Alejandro Rubín de Celis
Gracias a la presión de grupos de la militancia local y de la dirigencia estatal, Morena no irá en coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y con su dueño a nivel estatal, Ricardo Gallardo Cardona, en la elección para gobernador de San Luis Potosí. Prevaleció la sensatez, la dignidad y la ética política… pero no de todos los involucrados.
Presionado por el apoyo que desde el inicio de la legislatura federal le ha dado el PVEM a los legisladores de la llamada Cuarta Transformación (4T) para sacar adelante las reformas impulsadas por el presidente AMLO, y por la habilidad del diputado Ricardo Gallardo Cardona para afianzar una estrecha relación política con el ahora presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, Mario Delgado Carrillo quiso meter con calzador al ex alcalde de Soledad como precandidato de una coalición Morena-PT-PVEM-Panal (local) al gobierno de San Luis Potosí.
Desde mucho tiempo atrás, consejeros y dirigentes locales de Morena le hicieron saber a Mario Delgado ─cuando todavía era líder de la bancada de ese partido en la Cámara de Diputados─, la animadversión que sentían hacia Gallardo Cardona dados sus probados antecedentes delincuenciales y su perversa práctica de manipular a la gente a base de dádivas.
Pero el diputado federal con licencia se empecinó ─morenistas locales sospechan de un acuerdo previo entre Delgado y Gallardo para impulsar a este último como candidato a la gubernatura─ y quiso imponer a toda costa la inclusión del Partido Verde en la coalición, lo que provocó el ya conocido zafarrancho en las instalaciones del órgano electoral de San Luis Potosí.
En semanas recientes, las quejas de grupos locales de Morena llegaron a oídos de la nueva secretaria general del CEN de Morena, Citlalli Hernández Mora ─de un grupo contrario al de Mario Delgado─, quien operó al interior del Consejo Nacional de ese partido para consensuar el rechazo a la coalición de marras, lo que finalmente logró.
Pero Mario Delgado no es el único que le apostó a una alianza vergonzante con Gallardo y el Verde, también lo hicieron dos personajes con influencia dentro de Morena: Gabino Morales y Leonel Serrato. Ambos han tenido acercamientos con el ex alcalde de Soledad de Graciano Sánchez lo que ha hecho pensar que ya venían cocinando algún tipo de alianza. ¿Cómo olvidar el amistoso abrazo entre el delegado de Programas Integrales para el Desarrollo en el estado y el diputado federal en el marco del informe de gobierno del presidente municipal de Matehuala, Alejandro Segovia, el año pasado? ¿O el elogio hacia la gallardía de parte de Serrato Sánchez en un encuentro con funcionarios del ayuntamiento de Soledad que encabeza Gilberto Hernández Villafuerte: “lo tengo que decir, y conste que yo los he criticado mucho, pero éstos están trabajando con nosotros, pero hombro con hombro”, a pesar de haberlos calificado, cuando fue candidato a la alcaldía de la capital, de ser “un cártel que ha usurpado a un partido democrático (en aquel entonces al PRD)”.
No fue casualidad la visita que Leonel Serrato le hizo a Mario Delgado el pasado 12 de noviembre, tres días antes de que la alianza entre Morena y el Verde comenzara a discutirse en el Consejo Nacional de Morena para votar su aprobación o rechazo. Fue a ratificarle a su líder, y al mismo tiempo apoyarlo en su propia postura, de que Gallardo y el Verde le suman a Morena.
Con sus encuentros previos y esta clase de acciones y pronunciamientos se puede deducir que el acuerdo era que si ganaba en la interna Gallardo, Leonel y su gente lo apoyarían, y que si fuese Leonel el agraciado, el diputado federal y sus huestes del Partido Verde harían lo propio, y que cualquiera de los dos que quedara se vería beneficiado en su campaña con el apoyo de los programas de bienestar que maneja Gabino Morales, ecuaciones a cambio de las cuales los tres gozarían de privilegios en caso de que la ahora fallida coalición ganara la gubernatura del estado.
¿Qué pasará con Leonel Serrato y Gabino Morales si el primero no gana la postulación por Morena? ¿Apoyarán al que quede o la que quede como candidato o candidata de su partido? ¿O discretamente darán su apoyo al amigo Gallardo que será el candidato por el Partido Verde? Al tiempo.
Pero Leonel y Gabino ─quien también tiene un cuestionado historial político y en el servicio público─ no son ahora el único problema de Morena San Luis, no al menos para una facción de ese partido en el estado y que se llama Juan Ramiro Robledo Ruiz, que ya es precandidato externo de Morena a la gubernatura del estado.
Si bien es cierto que Juan Ramiro Robledo es el que cuenta con mayor formación política y experiencia en cargos públicos ─ha sido subsecretario a nivel federal, senador, diputado federal y local, secretario general de gobierno, presidente del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa, secretario general de la UASLP─, una parte del ala navista dentro de Morena lo rechaza, y no son todos. Les recuerda que Robledo Ruiz operó contra la candidatura al gobierno estatal del doctor Salvador Nava Martínez en 1991 y a favor de la del candidato del PRI Fausto Zapata Loredo, primero como secretario general de gobierno y a la vez presidente del Consejo Estatal Electoral ─controlado entonces por el gobierno priista─ y luego como presidente del PRI en San Luis Potosí.
El ex senador dejó el PRI luego de no conseguir la candidatura de ese partido al gobierno del estado en 1997 y de perder como precandidato en la interna priista de 2003, para después buscar reivindicarse políticamente en 2006 al lado de Andrés Manuel López Obrador, que por primera vez era candidato de la oposición a la presidencia de la República. Fue candidato derrotado a gobernador del estado en 2009 por el PRD en coalición con otros partidos y volvió a respaldar la candidatura presidencial de AMLO en 2012, desapareciendo de la escena pública en los últimos ocho años. Sin embargo, se sabe que en ese lapso ha mantenido una relación política cercana con López Obrador. Pero una parte de los navistas dentro de Morena no olvida lo que le hizo a su líder y al Movimiento Navista, y por lo mismo desconfía de él.
Juan Ramiro Robledo y Leonel Serrato no son los únicos aspirantes a la candidatura de Morena, han levantado la mano al menos otros cinco hombres ─Primo Dothé, Adrián Esper, Antonio Lorca, Octavio García Rivas y Ricardo del Sol─ y una mujer ─Francisca Reséndiz Lara─.
Los morenistas de San Luis Potosí tendrán que analizar muy bien entre los precandidatos y precandidatas ─también se habla de la diputada federal María Luisa Veloz, aunque no se ha destapado─ quién puede ofrecer mayores garantías de confianza, honestidad y lealtad a los intereses de la sociedad, o, traducido en los tres principios que AMLO planteó luego de ser electo presidente de México: no mentir, no robar, no traicionar. ¿Alguno o alguna será capaz de ser fiel a esos postulados?
