Adriana Ochoa
San Luis Potosí no es un gigante electoral, pero su peso político se volvió al cierre de este año inversamente proporcional a su padrón. La “Ley Esposa” no es solo una reforma electoral; es un desafío frontal a la autoridad de Claudia Sheinbaum. El gobierno estatal del Verde es una piedra en el zapato que amenaza con descarrilar la narrativa de la transformación en el tablero federal.
Para la presidenta, el cálculo es gélido. Necesita la mayoría legislativa en 2027 para consolidar su proyecto de país. Sin embargo, el Partido Verde en San Luis Potosí se ha vuelto un aliado costoso y tóxico.
Una ruptura total con el Partido Verde en San Luis Potosí no se quedaría en las fronteras potosinas. Sus ondas de choque llegarían directamente al Palacio Legislativo de San Lázaro, donde se cocina el futuro legislativo federal.
Sin el Verde, Morena tendría que cargar sola con la movilización en un estado donde el “gallardismo” controla los hilos del presupuesto, la estructura social, los órganos de fiscalización y el poder judicial local.
Si la Suprema Corte o el TEPJF confirman la reforma de “solo mujeres” para la gubernatura, la implicación inmediata sería una reconfiguración total de la oferta electoral en SLP. Los partidos ya no cooperarían por cuotas de poder tradicionales, sino por la búsqueda desesperada de una candidata viable que pueda ganar elecciones.
La selección de talentos políticos femeninos se convertiría en el nuevo motor de las alianzas. El criterio cambiaría radicalmente: ya no importaría quién tiene más militantes, sino quién tiene a la mujer mejor posicionada. En este escenario, la competitividad individual de la candidata pesaría más que las siglas partidistas, obligando a negociaciones pragmáticas y, a veces, surrealistas.
Es donde aparece entonces la “valoración externa”, esa hora propicia para que una aspirante ciudadana popular tenga en las manos un poder de negociación desproporcionado con partidos sin cartas competitivas. Una empresaria exitosa o una activista respetada podrían ser la llave para que una coalición compita. El valor electoral de estas figuras femeninas se dispararía en el mercado político.
Incluso los partidos mayoritarios estarían obligados a formar “alianzas mínimas necesarias”. Si no encuentran una mujer fuerte en sus filas, tendrían que ceder ante partidos locales que sí la tengan. Esto implicaría entregar diputaciones o alcaldías a cambio de una candidata competitiva a la gubernatura. La soberbia partidista tendría que arrodillarse ante la necesidad de género.
Por otro lado, la confirmación de la ley facilitaría una “oposición unificada”. Partidos con ideologías opuestas encontrarían un incentivo poderoso para unirse en torno a una sola mujer. Al concentrar recursos en una figura femenina central, la oposición podría enfrentar con éxito al partido en el poder, dejando de lado las disputas por el género de los candidatos.
Pero el veneno también circula en casa. Morena tiene un vasto directorio de demonios internos, ni siquiera competitivos pero hábiles y con alcance para pulsar botones de fractura. Tendrá que aplacar las fugas de morenistas, diputados locales y/o federales, que anteponen sus proyectos personales al proyecto nacional. Sus ambiciones particulares son grietas por donde se escapa la fuerza del movimiento en el estado, una elección tras otra.
La estrategia de Morena para 2027 requiere una candidatura disruptiva si va sin el Verde. Podría ser una figura que apele a la base “dura”, aquella que mira con sospecha profunda la alianza con el pragmático y mercantilista Partido Verde. O mejor aún, una candidatura ciudadana, sin nexos con el poder político, capaz de aglutinar el creciente voto de castigo contra el gallardismo.
El éxito de esta candidatura dependerá de su capacidad para sumar a la derecha moderada y a la izquierda institucional. San Luis Potosí tiene una tradición de resistencia civil que podría despertar ante el cinismo de la “Ley Esposa”. Una coalición amplia, liderada por una mujer íntegra, difícilmente atacable, podría canalizar el hartazgo ciudadano contra una estructura de poder neopatrimonial.
Ricardo Gallardo aduce que tiene cuatro candidatos, pero su silencio sobre nombres distintos al de su esposa, Ruth González Silva, lo delata. El gobernador juega al despiste mientras el tiempo se agota. Doña Ruth González Silva, hasta ahora, ha sido una beneficiaria silenciosa. Su estrategia de no hablar le permite evitar el desgaste, pero también la deja como un peón en el tablero de su esposo. En una contienda abierta contra mujeres de trayectoria propia, su falta de voz política podría ser su mayor vulnerabilidad ante un electorado más crítico.
La decisión que tome Sheinbaum en enero de 2026 definirá su relación con los cacicazgos regionales en varias porciones del país. Si permite que el Verde imponga su ley en San Luis, estará aceptando que la paridad sea un instrumento de nepotismo. Si rompe la alianza, estará enviando un mensaje de autoridad moral, aunque el costo legislativo en 2027 sea incierto.
En última instancia, el triunfo de Morena sin el PVEM en San Luis Potosí no dependerá de las siglas, sino de la autenticidad de su oferta. Pero para ello, Sheinbaum debe estar dispuesta a sacrificar la comodidad de una alianza dócil por la dignidad de una democracia real.
Una ruptura total en enero de 2026 obligaría a Sheinbaum a elegir entre la aritmética legislativa y la higiene política de su movimiento.
ROLLOS SUELTOS
LA CRIBA. Que una evaluación de delegados federales generará algunos cambios en enero. Las razones tienen que ver con comodidad y falta de carácter para trabajar con un gobierno de otro signo, o sea, pereza, falta de resultados y sometimiento. Tampoco faltan los casos de compañeros morenistas que echaron el gatito a retozar en el cajón de los recursos que deben resguardar.
LOS MUCHOS SAN LUIS. Saber dónde estamos parados históricamente es el regalo de “La ciudad de San Luis Potosí a través de sus planos 1594-1914”, una edición del Ayuntamiento de San Luis Potosí y El Colsan, coordinada por Isabel Monroy Castillo e Inocencio Noyola. La obra va acompañada de una lupa y una brújula. La colección de planos también se imprimió en formato poster, con fines de consulta y educativos.
LA VIEJA DISCIPLINA. En la posada del comité estatal y adláteres, la presidenta del PRI reconoció ante algunos colaboradores inquietos que votó por la “Ley Esposa” que bloquea a aspirantes varones a la gubernatura, pero que, si la línea nacional va por el lado del alcalde capitalino para 2027, la va a acatar sin pegas.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Adriana Ochoa es periodista desde 1988. Actualmente es directora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y docente titular de Organización Política y Ciudadanía.






