, y la importancia del garambullo como alimento.
Consideró que, para quienes investigan estas formas de vida, el reto principal es la actualización y geolocalización de la flora, pues los investigadores buscan saber exactamente dónde están las plantas y cómo se distribuyen, información que se almacena en el Herbario Isidro Palacios de la UASLP.
Este herbario, que resguarda más de 1 mil 952 registros de la sierra, está abierto a comuneros y ejidatarios, con el fin de fomentar la educación ambiental y la participación social.
Para concluir, el investigador subrayó que la conservación de estas especies se debe de hacer con el apoyo de las comunidades inmersas en el APFF y tomarlos en cuenta también.





