El mega puente del Circuito Potosí: una obra pensada para los vehículos, con limitaciones para peatones

Desiree Madrid

La construcción del puente vehicular de tres niveles y seis carriles en la intersección del Circuito Potosí con la carretera a Rioverde, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, inició desde marzo de este año con un diseño y ejecución enfocados principalmente en el flujo vehicular. Mientras la obra ha sido presentada como una solución para mejorar la conectividad vial en la zona oriente de la zona metropolitana de San Luis Potosí, en el sitio se observan limitaciones para el tránsito peatonal, ciclista y de personas con discapacidad.

El arranque de los trabajos ocurrió pese a que el calendario de licitación publicado en el Periódico Oficial del Estado establece fechas posteriores para el inicio formal del procedimiento administrativo. De acuerdo con la información oficial, las etapas de la licitación —junta de aclaraciones, presentación y apertura de propuestas, fallo y firma del contrato— estaban programadas entre abril y mayo; sin embargo, desde marzo ya se registraban labores de construcción con presencia de maquinaria, personal y cierres parciales en la vialidad.

Ante los cuestionamientos por el inicio anticipado de la obra, el secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, reconoció que los trabajos ya se encontraban en marcha y planteó que la diferencia entre las fechas publicadas y el inicio real podría tratarse de un desfase administrativo susceptible de corregirse mediante una fe de erratas. Señaló que la ejecución del puente es un hecho público y notorio y que el aspecto administrativo podría resolverse posteriormente.

El proyecto fue anunciado con una inversión superior a los 400 millones de pesos y forma parte del plan estatal para cerrar el anillo vial del Circuito Potosí. El objetivo planteado es reducir tiempos de traslado y desahogar la carga vehicular en un punto donde confluyen rutas de alto tránsito provenientes de la zona industrial y del oriente de la ciudad, lo que refuerza el carácter del puente como infraestructura orientada principalmente al automóvil.

A principios de octubre, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona declaró que el puente sería entregado antes de que concluyera el presente año y que no se postergaría hasta 2026. No obstante, al día de hoy la obra continúa en proceso de construcción, mientras el proyecto sigue siendo presentado como una solución clave para la circulación vehicular en la capital potosina.

La forma en que se desarrolla la obra contrasta con la jerarquía de movilidad establecida en la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que coloca al peatón como la máxima prioridad, seguido de personas con discapacidad, ciclistas, transporte público y, en último lugar, el vehículo particular. En el caso del puente del Circuito Potosí, la infraestructura en ejecución privilegia la circulación de automóviles, mientras que los espacios destinados a otras formas de movilidad permanecen limitados o en condiciones provisionales.

Colectivos ciudadanos especializados en movilidad, como Pedaleando SLP, han señalado que la construcción de puentes vehiculares responde a un modelo centrado en el automóvil y no a una estrategia integral que considere cómo se mueven las personas. De acuerdo con sus planteamientos, este tipo de obras no reduce el tráfico a largo plazo y puede incentivar un mayor uso del vehículo particular.

La obra en agosto de 2025. Foto: Desiree Madrid

Durante una investigación de campo realizada en la zona, se constató que las condiciones para el tránsito peatonal son restringidas. Las rampas se encuentran en distintos momentos cubiertas de escombro y arena, mientras que algunas presentan pendientes elevadas que dificultan el paso de personas con discapacidad o usuarias de sillas de ruedas. El terreno irregular y el constante traslado de materiales hacen que varios tramos sean intransitables.

En el sitio se ha observado la presencia de elementos de tránsito que regulan principalmente el flujo de vehículos, mientras que el cruce peatonal, ciclista o de personas con movilidad reducida queda supeditado a las condiciones del momento. Durante el proceso de construcción, las opciones de paso seguro para quienes no utilizan automóvil son limitadas y dependen de la configuración temporal de la obra y del flujo vehicular existente.

De acuerdo con la información oficial y los planteamientos del proyecto, será hasta la conclusión del puente cuando se pueda verificar si la infraestructura contempla de manera efectiva el tránsito peatonal, el uso ciclista y las condiciones de accesibilidad para personas con discapacidad, incluyendo señalamientos, rampas funcionales y cruces seguros. Mientras tanto, durante la etapa de construcción, el beneficio observable se concentra principalmente en la circulación vehicular, quedando pendiente la confirmación de que el proyecto final garantice una movilidad incluyente conforme a la jerarquía establecida en la legislación vigente.

La obra en diciembre de 2025. Foto Desiree Madrid