Advierten riesgos en reforestación de la Sierra de San Miguelito si no se respeta normativa federal

Desiree Madrid

La reciente declaración del gobernador Ricardo Gallardo Cardona sobre el inicio de un proyecto para reforestar con un millón de árboles la Sierra de San Miguelito tiene reacciones que cuestionan la iniciativa debido a como se podría manejar.

Aunque la propuesta ha sido presentada como un esfuerzo por restaurar el principal “pulmón verde” del estado, especialistas advierten que la intervención podría resultar contraproducente si no se respetan los criterios ecológicos y normativos del área.

Pedro Nájera Quezada, ingeniero agroecólogo, recordó que la Sierra de San Miguelito es un Área Natural Protegida (ANP) de carácter federal y que su gestión no corresponde al gobierno estatal, sino a la federación, bajo un marco normativo muy específico establecido en el reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) en materia de ANPs.

“El área cuenta con un programa de manejo aprobado que establece con claridad qué se puede y qué no se puede hacer dentro del territorio protegido, incluyendo zonas de restauración y tipos de vegetación permitidos”, señaló Nájera.

Por ello, subrayó que cualquier reforestación debe realizarse únicamente en las zonas delimitadas como aptas y con especies vegetales acordes al ecosistema original, como el pastizal natural o el bosque de galería, también conocido como vegetación riparia.

Uno de los puntos más delicados es el uso de especies exóticas, práctica común en campañas oficiales pasadas. El especialista alertó que la introducción de árboles no nativos está expresamente prohibida por el reglamento del ANP, ya que puede generar desequilibrios ecológicos graves.

“Podrían causar más daño que beneficio, aunque a corto plazo se vea verde”.

Nájera también criticó el uso simbólico y mediático que históricamente han hecho gobiernos y empresas del espacio natural.

“Esto ya no es un arenero de juegos para las administraciones estatales y municipales. Año con año se simulan plantaciones en los mismos agujeros, con árboles que no sobreviven”, afirmó.

Incluso zonas urbanas como el antiguo Parque Urbano Paseo a la Presa, ahora rebautizado como “Zona de Uso Público Las Presas”, forman parte del ANP federal y deben respetar los lineamientos establecidos.

“Aunque el terreno sea propiedad municipal, no pueden hacer lo que quieran con él”, puntualizó, al señalar que a diferencia de las áreas protegidas locales, las federales no están sujetas al capricho del gobernante en turno.

Diversos colectivos han insistido en que la reforestación debe ser técnica, socialmente consensuada y con seguimiento a largo plazo.

Inclusive en redes sociales se han manifestado con comentarios como priorizar las especies que se sembrarán “el Plan de Manejo del Área Natural Protegida de la Sierra de San Miguelito establece que deben ser pino piñonero, encino y laurel”.

La Sierra de San Miguelito fue declarada ANP en 2021 tras años de lucha por parte de comunidades ejidales, defensores ambientales y el sector académico, quienes buscaron frenar proyectos inmobiliarios que ponían en riesgo la recarga hídrica del acuífero potosino.

Ahora, mientras el Gobierno del Estado presume el arranque del proyecto con la recepción de 300 mil árboles, especialistas como Nájera hacen un llamado a la responsabilidad.

“El éxito no está en la cantidad de árboles que se planten, sino en que sobrevivan, regeneren el ecosistema y se respeten los derechos y el conocimiento de quienes han cuidado la sierra durante generaciones”.