María Ruiz
El autotransporte de carga atraviesa una etapa de presión constante derivada del aumento de costos operativos, la volatilidad económica y la fuerte dependencia del diésel, retos que marcarán el desempeño del sector rumbo a 2026, advirtió la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar).
El subdelegado de Canacar en San Luis Potosí, Norberto Cueto García, señaló que la inflación, el tipo de cambio y el encarecimiento del combustible han reducido el margen de maniobra de las empresas transportistas. “Nos estamos preparando para un año complicado, con costos que siguen al alza y que afectan directamente la operación del transporte”, afirmó.
A estos factores se suma el incremento en el costo de los seguros, un gasto que se ha convertido en uno de los principales desafíos para el sector. Cueto explicó que asegurar un tractocamión resulta hoy mucho más oneroso que hace algunos años, lo que impacta la competitividad y limita la renovación de flotas.
El dirigente indicó que la situación se agrava por la estrecha relación del autotransporte con otros sectores productivos, ya que cualquier desaceleración en el consumo o en la industria se refleja de inmediato en la demanda de servicios de carga.
Ante este escenario, Canacar reconoció que uno de los retos más importantes es reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la eficiencia operativa. “Tenemos que buscar alternativas, porque seguir dependiendo únicamente de los combustibles fósiles ya no es sostenible”, señaló Cueto.
La cámara finalmente advirtió que la capacidad del sector para adaptarse a estos desafíos será clave para mantener su papel estratégico dentro de la cadena productiva.





