Diseño táctico y escucha a los peatones impulsan rediseño vial en glorieta Bocanegra

Texto y fotografías deMaría Ruiz

La intervención de urbanismo táctico en la glorieta Bocanegra, frente al Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto”, comenzó escuchando a quienes transitan el espacio todos los días.

Durante el proceso de socialización, integrantes de la organización Derechos Urbanos detectaron problemáticas urgentes: cruces peatonales insuficientes, velocidades vehiculares elevadas y un conflicto constante generado por el ascenso y descenso irregular de taxis y vehículos particulares frente al área de urgencias del hospital.

Peatones, familiares de pacientes y personas con discapacidad señalaron que el acceso al hospital se vuelve riesgoso, pues deben bajar en plena glorieta, lo que provoca cuellos de botella, invasión de carriles y maniobras peligrosas, especialmente en horas pico. Aunque la normativa prohíbe el estacionamiento y los sitios de taxi en glorietas, en la práctica la falta de ordenamiento ha convertido este punto en un foco de riesgo vial.

“Nos dimos cuenta de que no es solo un tema de pintura, sino de cómo se usa el espacio”, explicó Josué Santiago, de Derechos Urbanos. A partir de estas observaciones, se planteó la necesidad de una bahía controlada de ascenso y descenso para personas con discapacidad, así como el aprovechamiento de estacionamientos existentes para evitar que los vehículos se detengan en zonas de circulación, en coordinación con Policía Vial y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Este diagnóstico social comenzó la noche del 18 y la madrugada del 19 de diciembre, en donde se puso en marcha la intervención táctica, desarrollada junto con estudiantes de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), colectivos ciudadanos, artistas y empresas locales. El objetivo: responder de manera inmediata a un punto crítico de la ciudad bajo los principios de Sistema Seguro y Visión Cero, que priorizan la vida por encima de la velocidad.

La glorieta Bocanegra es uno de los espacios con mayor siniestralidad vial: en los últimos ocho años se han registrado más de 110 siniestros, la mayoría con peatones involucrados, debido a la alta afluencia generada por el Hospital Central y la universidad cercana. Ante este contexto, la propuesta recupera más de 900 metros cuadrados de espacio público mediante pintura de tráfico y elementos creativos, sin modificar la geometría existente ni agregar o eliminar carriles.

Las acciones incluyen reducción de radios de giro, pacificación del tránsito, continuidad peatonal y ciclista y clarificación de trayectorias vehiculares, en cumplimiento de la NOM-004-SEDATU-2023 y la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que establecen la jerarquía de la movilidad y la prioridad para peatones, ciclistas y usuarios del transporte público.

Artistas y estudiantes participaron en el diseño de figuras y señalización para facilitar la comprensión del espacio vial. “Buscamos que las personas entiendan por dónde circular y que se respete el espacio; que las calles vuelvan a ser de quienes las caminan”, compartió uno de los participantes, quien recordó que incluso durante la ejecución se registró un siniestro, evidencia de la urgencia de intervenir.

Los primeros resultados muestran un impacto positivo: la velocidad vehicular promedio se redujo de 45 a 60 kilómetros por hora a 20 a 30 kilómetros por hora, lo que incrementa significativamente la seguridad de quienes cruzan la glorieta.

Para Derechos Urbanos, esta intervención es un ejercicio demostrativo que evidencia cómo la escucha ciudadana, el diseño basado en normas y la colaboración interinstitucional pueden transformar espacios de alto riesgo en entornos más seguros.

La organización espera que este diagnóstico social y los resultados obtenidos impulsen a las autoridades a desarrollar un proyecto permanente, consolidando una movilidad más segura, incluyente y centrada en la vida.