A 5 años del feminicidio de Emma y Victoria, no hay línea de investigación

Marcela Del Muro

Como todos los días, Emma García manejó su Jetta negro por la misma carretera. Ese 20 de febrero de 2018 recogió a su hermano del trabajo, en el municipio de Matlapa, la acompañaban Victoria, su hija de dos años, y su mamá. Como a las 10 de la noche, partieron rumbo a su casa en la comunidad de Chalco, en Axtla de Terrazas, en la Huasteca potosina.

Ninguno de los tripulantes supo de dónde salió aquella motocicleta y la camioneta Explorer que los seguía; hasta que en el tramo de la comunidad San José Tlajumpal, las dos personas montadas en la moto comenzaron a disparar contra el carro de Emma, quien murió al instante.

La motocicleta emparejó al auto y encañonó al hermano, que se encontraba herido en el asiento del copiloto. Él se identificó sin mirar a los motociclistas, quienes comentaron que se habían equivocado y se marcharon del lugar.

“Yo siento que la muerte de mi sobrinita fue por negligencia”, señala Margarita García, hermana de Emma. La pequeña recibió un balazo en la cabeza, pero la ambulancia la trasladó primero a una clínica donde no contaban con el equipo ni el personal para salvarla; posteriormente, la llevaron al Hospital en Ciudad Valles. La bebé murió durante el viaje, a las dos de la mañana, a unos minutos de llegar para ser atendida.

A cinco años del asesinato de Emma y Victoria, la familia García denuncia que no existe ni un solo avance en la investigación del caso. Aunque la familia ha aportado distintas pistas y señalado a varias personas sospechosas, hasta ahora, la Fiscalía General del Estado no cuenta con ninguna línea de investigación.

 Las negligencias y omisiones del Estado

Uno de los principales problemas, ha sido la continua rotación de personal encargado de investigar el feminicidio de Emma y Victoria.

“A los ministeriales los cambian y los cambian y, luego, cuando les preguntas, no saben nada del asunto”, relata Margarita, quien perdió la cuenta de la cantidad de policías que han pasado por la investigación y agrega que, en cinco años, han tenido cuatro agentes del ministerio público.

A finales de 2021, Margarita estuvo preguntando por la investigación, pero la carpeta estuvo perdida durante seis meses. Hasta mayo de 2022, que se enteró que la ministerio público encargada trasladó el caso de Matlapa a Ciudad Valles, a la mesa de feminicidios, sin avisar a la familia.

“Cuando llego a preguntar por el expediente, me dicen que ya no está en Matlapa, y hacen la carpeta como perdediza. Yo insisto que quiero una copia, insisto que quiero saber de la carpeta. Y, resulta, que al final me dicen que está en Valles. Yo les dije que ¿cómo se la habían llevado sin mi consentimiento? Si estando cerca no se ven los avances, imagínate, estando hasta Valles”, denuncia Margarita.

Otro gran problema que ha vivido la familia García es la falta de comunicación con los asesores jurídicos de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV).

“Desde un inicio me pusieron un asesor de la CEEAV que nunca me llamó, nunca me informó nada. Yo le hablaba y me decía que estaba esperando que el M.P. le diera información. Pedí cambio de asesor, me mandan a Valles con una asesora que nunca conocí”, reclama la hermana de Emma.

Margarita, desesperada, comenzó a buscar la forma de hacer que el caso de feminicidio de su hermana y su sobrina avance; desde marzo de 2023 el caso fue tomado por la Defensoría Pública Federal.

La familia García siente un poco de esperanza por dicho cambio, la abogada de la Defensoría ya fue a la Huasteca a entrevistarse con la familia y con la ministerio público encargada del caso. Sin embargo, Margarita comenta que notó la molestia de la MP, quien ya no le contesta las llamadas y los mensajes.

Con el cambio de representación jurídica, los García se enteraron que no existía ninguna línea de investigación y tampoco se encuentran las pruebas que, desde el principio, se les informó que existían.

Por ejemplo, en mayo de 2018 se informó a la familia que había unos vídeos que, supuestamente, la Fiscalía había conseguido. Sin embargo, no hay respuesta sobre dichas grabaciones y tampoco están en el expediente.

“Me llena de impotencia lo que hemos vivido en estos cinco años. El tiempo se lo han tomado, pero no hay ningún avance y no sé qué más hacer”, comenta entre sollozos Margarita, quien exige que las autoridades le den respuesta para que la pequeña Victoria y su hermana Emma lleguen a tener justicia.

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